El Jefe autorizó viáticos sólo para una de las 15 visitas del experiodista a las provincias. Sus reuniones con empresarios también generan suspicacias.
No es novedad que Karina Milei tiene a Eduardo Serenellini en su lista negra de funcionarios que no funcionan. Pero hay una actualización, ya que el entorno presidencial ahora posó su lupa sobre los reiterados viajes del secretario de Prensa y el verdadero objetivo de ellos. La Casa Rosada podría iniciar una investigación interna.
Las sospechas cobraron fuerza la última semana y llegaron al despacho que tiene El Jefe en el primer piso de Balcarce 50: la versión es que Serenellini utilizaría su amistad con Javier Milei y la agenda presidencial, que elabora y difunde, para acercarse a empresarios y promover decisiones favorables a los intereses de esas empresas amigas.
Según pudo saber Letra P, la acusación indica que el funcionario se habría reunido con un empresario privado que opera en Tierra de Fuego, a quien le habría ofrecido una línea directa con la Presidencia y beneficios para su sector. Esa información llegó la semana pasada a los oídos de la hermana del jefe de Estado.
En Balcarce 50 creen que el funcionario utiliza su cargo para hacer lobby empresarial, tal como sucedió hace algunos meses con la autorización de pagos de pautas a 23 empresas, entre las que aparecen sus exempleadores y hasta el publicista Pepe Albistur, dueño del departamento en el que vive Alberto Fernández.
"Es un escándalo lo que está haciendo y estamos viendo la manera de sacarlo sin que eso genere un quilombo al Gobierno", contó una voz libertaria de primera línea a este medio. Además, hay quienes se preguntan cuál es la función que cumple dentro de la administración de La Libertad Avanza y cuestionan la autorización de pagos de pautas millonarias. Consultado por este escándalo, el secretario negó de manera categórica algún tipo de irregularidad.
Serenellini tuvo este miércoles agenda en Santa Fe. Es el décimo quinto viaje en lo que va de su gestión. Como es uno de los integrantes con mayor cantidad de pedidos de presupuestos para vuelos, hoteles y viáticos, incluso por encima del jefe de Gabinete, Guillermo Francos, la mesa chica presidencial deja trascender un rosario de dudas sobre los objetivos reales de cada una de sus reuniones, sobre todo, por un dato relevante: El Jefe sólo autorizó viáticos para uno de sus desembarcos.
El 10 de abril estuvo en Mendoza y mantuvo reuniones en la gobernación del radical Alfredo Cornejo y con distintos medios de comunicación. Lo mismo hizo 13 días después de este viaje, en San Luis, la provincia que administra Claudio Poggi.
El extenso itinerario se repite a lo largo de las semanas siguientes: el 8 de mayo estuvo en Chaco, el 15 en Salta y el 29 en Neuquén; mientras que el 5 de junio fue a Córdoba y el 26 a Tucumán; el 3 de julio en Jujuy, el 10 y 11 del mismo mes en Tierra del Fuego, la visita que disparó las sospechas ; el 17 en San Juan, el 24 en Catamarca, y el 31 en Misiones.
La lista se completa con otros vuelos oficiales: el 6 de agosto fue a Santiago del Estero, el 14 nuevamente a la ciudad misionera de Posadas, y este miércoles a Santa Fe. Hacia adelante tiene previsto sumar Entre Ríos.
De todos estos viajes, el único que autorizó la Secretaría General fue el de Mendoza, bajo la prédica de pasar la motosierra en los gastos de la política. "Karina autorizó el pago de viáticos del 10 de abril, pero ninguno de los otros. (Serenellini) usó su cargo con rango de ministro y la salteó", confió a Letra P una fuente al tanto de la compleja burocracia del Estado.
Consultado por este tema sensible, un vocero del experiodista de La Nación+ negó las acusaciones. "Todos los vuelos son oficiales y se realizan en empresas de línea, y las reuniones que tiene son para ofrecer una comunicación directa con el gobierno nacional", fue la respuesta.
Ante esta situación, Karina ya habría decidido ordenar una investigación interna. También le molestó que el secretario de Prensa le diera a algunos medios que era él quien estaba al frente del manejo de los medios públicos y la persona encargada de la reforma de la Televisión Pública, Encuentro y Paka Paka, pese a que esas áreas están bajo el control de El Jefe. De ahí que la hermana presidencial sospeche cree que Serenellini utiliza su amistad con Milei para mostrar funciones que no tiene dentro del Gobierno.
Con Serenellini cuestionado, la Casa Rosada desempolvó su viejo anhelo de disolver la Secretaría de Prensa. El plan incluye que todas las áreas que están bajo esa estructura pasen de manera directa a la Secretaría General, junto con el Instituto Nacional de Promoción Turística (Inprotur), que maneja $3.000 millones al año, y la Secretaria de Cultura, que está bajo la órbita del Ministerio de Capital Humano.