En un revival del año pasado, cuando todavía su renuncia a la jefatura de bloque del Frente de Todos en Diputados estaba a flor de piel, por segundo año consecutivo Máximo Kirchner no escuchó in situ la apertura de sesiones ordinarias de Alberto Fernández. Esta vez ni hubo una confirmación oficial del faltazo a minutos de la cadena nacional: el hijo de Cristina Fernández de Kirchner dejó su banca vacía sin aviso previo.