Martín Menem le otorgó este martes a los integrantes de la Cámara de Diputados la primera de las tres cuotas del aumento de las dietas que dispuso hace 15 días, a través de una resolución que anunció, pero ninguna autoridad de bloque pudo ver. Recibieron un depósito de 750 mil pesos. Los haberes llegarán hasta 2.5 millones de pesos luego del último incremento.
A ese aumento hay que sumarle los gastos de representación y de desarraigo. Como explicó Letra P, el incremento dispuesto por Menem oscila el 45% y será el primero de tres cuotas. Los otros serían 15% y el 9%, para superar el 70%.
El incremento se definió luego de tensas reuniones entre Menem y las autoridades de los bloques, quienes le recriminaron por cobrar varias veces menos que los senadores, quienes se aumentaron las dietas con una resolución votada en el recinto. En el Senado, los sueldo superan los 5 millones de pesos.
En Diputados, las autoridades de las bancadas no pudieron recolectar firmas para pedir un incremento, por la resistencia del oficialista Gabriel Bornoroni y del radical Rodrigo De Loredo. Aun así, Menem no pudo ignorar el reclamo antes de iniciar la semana próxima el debate de la ley ómnibus.
El dietazo en Diputados se otrogó sin que las autoridades de bloque hayan sido notificadas y cuado aún no se conoce la resolución firmada por Menem.
Los miembros de la cámara baja esperaban el aumento de las dietas este mes, pero los haberes que están congelados desde diciembre se liquidaron con los mismos montos que el mes anterior.
El apuro de Menem no es casual: la semana próxima empieza el debate de la ley ómnibus y el paquete fiscal. Necesita tener contentos a propios y ajenos para poder dictaminar y sesionar. "Yo no estoy de acuerdo con el aumento. El Presidente no está de acuerdo, pero tengo que garantizar el funcionamiento de la Cámara", se excusó de la decisión Menem, el 7 de junio.
El congelamiento de las dietas generó algunas prácticas inhabituales. Por ejemplo, hay quienes duermen en sus despachos para no pagar hoteles. Además, quienes viven lejos de Buenos Aires son cada vez más reticentes a participar de las comisiones para no viajar.