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La tregua invernal, el llamado de Máximo Kirchner y la foto que se viene con Axel Kicillof

Tras el desplante, el diputado pidió un encuentro para descomprimir. El gobernador no quiere guerra. Foquismo en La Cámpora y rebelión de cuervos.

El faltazo total de la dirigencia de La Cámpora al plenario encabezado por Kicillof en Florencio Varela marcó un límite. Hizo que algunas tribus abandonaran la postura equidistante que habían tomado y empezaran a reclamar un impasse. Un llamado de Máximo a Kicillof y otras señales intentan edificar la paz mientras resuena la rebelión camporista de la tropa alineada al ministro de Desarrollo de la Comunidad, Andrés Larroque.

La iniciativa de Máximo Kirchner

Pese a que se mantuvo firme en la decisión de que su tropa no participara del plenario de la militancia, Kirchner tomó la iniciativa de acercamiento. A horas del acto, se comunicó con el gobernador para explicarle por qué no irían. Le dijo que hubiera preferido participar de la organización de la actividad.

Según supo Letra P, le ofreció realizar un encuentro entre ambos en el formato y con las figuras que a Kicillof mejor le parezca. No hay fecha prevista para esa foto. En ambos campamentos creen que sería una manera de liberar tensiones en el peronismo y mandar un mensaje hacia afuera.

“La intención es bajar tensiones. Pueden haber discusiones o diferencias tácticas o políticas, pero entre ellos son muchas más las coincidencias en temas profundos y de fondo”, dijo a este medio alguien muy cercano al hijo de Cristina Fernández de Kirchner.

El llamado a elecciones en el PJ bonaerense, si bien molestó a parte de la dirigencia por sus formas -nadie sabía de la decisión tomada por Kirchner- sirvió también para “descomprimir”.

La señales de Axel Kicillof Kicillof

El gobernador siempre se mantuvo alejado de las disputas. Siempre mantuvo ese comportamiento. Al cerrar el plenario de la militancia, no hizo referencia a las peleas internas ni al llamado a elecciones en el PJ. Se cuidó de que ningún tramo de su discurso pudiera ser leído como un mensaje encriptado al interior del peronismo. Su negocio es continuar la construcción de su figura nacional, plantarse como “la” oposición a Milei y caminar rumbo a una candidatura presidencial en 2027.

Axel Kicillof en el plenario de Florencio Varela.webp

Aunque prefieren no hacer referencias públicas sobre el tema, en el oficialismo bonaerense hay quienes empujan listas de unidad para evitar una pelea por el PJ. Kicillof quiere salir por arriba de ese laberinto.

Una fuente del entorno del gobernador dijo a Letra P que Kicillof está convencido de que no tiene ningún sentido tensionar ni profundizar las disputas y que los debates tienen que ser hacia adentro.

“No tenemos la más mínima intención de que se genere ninguna tensión ni ruptura. No es el momento ni la manera, somos parte de un mismo proyecto, tenemos la misma conducción, podemos tener diferentes maneras de ver algunas cosas, pero eso no tiene mayor preponderancia para nosotros”, dijo la persona muy cercana al mandatario.

El peronismo del medio acompaña

Como contó Letra P, un sector del peronismo hace fuerza para poner fin a las discusiones internas, al menos públicamente, mientras generan mesas de charlas y rosca privada para encauzar la discusión.

El ministro de Infraestructura, Gabriel Katopodis, recorre radios y programas de televisión dando mensajes de calma. En privado, intendentes militan la convivencia pacífica entre Kicillof y Kirchner. Lo hacen la intendenta de Moreno y representante del Movimiento Evita, Mariel Fernández, y su par de Merlo, Gustavo Menéndez. Daniel Gollán y Sergio Berni siguen la misma línea en los medios de comunicación.

Las esquirlas de la guerra: rebelión en la tropa camporista

Con todo, en los últimos días se multiplicaron los fotos de tensión en La Cámpora. Primero sorprendió un comunicado de la orga de San Isidro en el que se destaca la figura de Kicillof y se cuestiona que las referencias más importantes de la agrupación de Kirchner se hayan ausentado del plenario de la militancia. Siguieron el mismo camino dirigentes camporistas de San Fernando, José C. Paz, Florencio Varela, Necochea y Bahía Blanca, donde dirigentes camporistas se pasaron a las filas del ministro de Desarrollo de la Comunidad, Andrés Larroque.

Embed - La Cámpora San Isidro on Instagram: "Desde La Cámpora San Isidro queremos manifestar nuestro apoyo y solidaridad con el compañero Gobernador de la Provincia de Buenos Aires, Axel Kicillof. El Gobernador está abocado desde el 10 de diciembre a la agenda que planteó Cristina, en pie de lucha para acompañar a las y los bonaerenses. En momentos donde no debe haber espacio para la especulación, nos llama mucho la atención que tanto dirigentes nacionales como provinciales, compañeros y compañeras de La Cámpora que tienen altas responsabilidades institucionales, no hayan concurrido al Plenario de la Militancia que se realizó el pasado sábado en Florencio Varela. A su vez, resulta inentendible cómo se pretende sostener un crecimiento cuantitativo y cualitativo de la organización, cuando desde hace un tiempo no existen los ámbitos de discusión política más allá de lo que resuelva cada distrito. En este sentido, consideramos que la manera de resistir a los embates de la actualidad es con la conformación de un gran frente idea que, por definición, se contrapone con espacios pequeños en donde las decisiones políticas se toman a espaldas de la militancia. Es tiempo de sentarnos y saldar debates, la hora de los pueblos ha llegado."

En el caso de San Isidro, quien está (o estaba) al frente de la organización es Marcos Cianni, director provincial de Deportes bajo la órbita de Larroque. Según dijo un dirigente que lo conoce de cerca, Cianni “siempre fue orga”, pero también “siempre fue cuervo”, en referencia a la cercanía entre ambos pese al alejamiento de Larroque de la organización hace poco más de un año. La misma situación se da en el caso de San Fernando con la concejala Paula Guevara; en Florencio Varela, con Jorge Romero, y en Necochea, con Andrea Cáceres.

Cerca de Kirchner ven la movida como una “avivada” con “poco tino”. Una fuente de la organización consultada por este medio consideró una “chiquilinada” usar el sello de La Cámpora. Cuando una acción “madura”, si no estaban de acuerdo era simplemente irse. Dijo además que el movimiento es “inoportuno” ya que Kicillof y Kirchner están yendo por un camino de “bajar tensiones”.

Maximo Kirchner y Axel Kicillof.
Héctor Daer abraza a Axel Kicillof en la sede de la CGT. Foto: Pilar Camacho

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