Tras varios meses de discusiones, la conducción de la UCR de Córdoba fijó el día para realizar las elecciones internas en las que se definirán los nombres de la lista que estará en el cuarto oscuro en la puja legislativa nacional de octubre. La fecha elegida es el domingo 3 de agosto y tres son los escenarios posibles: la interna, el acuerdo y la ruptura.
Los márgenes son apretados: serán cuatro días antes de que se cumpla el plazo para solicitar reconocimiento de eventuales alianzas, dos semanas previas al vencimiento del plazo para registrar las candidaturas.
La decisión fue refrendada este lunes por la noche, en reunión convocada por el presidente del partido, Marcos Ferrer. Hasta minutos antes, representantes de distintas líneas internas ponían en duda su participación.
Tres de ellos, Integración para una Confluencia Radical, Córdoba Abierta e Identidad Radical, llegaron a presentar una nota en la que anticipaban su ausencia en el cónclave, considerando que el mismo significaba “una nueva instancia que dilata una decisión que corresponde en derecho y nos aleja de la concreción democrática de los afiliados y adherentes a este centenario partido tomen postura, a través de que su participación, sobre el camino que se debe tomar”.
A partir de ahora, con plazos fatales ya corriendo, se abren tres escenarios posibles, todos ellos sujetos a una negociación que se prolonga desde el verano, sin acercamientos entre las posturas enfrentadas.
Voceros de núcleos opositores a la conducción del Comité Provincia desconfían de la concreción de las internas. Según interpretan, se trata de otro paso para evitar la definición crucial: si la UCR acudirá en soledad o en alianza a los comicios de octubre.
O más precisamente, si Rodrigo de Loredo logrará aunar voluntades en caso de impulsar un acuerdo con Javier Milei, posibilidad que genera cerrado rechazo en una parte de la feligresía boinablanca. En el polo que lidera el diputado sobrevuela la hipótesis de que no habrá 2027 parea la UCR sin 2025.
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Marcos Ferrer, intendente de Río Tercero y presidente de la UCR de Córdoba
Más probable, por afinidades preexistentes, parece la reedición de un pacto con el PRO. Se trata de una opción que nunca descuidó el diputado, aunque con pocas posibilidades de triunfo en sólo unos meses. No se refiere sólo de renovar bríos para el partido: el excandidato a intendente necesita renovar su banca, condición indispensable para mantener un lugar preponderante de cara a 2027, obsesión que comparte con Luis Juez.
Desde Generación X, corriente que tiene a De Loredo y Ferrer como referentes, prefieren despejar la definición de una fecha para internas de cualquier otra especulación. “Pese a todos los esfuerzos que hicimos para encontrar consensos y arribar a un acuerdo, esto no fue posible. No pierdo la esperanza de que con la fecha puesta se puedan abrir los canales de diálogo necesarios para arribar a un acuerdo”, expresó el intendente riotercerense en un mínimo texto compartido por Whatsapp.
Desde Más Radicalismo, corriente que lidera Ramón Mestre, consideran como “un triunfo simbólico” la convocatoria a una compulsa intestina.
Según destacan, se trata del pedido que han impulsado desde febrero, amparados en el cronograma acordado en la disputa por autoridades partidarias del pasado año. El mismo por el que han debido apelar, incluso, a la intervención de la Justicia hace poco menos de dos meses. “No les quedaba margen. Si no lo hacían, la propia Justicia los iba a obligar”, analizan.
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La reflexión alumbra un camino sin acuerdo final. Si se tratase, efectivamente, de otra maniobra dilatoria, quedaría irresuelto el principal cuestionamiento que hace el mestrismo: que sean los propios afiliados los que definan si se avienen a un acuerdo con un gobierno libertario, al que perciben en las antípodas de sus postulados doctrinarios.
Prefigurando una ruptura, aún a sabiendas de las escasas chances de triunfo que ello implicaría, los impulsores de una Lista 3 pura, las líneas internas que convergen con el exintendente sienten que al menos la discusión venidera se dará “en igualdad de condiciones”. Es decir, con más instancias de participación que podrían neutralizar el predominio del deloredismo en los órganos partidarios.
“La decisión de ir a internas fue aprobada por unanimidad. Quedó claro, en palabras del propio presidente, que mañana mismo seguiremos trabajando para aceitar el diálogo”, concluyen.
El espíritu de la UCR
Las dificultades que conllevaría concretar las elecciones no amedrentan a quienes impulsan una decisión de los afiliados, no de las cúpulas. “Si es por la plata y el partido dice no tenerla, la pondremos los núcleos. Lo económico no puede ser obstáculo”, dicen desde el mestrismo.
Según lo acordado este lunes, se requerirá un piso de 10 mil votantes, cifra que incluye a enrolados en el partido e independientes que estarán habilitados para sufragar. Tal nivel de participación requeriría también un trabajo en toda la provincia, instando al involucramiento de los referentes territoriales.
Con el cronograma electoral corriendo ya, no son pocos los que esperan un acuerdo que evite una compulsa de potencialidad fratricida. Saben, sólo dos inviernos median hasta el objetivo que los desvela hace 25 años: recuperar el gobierno de la provincia.