La incapcidad del Gobierno para atar los acuerdos que permitirían la sanción de la ley ómnibus, ahora en su versión XS, convirtió al Pacto de Mayo, ese hito libertario que soñó Javier Milei para escribir una página de gloria en la historia grande de la Nación, acorde a su estatura de líder de relevancia global, en un espejismo en constante fuga hacia adelante.
La impericia oficial ya quemó el 25 de Mayo, la fecha que le había dado nombre al gran acuerdo nacional. Ese día, con la iniciativa parlamentaria fundacional de la administración ultraderechista todavía atrapada en el nido de ratas, el jefe del Estado se presentó solo en el Cabildo de Córdoba y reculó en chancletas: volvió a convocar a la casta a firmar el documento de diez puntos que, sostiene, serán la plataforma de lanzamiento de la Argentina potencia.
Como informó Letra P, ahora el mandatario evalúa convocar a la dirigencia política a firmar el Pacto de Mayo en julio, aprovechando la conmemoración de un nuevo aniversario de la Declaración de la Independencia.
El escenario sería fantástico: en 1816, la casa de Tucumán congregó a los representantes de todas las provincias unidas del Río de La Plata, crema y nata de la casta de entonces y una suerte de ancestros de los degenerados fiscales que se reúnen cada semana en el Congreso para hacerle la vida imposible. El relato antipolítico estaría en su salsa.
Además, en Tucumán sería acogido por la calidez del gobernador Osvaldo Jaldo, el peronista flexible que mantiene un romance tórrido con la administración nacional, al punto de que la Casa Rosada quebrará el mandamiento del fin de la obra pública con el envío de 90.000 millones de pesos a la meca del sánguche de milanesa para terminar una ruta.
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Osvaldo Jaldo y Guillermo Francos.
¿Por qué Milei ahora piensa en julio para el Pacto de Mayo y no en junio, que tiene dos paradas del calendario patrio, el 17 en Salta (Paso a la Inmortalidad del general Martín Miguel de Güemes) y el 20 en Rosario (ídem del general Manuel Belgrano)? Recién el miércoles que viene, 12 de junio, la ley ómnibus llegará al recinto del Senado, pero, aun si la cámara alta no le saliera al Gobierno con un martes 13, el proyecto, por haber sufrido modificaciones, deberá volver a Diputados. Ratas.
¿Qué fechas patrias le quedarían este año al Presidente para sacarse esa foto ya bastante postergada si otra vez pasaran cosas y para el 9 de Julio las Bases de la revolución anarcocapitalista siguieran siendo un pescado sin vender? A ver:
- El 17 de agosto la Patria recordará a su padre, el general Don José de San Martín. La firma del Pacto podría tener lugar en Yapeyú (Corrientes), ciudad natal del Libertador. El anfitrión sería el gobernador Gustavo Valdés, que no es un aliado tan fogoso como Jaldo pero, como buen radical, seguramente podría doblarse lo necesario para que el Presidente pasara un buen monento.
Embed - Discurso del Presidente Javier Milei en la Fundación Libertad.
- El 20 de noviembre se conmemora el Día de la Soberanía Nacional en homenaje a los héroes de las tropas que Lucio Mansilla dispuso en la Vuelta de Obligado del río Paraná, donde lograron repeler, en una batalla que se presentaba desafavorable, a la alianza anglofrancesa que intentaba invadir estas tierras. El acto debería organizarse en San Pedro, que tiene un pro y una contra: el Presidente podría contratar los servicios de Fernando Bravo, locutor local de gran oficio para la animación de todo tipo de acontecimientos, pero el protocolo indica que debería estar acompañado por el gobernador kirchnerista Axel Kicillof, lo peor de lo peor que hay en la grilla de caciques federales -“ese chico soviético que está en la provincia de Buenos Aires”, como lo identificó en un show de stand up que brindó el 25 de abril en la Fundación Libertad-.
Como se ve, muchas opciones no le quedan. Que sea Tucumán, entonces, pero lo dicho: el Pacto de Mayo es un hito enjabonado que ya quemó tres fechas patrias y en los últimos días las ratas han decidido mostrarle más sus dientes al nuevo líder del mundo libre, que no gana para disgustos.