LUIS PERSELLO

Quién es el "cráneo" y amigo que dirige la campaña de Maximiliano Pullaro

Consultor político y militante, es desde hace tres décadas el ladero del candidato opositor a la gobernación. Fue clave en la estrategia para ganar las PASO. Repetirá ese rol para Unidos en las generales de septiembre.

Aún nadie se adjudicó la autoría del chiste. En la primera reunión de Unidos para Cambiar Santa Fe tras las elecciones que consagraron a Maximiliano Pullaro, alguien dijo que el mejor jefe de campaña que podían tener era el gobernador Omar Perotti, en ese entonces comenzando su travesía por la India. Luis Persello sorprendió, dado su perfil bajo, y devolvió la pared: “Lo voy a reemplazar yo mientras no esté”. Con ese paso de comedia, uno de los colaboradores más cercanos al candidato a gobernador oficializó su rol como jefe de la campaña del frente más votado de cara a las elecciones generales.

Pullaro ganó algo más que la candidatura de Unidos: ganó el derecho a manejar la botonera de la campaña de ese espacio. Ese rol lo cumplirá Persello, su ladero más cercano, quien manejó todas las campañas que tuvieron al exministro como principal postulante. Como en todos sus movimientos después de ganar, el pullarismo mostró voluntad de ampliar, proponiendo formar un comité de estrategia con representantes de todos los espacios que forman Unidos. El encargado de proponerlo en la reunión fue el propio Persello, quien coordinará y liderará ese equipo.

“Lucho siempre fue un cráneo”, cuenta alguien que lo conoce. “Vive pensando, leyendo datos, informes de opinión pública, planificando estrategias”. Durante la campaña hasta las PASO ejerció una jefatura plenipotenciaria: era el encargado de analizar las encuestas, de organizar actividades, de manejar la relación con los consultores externos que se contrataron -Mario Riorda al principio, Guillermo Seita en el último tramo-, hasta de mantener línea abierta con el territorio para recoger lo que se sentía allí. “Manejó todo él: la estrategia, el discurso, los tiempos, los tonos, todo”.

Una figura de la extensa fauna de la consultoría política santafesina destaca dos virtudes de Persello: primero, “es muy sutil, no te quiere meter su argumento a martillazos, busca persuadir con argumentos convincentes”; segundo, “genera datos e información que sabe leer y toma decisiones a partir de eso, no hace encuestas para después comentarlas en el café”. La misma fuente, por ejemplo, destaca que el consultor “siempre, durante toda la campaña, sostuvo que Pullaro estaba arriba, fue consecuente con eso y, en retrospectiva, era convincente”.

Persello y Pullaro son íntimos desde hace casi tres décadas. Se conocieron en 1994 en la Siberia -como se conoce al Centro Universitario Rosario, dependiente de la UNR-, donde cursaban Ciencia Política. Tenían cosas en común: ambos habían llegado a Rosario para estudiar -uno de Hughes, el otro de Córdoba-, ambos venían de familias de clase media, ambos habían mamado radicalismo desde chicos. La química fue automática y juntos empezaron a militar en el partido boina blanca.

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Pullaro y Persello, junto con el precandidato a diputado José Corral durante la última campaña.

Pullaro y Persello, junto con el precandidato a diputado José Corral durante la última campaña.

Poco tiempo después, en las mismas aulas, al dúo se le sumó Gustavo Puccini, otro miembro del primer anillo pullarista hasta el día de hoy. El equipo se completó con el adolescente Juan Cruz “Cacu” Cándido, al que conocieron en un acto de la campaña de Fernando de la Rúa en Villa Constitución, cuando el expresidente disputaba la candidatura presidencial de la Alianza con Graciela Fernández Meijide. “Lucho fue siempre el que orientaba, el que miraba el tablero general, el más reflexivo del grupo”, lo describe una fuente que conoce la dinámica interna.

El grupo comenzó a militar junto al legendario cacique boina blanca Luis Alberto “Changui” Cáceres, uno de los fundadores de la Junta Coordinadora Nacional. Caminando sobre los restos del radicalismo tras la debacle del 2001, se propusieron reconstruir al partido centenario en Santa Fe. Allí dieron el salto: recibieron el apoyo del expresidente Raúl Alfonsín y salieron a caminar por la provincia buscando radicales. “Ahí se sumaron muchos pibes jóvenes, que se hicieron cargo de las cosas y terminaron siendo concejales e intendentes”, cuenta un conocedor de la historia.

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Si diez años después: Maximiliano Pullaro y Luis Persello, arriba a la derecha, en un encuentro de la militancia radical hace dos décadas. En la foto también están Puccini y Candido

Si diez años después: Maximiliano Pullaro y Luis Persello, arriba a la derecha, en un encuentro de la militancia radical hace dos décadas. En la foto también están Puccini y Candido

Paralelamente, Pullaro y Persello se asociaron en una consultora de opinión pública y focus groups que comenzó a trabajar con relativo éxito. Cerraba por todos lados: crecían económicamente, tendían puentes con los actores de la política santafesina y, además, consolidaban su propio espacio: “Muchos pibes de la Juventud Radical trabajaron ahí; el que estaba estudiando en Rosario y necesitaba unos mangos, ellos los tomaban y los mandaban a encuestar a los pueblos”. Tiempo después el exministro se abrió de la firma, que quedó en manos de su socio hasta el día de hoy.

La consultora fue la plataforma desde la cual Persello se desarrolló profesionalmente, sin abandonar su rol junto a Pullaro. Junto con Puccini y Cándido, acompañaron al oriundo de Hughes en su primer mandato como diputado provincial e hicieron lo mismo cuando Miguel Lifschitz le confió el fierro caliente del Ministerio de Seguridad. Persello como subsecretario de comunicación estratégica, Puccini como secretario de administración financiera y Cándido como director de programación territorial, entre otros, formaron parte del scrum que gestionó la cartera más caliente.

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Persello a la par del diputado Pullaro en la Legislatura 2011-2015.

Persello a la par del diputado Pullaro en la Legislatura 2011-2015.

Ese historial militante y de gestión le otorgó a Persello una virtud que en el pullarismo valoran como clave: “Aparte de consultor, es un dirigente político muy inteligente, cosa que no sobra”. Creen que ese diferencial se sintió con respecto a la campaña de Carolina Losada, en la que la tensión entre el ala política y el ala comunicacional nunca pudo resolverse. “Lucho combina las dos cosas, sabe que hay cosas en las que el político no puede esconderse detrás del publicista y que hay atribuciones que el publicista no se puede tomar”, explican.

Tras cuatro años en el Ministerio de Seguridad, Pullaro volvió a ocupar una banca como diputado. Desde allí construyó el proyecto que lo llevó a ser hoy la persona con más chances de gobernar la provincia. “Antes de la campaña de 2021 lo dejamos de ver a Persello, se encerró a trabajar para ir por la gobernación”, cuenta un miembro de Unidos y de la Legislatura. El trabajo dio sus frutos: no solo su amigo está a un paso de la Casa Gris, sino que él capitaneará la campaña del frente que, probablemente, sea el más votado en la historia de Santa Fe.

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Guardaespaldas: Maximiliano Pullaro y Miguel Angel Tessandori en una actividad de campaña. Detrás, charlan Persello y Puccini

Guardaespaldas: Maximiliano Pullaro y Miguel Angel Tessandori en una actividad de campaña. Detrás, charlan Persello y Puccini

la campana rupturista de losada divide a su equipo
Pullaro en la reunión de Unidos en Rosario.

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