Romina Diez barrió tres internas de un golpe con el triunfo de La Libertad Avanza en Santa Fe y va por más
La diputada refrendó con votos las disputas que ganó de la mano de Karina Milei. Nicolas Mayoraz, José Bonacci y el PRO violeta, sin pólvora. El proyecto 2027.
Romina Diez apagó todas las resistencias internas con el triunfo en las legislativas en Santa Fe.
La jefa de La Libertad Avanza en Santa Fe no pudo imaginar una mejor forma de cerrar el año electoral. Con el holgado triunfo del último domingo, Romina Diez reafirmó su liderazgo en la Bota y terminó con las resistencias que, con distinta intensidad, surgieron de parte de sus socios puertas adentro de la tropa libertaria.
Registrate para continuar leyendo y disfrutando de más contenidos de LETRA P.
La amiga de Karina Milei apostó y ganó. No le abrió a ningún socio los lugares más atractivos de la boleta, los colonizó con soldados propios y cosechó cuatro bancas de leales -a ella y a Javier Milei- en el Congreso de la Nación. El triunfo tuvo, sin embargo, otra dimensión, más simbólica, pero no menos importante: empoderó a la diputada, acalló las críticas internas que apuntaban a su modo de conducción y afianzó su liderazgo. Si bien su vínculo con la secretaria General de la Presidencia la apuntalaba, después del domingo no queda nadie en La Libertad Avanza que le pueda dar pelea.
Lo sabe, por ejemplo, Nicolás Mayoraz. El diputado no estuvo en el búnker y acusó unos estudios médicos como excusa. Lo cierto es que no se mostró durante toda la campaña y su último momento de relevancia fue durante la Convención constituyente, cuando fue presidente del bloque libertario. De buen vínculo con la familia Menem en la Cámara de Diputados, Mayoraz se había acercado al karinismo por ese vector y hasta había intentado, con cautela, dar algunas disputas en el espacio libertario. No había logrado mucho, pero con el triunfo del domingo esa posibilidad se terminó.
Hay una historia que se cuenta como motivo de los ruidos en el vínculo de Diez y Mayoraz. Según la versión, el diputado habría operado en tándem con Marcos Peyrano para que sea este último y no Beatriz Brouwer la vicepresidenta de la Convención constituyente. “Creo que Romina lo sintió como una traición”, analizó una fuente al tanto. A esa jugada le atribuyen la pérdida de protagonismo de Mayoraz y el fracaso de las gestiones de Peyrano para formar parte de la lista de candidatos a diputados nacionales, en una interna que abrió con Agustín Pellegrini y perdió.
Los socios encuadrados en La Libertad Avanza
Brouwer -como la diputada Rocío Bonacci- forma parte de Unite, el espacio que conduce José Bonacci. De los rivales internos que tuvo Diez, Bonacci fue el que salió mejor parado. No porque tenga más fuerza que la diputada, sino porque jugó sus cartas en la previa a la elección y logró así mejorar la relación. El exconcejal rosarino usó sus contactos para lograr una orden de la Casa Rosada a Diez para que lo contenga -porque ese era el reclamo más claro de Bonacci-. Desde ese momento, todo el esquema se mueve en consonancia con la diputada libertaria.
Romina Diez y Javier Milei.png
Romina Diez al centro, Rocío Bonacci a la izquierda y el presidente Javier Milei a la derecha.
Si bien el vínculo mejoró, Diez nunca terminó de aceptar a los amarillos con total confianza. Sabiéndose en inferioridad de condiciones, el PRO violeta no intentó dar la disputa. La consigna fue no hacer olas. Así, consiguieron que Samanta Arias sea electa concejal de Rosario y Germán Pugnaloni -que es PRO, pero no responde a Angelini- quedó a las puertas del Congreso. Arias formará parte del bloque libertario en el Concejo de Rosario, que probablemente presidan Aleart o Franco Volpe, un jugador que supo responder a Mayoraz y hoy no está claro.
Es un dato no menor: en la previa de las elecciones corrieron varias versiones fatídicas de la negociación por el bloque en el Concejo. La Libertad Avanza tiene seis ediles, dos de los cuales ya vienen de hace dos años. Se manejó la posibilidad de que ese espacio se rompa en hasta cuatro bloques. Todo ese ruido quedó acallado con el triunfo arrollador del último domingo. Solo quedó por encolumnar Sabrina Prence, que insiste con mantenerse fuera del bloque único, pero intentaran sumarla a un interbloque.
Amalia Granata y Javier Milei, cuando aún eran amigos.
Detrás del triunfo que refrendó su posición y terminó de enterrar la disputas internas que le abrieron, Diez ganó algo más: “Ahora, Romina gobernadora” deliró la barra violeta el domingo a la noche. Si bien su entorno siempre lo repitió, su proyecto provincial ahora ganó seriedad. Los macristas violetas, por ejemplo, salieron a desmentir la versión que los sindicaba como impulsores de otros nombres para la gobernación, como Carolina Losada. Lo resumió una garganta: “No sé si puede ganar, pero quedó claro que puede competir”.