Martín Llaryora comenzará su gestión con el objetivo de saldar una de las grandes materias pendientes del gobernador Juan Schiaretti. En la sesión del 13 de diciembre, la nueva Legislatura tratará el proyecto de la próxima ley de seguridad, que, entre otras grandes reformas, prevé la creación de policías municipales y la utilización de armas no letales para efectivos de la Policía de Córdoba.
En materia legislativa, ese será el trabajo medular del sprint final de un año que cierra con metas completadas: el oficialismo retuvo la provincia, ratificó la gestión en la capital y asistió a la derrota del peronista Sergio Massa, que, por estar asociado con el kirchnerismo, padeció el estigma de enemigo público del cordobesismo.
La meta de LLaryora es lograr un amplio consenso, pese a que el paquete puede salir con mayoría simple. Juntos por el Cambio, con Luis Juez a la cabeza, explotó la creciente inseguridad en la provincia para montar la campaña, le habló a la Policía y logró que el silencio del gobernador aturdiera.
En ese marco, el oficialismo se pregunta, con picardía, cómo podrían oponerse a la necesidad de un replanteo a fondo. Miguel Siciliano, jefe de la bancada oficialista, ya se mueve en consecuencia y admite que la “flexibilidad” en la discusión de las leyes será la consigna impuesta no sólo para este caso, sino para todos los que vendrán en un recinto partido en dos.
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Con esa agenda definida como prioritara, Llaryora buscará equilibrar el "debe" de su balance de nuevo líder. Buscará fidelizar el interior, cuya potencia garantizó la alternancia entre José Manuel de la Sota y Schiaretti en los procesos electorales del último cuarto de siglo. Llaryora ganó con el voto de los dos enclaves que gobernó, la capital y San Francisco, pero observó la derrota en bastiones centrales para el PJ como los departamentos del sur o el empate no apto para cardíacos con Juez en el Gran Córdoba.
Su nivel de desconocimiento, la bronca del intendentismo por la cancelación de las reelecciones indefinidas y la prioridad a los nuevos socios opositores generaron un caldo de cultivo que terminó con una victoria de Hacemos Unidos por Córdoba por sólo tres puntos.
Federalismo interno
El gobernador electo fijó como prioridad recuperar ese potencial con un raid permanente por las cabeceras departamentales. En la primera semana de gobierno prevé asumir en San Francisco, tomarle juramento a su gabinete en Río Cuarto y visitar, ya con traje de gobernador, Marcos Juárez y el norte cordobés.
Llaryora apuesta a aumentar la presencia del Estado en los municipios, al punto que planea una descentralización de servicios como ocurrió en la Municipalidad capitalina.
Comenzará por la ciudad que gobierna Juan Manuel Llamosas. Prevalece un sentido estratégico de corto plazo, porque allí se celebrará la única elección municipal de 2024. También, de orden táctico: en el sur es donde el PJ fichó su peor marca en todos los turnos electorales. Perdió intendencias, arrasó Juez y Javier Milei.
Llamosas pidió licencia, juró en la Legislatura, volvió a pedir licencia y regresó a su municipio para ser parte activa del fortalecimiento del Centro Cívico que abrió el tres veces gobernador, cuando eligió Río Cuarto como su domicilio oficial y sede de gobierno.
Federalismo exterior
Los primeros 20 de días de diciembre se completarán con más giras para estrechar lazos con el intendentismo, pero también con gobernadores vecinos. Como anticipó Letra P, Llaryora, el santafesino Maximiliano Pullaro y el entrerriano Rogelio Frigerio ratificarán la voluntad de generar políticas que reimpulsen a la Región Centro del país.
Será una fase exploratoria de esta liga de gobernadores transversal con la que temprano fantaseó el sanfracisqueño y que podría tener su correlato en un funcionamiento acompasado en la Cámara de Diputados con el bloque Cambio Federal, que tiene por detrás a Horacio Rodríguez Larreta, socio incipiente de Llaryora.
Los gobernadores Perotti y Schiaretti junto a sus sucesores Pullaro y Llaryora.
Los gobernadores Perotti y Schiaretti junto a sus sucesores Pullaro y Llaryora.
Doma y folklore
La misma prioridad tendrá la primera temporada turística de la provincia. Para ello, contará con el espaldarazo de Gustavo Santos.
El director regional para las Américas de la Organización Mundial de Turismo ocupó la Agencia Córdoba Turismo en las gestiones del cordobesismo y tendrá influencia a través de Darío Capitani, quien hasta este jueves fue presidente del bloque PRO en la Legislatura y presidirá la cartera en el nuevo esquema de gobierno provincial.
Llaryora recorrerá los festivales y abrirá su gestión en un frente de centralidad en la economía productiva y comercial de la provincia. Habrá anuncios, plan de incentivos y el aumento de la conectividad por vía terrestre y área.