Federico Sturzenegger es el cerebro del decretazo de necesidad y urgencia con el que Javier Milei inauguró su gobierno, allá por diciembre, en un mensaje emitido por cadena nacional que tuvo al economista ultraliberal como uno de los edecanes presidenciales.
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Federico Sturzenegger, soldado de Javier Milei en la cadena nacional del 20 de diciembre, en el amanecer libertario.
Pasó casi siete meses a la sombra del ministro de Economía, Toto Caputo, acaso rumiando maldiciones, pero ahora, con la ley ómnibus finalmente sancionada, sale de su confinamiento en una oficina sin funciones y cae en el gabinete con el rango de ministro de Desregulación y Transformación del Estado, una chapa acorde a su musculatura al servicio del desguace de la "organización criminal" que conduce El Topo Javier Milei para detonarla desde adentro.
A diferencia del androide que protagoniza el clásico de James Cameron, que viene del futuro para matar a la mujer que engrendrará al líder de la resistencia humana en la guerra contra las máquinas controladas por inteligencia artificial -y fracasa, como le recordó el formoseño José Mayans al Presidente-, este Terminator de fabricación nacional con incrustaciones estadounidenses vuelve desde el reciente pasado macrista con la misión de eliminar al Estado y sus regulaciones, la máquina de impedir que aborrece el líder libertario global.
Como buen killer, no fue llamado a hacer su tarea con buenos modales: la megarreforma de Sturzenegger salió a los tiros de lapicera presidencial. Después, su prima republicana, la arisca ley ómnibus, se embarró en el pantano de la casta parlamentaria, que fue postergando los planes monumentalistas del máximo exponente mundial de la libertad de escribir, con el Pacto de Mayo, un hito indeleble en la historia grande de la Nación. Lo hará el 9 de julio en Tucumán, aunque el jefe de Estado no ha podido evitar su devaluacón, como viene haciendo con la del peso a pesar de la presión de la patria exportadora.
The Terminator - I'll be back
Federico Sturzenegger, el primer arrepentido macrista
Sturzenegger presidió el Banco Central durante el 62,5%: 30 de los 48 meses del gobierno que encabezó Mauricio Macri. Asumió con el ingeniero, en diciembre de 2015, y dejó el cargo en junio de 2018.
En noviembre de 2019, cuando la aventura cambiemista ya había sido cancelada por la volunad popular, le tiró una tonelada de piedras al gobierno del que había sido un actor clave durante aquellos 30 meses. "El fracaso económico de Macri es sorprendente”, escribió en un artículo publicado en la revista Americas Quarterly. ¿Por qué, Federico? “Porque no solo se enfrentó a un escenario internacional relativamente benigno (sin cambios significativos en sus términos de intercambio, por ejemplo), sino también porque recibió un apoyo sin precedentes”, argumentó.
En ese artículo, el expresidente del Banco Ciudad se sacó el lazo por las patas: le adjudicó el fracaso de Macri a una suerte de intervención de la Casa Rosada sobre la política monetaria que, a su juicio, rompió la independencia del Banco Central y modificó las metas de inflación. La tristemente célebre conferencia de prensa del 28 de diciembre de 2017, de la que participó con notable cara de póker.
Embed - Dujovne: "Vamos a recalibrar nuestras metas de inflación para los próximos años"
Según Sturzenegger, él sería un santo inocente a quien no se le puede imputar el saldo de la presidencia Macri, que sintetizó en dos datos: "Una caída en el ingreso per cápita de cerca del 10% y una inflación acumulada superior al 300%".
El economista de 58 años, que obtuvo su título de grado en la Universidad Nacional de La Plata (UNLP) y se doctoró en el presitigioso Instituto de Tecnología de Massachusetts (conocido como MIT, por su sigla en inglés), no nació del repollo macrista. Catorce años antes de asumir en el Central, fue uno de los responsables del "megacanje" de 2001, una de las buenas noticias que por entonces anunciaba Fernando de la Rúa como la plataforma para el definitivo despegue de la Argentina y no fue otra cosa que un eslabón más en la cadena de sobreendeudamiento que terminó ahorcando al país.
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Rescatado por Patricia Bullrich, el killer presentó en septiembre pasado, con un video que publicó en las redes sociales, su megaproyecto de "desregulación económica" contemplaba, según se conocía entonces, un desfinanciamiento de la seguridad social a través de una baja de los aportes patronales; una extensión del empleo temporario o basura; una reducción de las indemnizaciones por despido; la eliminación de multas a quienes contraten personal en negro; una desindexación de las deudas por indemnizaciones no pagadas; la generalización voluntaria del "sistema UOCRA" de seguro de despido y un recorte de los aportes de los trabajadores a sus sindicatos, además de la eliminación de responsabilidades de las empresas tercerizadas en caso de juicio laboral y la distinción entre "salario" y "sueldo" para excluir ciertas bonificaciones de los reclamos indemnizatorios.
El bodoque era "un shock de libertad", según su autor.
Adolfo Jr.: de tal palo...
Federico es también Adolfo. Recibió su segundo nombre de su padre, Adolfo Sturzenegger, referente de una familia de City Bell, la zona más exclusiva del partido de La Plata, de buen nombre en los círculos de la derecha conservadora de la capital bonaerense.
Papá Adolfo, que militó la Acción por la República de Domingo Cavallo -jefe de una las familias poderosas del gobierno de Milei-, le legó mucho más que un nombre y un apellido ilustres en el Círculo Rojo ultraliberal. Federico creció escuchando maldiciones sobre el Estado y sus regulaciones satánicas.
En enero de 2000, Adolfo le pedía al gobierno de la Alianza que diera "señales muy claras de que en los próximos cuatro años va a quedar completo un proceso de reestructuración y de reingeniería del sector público" que contemplara "la eliminación de todas las regulaciones laborales que afectan la productividad y la eficiencia".
Para Sturzenegger hijo, entonces, exterminar al Estado es un mandato familiar que ahora intenta honrar.