Pablo Javkin no pondrá la foto de su cara este año en una boleta. Sin embargo, se juega igual un 2025 de desafíos complejos. Por un lado, apadrina una lista de concejales en Rosario con escenario abierto y, por el otro, la contienda de este año impactará de lleno en el oficialismo en el camino hacia su sucesión.
Rosario, una parada complicada para el oficialismo
Unidos para Cambiar Santa Fe no selló en Rosario una lista de unidad, pero sí logró concentrar el grueso de las fuerzas de la coalición. A diferencia de lo que sucede en otros terruños, el oficialismo hoy no tiene nombres de peso para sustituir a Javkin. La pugna del cierre de listas fue una suerte de pelea de enanos. A nadie le sobra nada en la cuna de la Bandera y, en la cabeza del intendente, dos mandatos ya bastan.
Javkin tiene, más que nunca, su elección legislativa este año. Abrazó a Carolina Labayru, aún ante cierta resistencia interna, cerró con la UCR para que Damián Pullaro, hermano del gobernador, sea el número dos en la nómina, y el PRO y el socialismo completen el cuarteto. Mucho y bien, pero su candidata arranca de atrás. Con bajo conocimiento y solo experiencia en gestión, necesita el espaldarazo del uno. El intendente, lo sabe, será responsable de su resultado. Victoria o derrota.
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Carolina Labayru, la candidato de Pablo Javkin en Rosario.
El peronismo, la amenaza local
El peronismo tiene en Rosario un bastión donde, si bien no gana desde hace casi 40 años, hoy tiene fortaleza. En la figura del dirigente de Ciudad Futura (CF), ahora candidato oficial del PJ para la categoría de convencionales constituyentes, Juan Monteverde, y, en menor medida, de Lisandro Cavatorta. Además, ahora a Unidos le apareció otro contrincante, el periodista Juan Pedro Aleart, debutante y candidato de La Libertad Avanza (LLA). Es compleja para Unidos la elección legislativa local, se insiste.
Javkin dio en la apertura de sesiones una primera pista de su aporte en campaña. Eligió, sin alusión directa, embestir contra CF y remarcar que es parte del peronismo que se olvidó de Rosario. De LLA no hizo menciones, para alegría de los cráneos del gobierno provincial que entienden que el adversario es el peronismo y que Unidos y la fuerza libertaria comparten electorado.
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En una reciente reunión política que se llevó a cabo en el Gran Rosario, puntales del radicalismo le dejaron en claro a la dirigencia que el 13 de abril hay que priorizar las elecciones constituyentes a dos puntas: la que se juega por distrito único y cuya boleta lidera el gobernador Pullaro y la departamental, que tiene como cabeza de lista al senador Ciro Seisas. Las locales, a la cola. Tema de los intendentes. El 29 de junio será otra la historia.
Por eso también Javkin tiene que ponerle el cuerpo a la elección de Labayru. Rosario está mejor, no es falsa la afirmación del intendente. La ciudad mejoró y apaciguó su pasado reciente de violencia extrema. Hay un trabajo conjunto y coordinado del Estado que no existía hasta 2023. Ahora hay espacio para la obra pública, para la que desembolsa de modo muy fuerte el gobierno provincial y para la que tiene que aportar el municipio.
Pullaro podrá hacer su aporte una vez superado el 13 de abril. Ahora se concentra en la gestión, evita el formato electoral, pero después, en las generales municipales de junio, puede contribuir a la causa. Rosario es puntal para los intereses del oficialismo, a presente y futuro.
Quién sucede a Pablo Javkin
Más adelante, si bien es pronto, Unidos tampoco tiene claro quién o quiénes serán los alfiles de 2027. El radicalismo no tiene una figura propia, aunque puede recostarse sobre el socialista aliado Federico Lifschitz. Javkin tiene en Seisas a un jugador, hasta ahora ganador, que tiene un versus muy difícil con Aleart, pero –como se escribió en esta columna– de superarlo quedará muy bien posicionado.
A Javkin nunca nada le resultó fácil. Le costó llegar a la Intendencia ante un socialismo que lo apartaba y, una vez que entró al Palacio de los Leones, pudo retener y ganar la senaduría. Además, triunfó en las dos legislativas locales que disputó hasta ahora. Considera por lo bajo que no se lo reconoce como tal. Ahora tiene otra instancia para medirse y renovar laureles. Arriesga Unidos, pero también él pone cosas en juego.