Ariel Lijo, el juez federal propuesto por el presidente Javier Milei para ocupar el lugar que dejó Elena Highton de Nolasco en la Corte Suprema, expone este miércoles en la comisión de Acuerdos del Senado para defender su pliego.
Es propuesto para ocupar el lugar que dejó Highton de Nolasco. De la causa AMIA al procesamiento de Boudou. El vínculo con Lorenzetti.
Ariel Lijo, el juez federal propuesto por el presidente Javier Milei para ocupar el lugar que dejó Elena Highton de Nolasco en la Corte Suprema, expone este miércoles en la comisión de Acuerdos del Senado para defender su pliego.
Como adelantó Letra P, presentará un proyecto de modernización del tribunal para seducir al kirchnerismo, fuerza clave para alcanzar los dos tercios del recinto necesarios para la aprobación de la postulación.
Es un magistrado cercano al ministro de la Corte Ricardo Lorenzetti y el hombre fuerte de la Asociación de Jueces Federales de Argentina.
Su candidatura cosecha numerosos rechazos, incluido el de la vicepresidente Victoria Villarruel, quien dijo que el magistrado “no contaría con los pergaminos suficientes” para el cargo y tomó distancia del jefe de Estado al considerar “no creo que haya sido la mejor elección”.
Con todo, si la Casa Rosada logra su cometido, un ferviente antikirchnerista que procesó al ex vicepresidente Amado Boudou y fue acusado en varias oportunidades por la expresidenta Cristina Fernández de Kirchner de promover escuchar ilegales integrarían el cuerpo presidido por Horacio Rosatti e integrado también por Lorenzetti, Carlos Rosenkrantz y Juan Carlos Maqueda, quien a fin de año estará en edad de jubilarse y para cuyo reemplazo el Gobierno propone a Manuel García-Mansilla.
De 55 años, hijo de un matrimonio de docentes, Lijo creció en Villa Domínico, en el distrito bonaerense de Avellaneda. Egresó como abogado en la Universidad Nacional de Buenos Aires (UBA) e ingresó al mundo judicial como secretario de la excamarista federal María Riva Aramayo, que en ese entonces estaba al frente de la Fiscalía ante la Cámara del Crimen.
Lijo asumió como juez federal N° 4 de la Ciudad de Buenos Aires en 2004 y cubrió la vacante que había dejado su cuñado de entonces, Gabriel Cavallo, quien había sido ascendido a la Cámara Federal.
Ejerció la docencia en la UBA, en el Instituto Superior de Seguridad Pública de la Policía Metropolitana y en la Universidad Nacional de Lanús. Estuvo ligado a la causa AMIA en varias oportunidades y llevó adelante la investigación de las causas conexas al ataque terrorista de 1994.
Otra de las causas relevantes en las que estuvo al frente fue la del denominado caso Ciccone. Se convirtió en el primer juez en procesar a un vicepresidente en ejercicio. Fue Boudou.
En 2017, la expresidenta CFK lo acusó de “organizar las escuchas ilegales” difundidas ese año en un programa radial y también pidió que se aparte al magistrado de la causa en la que se investigaba la denuncia que formuló el fiscal Alberto Nisman antes de morir por presunto encubrimiento de los iraníes acusados por la voladura de la AMIA.