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La carrera contra el tiempo de Javier Milei

El Presidente aprieta el acelerador porque sabe que es ahora o nunca. Daños colaterales en el Círculo Rojo y costos políticos. Las dudas que persisten.

Después del Caputazo y del decretazo, Javier Milei sigue con su blitzkrieg desregulador, estrategia con la que toma con la guardia baja al Congreso, el sistema de partidos y la propia sociedad, que se asoma a una etapa de extrema retirada del Estado y mayor empobrecimiento. La tercera etapa se conocerá esta semana, la última del año, e incluye un recorte de aproximadamente 7.000 contratos en la administración pública y un megaproyecto de ley que incluirá ambiciosas disposiciones tributarias, electorales, de inversión extranjera y reforma administrativa.

Primero lo primero. ¿A dónde nos lleva este torbellino enloquecido en que el Presidente ha convertido el país, uno que, acaso, abra brechas impensadas en el Círculo Rojo?

El DNU revoluciona apetitos poderosos

Muchas personas en Argentina observan con angustia que la posibilidad de que el DNU de la discordia rija desde el viernes dependerá más de las cautelares que emanen del Fuero Contencioso Administrativo –y algún día de la Corte Suprema– que de lo que hagan en el edificio que queda frente a la Confitería del Molino, cuyos actores se abocarían a la cuestión seriamente en marzo, cuando comiencen las sesiones ordinarias. El Milei de ese mes podría tener más o menos fuerza que el de hoy, pero el daño que el decreto podría provocar si rigiera hasta entonces sería grande. Bastaría con preguntarles sobre eso a quienes alquilan su vivienda.

O, si se quisiera, a grupos clave del Círculo Rojo, como Clarín.

Este lunes por la noche, en La Nación +, Miguel Ángel Pichetto puso el dedo en una llaga abierta. "¿Qué opinará Telecom, que invirtió en redes de fibra óptica en el suelo, sobre la desregulación del mercado de Internet y televisión (paga) para que entre Elon Musk, que tiene la capacidad de dar un servicio muy barato para quedarse con el mercado?".

El diputado olvidó mencionar que Musk, encima, fue ponderado por Milei en el fin de semana debido a su interés en el litio nacional. Hay allí una relación por demás curiosa y sugestiva. Sin embargo, conceptual, sí opinó –y está en lo cierto– que el DNU parece escrito a medida de un "capitalismo de amigos". Una inédita brecha podría abrirse entre esos aliados de hierro que son Clarín y Techint, el primero al parecer perjudicado por el decretazo y el segundo, todo lo indica, beneficiado por la entrega llave en mano a varios de sus ejecutivos de toda la línea de conducción de YPF, empresa que sería privatizada y que es la primera operadora en Vaca Muerta, seguida, casualmente, por Tecpetrol, del mencionado grupo.

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En tanto, vale reiterar preguntas que este medio se formuló desde el inicio, las que permanecen sin repuesta y resultan cruciales para saber por qué sendero seguirá andando el país:

  • ¿Logrará la Unión Cívica Radical (UCR), el fiel de la balanza en Diputados, una posición que sintetice a quienes simpatizan con el fondo con quienes denuncian la forma? Con esto, ¿podrá asegurar su unidad en torno a esta cuestión medular y, de ese modo, inducir a Milei a no insistir con un modus operandi que pone en la ilegalidad su proyecto pinochetista de cambio de régimen? A propósito... ¿el peronismo cómo jugará y, sobre todo, con qué grado de unidad?
  • Mientras, ¿se aferrará el Gobierno a su presunto dogmatismo o tendrá la ductilidad para entregar el mega-DNU y convertirlo en proyectos de ley o en varios decretos de modo de sacrificar lo secundario para asegurarse lo que es central para su idea de la Argentina?
  • ¿Será que, por caso, la competencia entre obras sociales y prepagas, y los aportes de los trabajadores a los sindicatos –las cajas– son cazabobos para inducir a la CGT a negociar –aceptar– el abaratamiento de las indemnizaciones y la domesticación del derecho de huelga?
  • ¿Estamos viendo la imagen completa de la táctica mileísta –ojo, la estrategia es otra cosa y resulta inquietamente maximalista– o apenas un detalle del fresco del DNU?

Las encuestas ya le sugieren al Presidente, si es que sabe leerlas, un incipiente costo político por el peso del programa que está descargando sobre la sociedad. La habitual luna de miel de las autoridades nuevas, que eleva la popularidad bien por encima de la votación que hayan registrado, no se está verificando en su caso. Con todo, mantener algo así como su 55% del ballotage le evita por ahora que eso sea un problema, el hombre se siente en la cresta de la ola y está totalmente convencido de que, si logrará algo, será ahora. Mañana será tarde para él.

¿quien piensa en el 44%?
los dialoguistas de la cgt dilatan el paro general contra el decretazo de javier milei

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