El 25 de mayo de 2004, Néstor Kirchner salió contrariado de la catedral por un sermón de Jorge Bergoglio. Fue entonces que el Presidente la vio y lo definió como el “jefe espiritual de la oposición política”. Poco más de 20 años después, gestos propios y de sus discípulos vuelven a poner al jesuita, el papa Francisco, en esa posición.
El nombre de Bergoglio emerge en esa condición, ante la ausencia de una figura política representativa de la oposición. La excepción es la vicepresidenta Victoria Villarruel que se perfila como una alternativa, pero desde el oficialismo.
Aunque el pontífice pide con insistencia superar la grieta eterna que divide a la ciudadanía argentina, la situación socioeconómica por la instauración de lo que se define como un modelo “deshumanizante y violento” en su tierra natal hace que muchos referentes de la política vernácula lo ubiquen del lado opositor. ¿Javier Milei también lo ve así?
Papa Milei
Pacto de Mayo en el diálogo de Javier Milei con el papa Francisco
Vatican Media
No requiere hurgar en los discursos y mensajes papales de mucho tiempo atrás para constatar que, más allá del respeto mutuo, la doctrina social de la Iglesia que predica Francisco está en la vereda opuesta a la doctrina anarcocapitalista que profesa el residente de la Casa Rosada.
Tres frases, un posicionamiento
El 28 de febrero, pocos días después de la audiencia de reconciliación que Francisco y Milei tuvieron en el Vaticano, apenas tres frases dirigidas por el papa a quienes integran el Comité Panamericano de Juezas y Jueces por los Derechos Sociales y la Doctrina Franciscana (Copaju) subrayaban esas diferencias.
- “El Estado, hoy más importante que nunca, está llamado a ejercer ese papel central de redistribución y justicia social”.
- “El dios mercado y la diosa ganancia, las falsas deidades que nos conducen a la deshumanización y a la destrucción del planeta".
- “Para ejercer el poder no alcanza con la legitimidad de origen, sino que el ejercicio debe ser legítimo".
Jorge Bergoglio, el opositor
Bergoglio nunca se sintió cómodo con el lugar de jefe de la oposición en el que lo puso Kirchner y se lo hizo saber a Joaquín Piña, otro obispo jesuita que entonces ya estaba jubilado de su misión pastoral de Puerto Iguazú.
“El Presidente me ha tomado como que yo soy el jefe de la oposición y yo no soy un político”, le dijo Bergoglio a Piña según contó por aquellos años el prelado ya fallecido.
El obispo retirado salió a respaldar al arzobispo porteño: “Hay una especie de susceptibilidad, de sensibilidad, como que están muy a la defensiva, enseguida toman como una crítica a la gestión y creo que no es así”, expresó Piña.
Un hecho político, literal, que lo tuvo como protagonista desdibujó aquella defensa. En 2006, con bendición de Bergoglio, Piña encabezó el Frente Unidos por la Dignidad (FUD) que impidió la reforma de la Constitución provincial de Misiones para incorporar la reelección indefinida. Fue la primera derrota electoral del gobernador Carlos Rovira; también de Kirchner, quien apoyaba al mandatario misionero en su intento reeleccionista.
Una sucesión de gestos…
Más recientemente, ya en tiempos libertarios, una sucesión de hechos y gestos religiosos se interpretaron como un resurgir del ahora papa como jefe de la oposición.
El pontífice, con sindicalistas de Aerolíneas Argentinas. Justo cuando el Senado debatía la ley ómnibus XS, Juan Pablo Brey, titular de la Asociación Argentina de Aeronavegantes, consiguió una foto con el papa junto a la bandera con el nombre de la empresa estatal que Milei pretendía privatizar y que finalmente quedó afuera de la lista para facilitar la aprobación de la Ley Bases en la cámara alta.
Cuerva catedral mesa
Jorge García Cuerva a un costado de la mesa tendida en la catedral
La catedral porteña convertida en comedor. Pese a que se trató de un encuentro de referentes parroquiales que acompañan a personas en situación de calle, la decisión del arzobispo Jorge García Cuerva de tender la mesa en el interior del templo ubicado a metros de la Casa Rosada se leyó como un gesto de la Iglesia en medio del escándalo por las más de cinco toneladas de alimentos retenidas por el Ministerio de Capital Humano.
Misa transformada en acto político. Ocurrió durante un homenaje a Nora Cortiñas en un templo porteño, donde la militancia kirchnerista entonó cánticos contra Milei. “La patria no se vende”, comenzaron a gritar en el momento de la consagración eucarística. El sacerdote y los monaguillos se sumaron.
Axel Kicillof, Juan Grabois y Tucho Fernández
La audiencia privada de 40 minutos que el papa le concedió este jueves al gobernador bonaerense Axel Kicillof mientras el Senado terminaba la sesión maratónica para aprobar la ley ómnibus XXS agregó un ingrediente más a esa sensación del colectivo político del pontífice como jefe de la oposición.
“Está en las antípodas de lo que está ocurriendo desde que asumió Milei”, dijo el mandatario provincial tras salir de la reunión, en la que no se habló, aclaró, de temas de coyuntura.
Carlos Bianco Axel Kicillof Papa Francisco.JPG
Kicillof se reunió después con el cardenal Tucho Fernández, el antiguo arzobispo de La Plata y actual mano derecha de Francisco que fue uno de los articuladores del encuentro entre el gobernador provincial y el pontífice.
Fuentes vaticanas confirmaron a Letra P que este lunes, luego de reunirse con el papa, fue el purpurado argentino quien le confirmó telefónicamente al jefe de Gabinete bonaerense, Carlos Bianco, la fecha y horario del encuentro consumado este jueves. Minutos después, el funcionario provincial se lo transmitía a la prensa.
Otro referente político que influyó para que finalmente quedara agendada la audiencia fue Juan Grabois, quien asesora al papa en el tema de los movimientos populares y mantiene un enfrentamiento verbal y judicial con las autoridades libertarias por la distribución de los alimentos para los comedores barriales.