Acto 1. El gobernador de Santa Fe. Maximiliano Pullaro. le agradece con fervor la visita del presidente Javier Milei a Rosario para festejar el Día de la Bandera. Es la segunda vez en dos semanas que el jefe de la Casa Rosada viaja a la provincia, aunque sea de modo hiper breve.
Acto 2. Ante 6.000 personas, de mayoría libertaria, Pullaro le lanza a Milei una batería de reclamos y demandas. Además, aprovecha el marco para recitar el preámbulo de la Constitución y homenajear al expresidente Raúl Alfonsín, figura hostigada duramente por Milei.
Acto 3. Ya debajo del escenario, Pullaro celebra la convocatoria a la firma del demorado Pacto de Mayo, prevista para el 9 de julio, y confirma su asistencia. Un día después, vuelve a respaldar la ley ómnibus y banca el Régimen de Incentivos para Grandes Inversiones (RIGI) que convalidó el Senado. ¿Cómo se llama la obra?
Maximiliano Pullaro y Javier Milei, los protagonistas
Lo que distancia al gobernador del Presidente es una cuestión de formas, pero también de fondo. Pullaro respalda las políticas de Milei y no hay mayores diferencias en el grueso. De hecho, en la entrevista que le hizo Letra P, el radical se ufanó de poner en marcha un ajuste mayor al del libertario.
Pullaro no se convertirá en oficialista ciego ni en opositor empedernido. Eso quedó claro en la obra de tres actos que describen el acto de Día de la Bandera. El gobernador es un pragmático: lo que está bien, está bien; lo que está mal, está mal. No hay otra medida en el universo mental del radical.
Mientras Milei mantenga los niveles de adhesión, el gobernador jugará este juego. Va y viene, pega y recula. Látigo y dulce de leche.
El voy y vengo de Maximiliano Pullaro
Según estimaciones del pullarismo, el 70% de votantes de Milei también eligió a Pullaro en 2023. Por ese motivo, el gobernador no sufrió una hostilidad tal como la que sí recibió el intendente Pablo Javkin. El abucheo al radical fue esporádico, de a ratos; lo que padeció el rosarino sonó más sostenido.
Pullaro no se iba a quedar callado el jueves. Como contó este medio, él y su equipo –que elaboró el discurso -, carburaron la posibilidad de enfrentarse a un escenario agresivo, a una calle de mayoría libertaria e inorgánica. El acto patrio era una buena oportunidad para plantar bandera, para decirle a Milei en la cara su parecer sobre el andar del gobierno nacional.
Pero si algún caído del catre interpreta que Pullaro arrancó un proceso de diferenciación con Milei se equivoca. Nada de eso. Es verdad, que el discurso del radical – al menos en el tramo de los reclamos – no tuvo un corte de provincialismo. “Sonó a presidenciable”, leyó un dirigente de Unidos ante la consulta de Letra P. Pero el radical no está ni se siente en la vereda de enfrente del Presidente.
Si bien no logró bilaterales con Milei, el titular de la Casa Gris tiene un vínculo muy sólido y operativo con el jefe de Gabinete Guillermo Francos y el asesor presidencial Santiago Caputo. Es más, esta semana estará en la Casa Rosada para firmar el traspaso de obra pública de Nación a la provincia.