La mesa de conducción política de la CGT se divide por estas horas entre los gremios que apuestan por abrir canales de negociación con el gobierno de Javier Milei para ir de menor a mayor en la dinámica del conflicto contra el paquete de medidas contenidas el decretazo presidencial y los que empujan para acelerar la confrontación que derive en un paro general en las próximas semanas, quizás la segunda quincena de enero.
El estado de debate interno cegetista se profundiza a pocas horas de que la central obrera hiciera su primera movida en rechazo al decretazo y a la desregulación laboral que contiene. Será el próximo miércoles, en una jornada en la que la CGT movilizará y concentrará frente a Tribunales para presentar ante la Justicia una impugnación al DNU, una estrategia judicial que incluye amparos masivos de gremios y particulares en todos los fueros.
A la marcha se sumarán las dos CTA y la UTEP pero en la CGT todavía no hay consenso sobre qué calibre se le va a dar a la marcha. Algunos, como Pablo Moyano, ya promovieron una suerte de desafío abierto al protocolo antipiquete de Patricia Bullrich y empujan para una movilización masiva, que empiece a mostrar el músculo callejero de la central. Pero otros plantean una suerte de marcha testimonial, que respalde la estrategia judicial para frenar la aplicación de la reforma laborar, que recorta el derecho a huelga, desregula las modalidades de contratación y las indemnizaciones.
La cara visible de la postura más cauta con respecto al paro general es Gerardo Martínez, que el jueves fue anfitrión en la sede de la UOCRA de la reunión de la CGT en la que se resolvió movilizar el miércoles y convocar al Comité Central Confederal, el máximo órgano interno, para el jueves.
Martínez mantuvo un encuentro durante la campaña con Milei, que lo consultó por el fondo de desempleo que tiene su gremio como mecanismo para reemplazar las indemnizaciones. Y el jueves era uno de los dirigentes sindicales que iba a reunirse con el ministro del Interior Guillermo Francos, un encuentro que se cayó por un supuesto "desplante" del funcionario. Junto a Martínez se alinea Andrés Rodríguez, de UPCN, en el sector de gremios independientes, equidistantes a los "Gordos" y al sector kirchnerista.
Las posturas más propensas a apurar la convocatoria a un paro general tuvieron varias expresiones en los últimos días, como Abel Furlán, de UOM que aventuró una medida de fuerza para la segunda quincena de enero, y Oscar Maturano, de La Fraternidad que planteó en la reunión del jueves llamar al paro sin más demoras. Entre los que apoyarán iniciar el camino a la medida de fuerza en el corto plazo está Héctor Daer, uno de los tres secretarios generales.
“No hay dudas de que habrá un endurecimiento en el accionar sindical. Tenemos claro los intereses que defendemos”, avisó Daer este sábado en AM750.
La cuestión se debatirá el jueves en un marco de creciente presión sobre la CGT del resto de las centrales sindicales. La CTA Autónoma de Cachorro Godoy intentó construir respaldos para un paro general conjunto con la CGT que también incluya a la CTA de los Trabajadores de Hugo Yasky, una medida de fuerza contundente y sin dilaciones. Pero encontró resistencias en la mesa que comparte junto a los gremios de la Corriente Federal, la UOM de Furlán, la UTEP comandada por el Movimiento Evita, y La Patria es el otro, de Andrés Larroque.
En esa mesa sindical y política, que empieza a erigirse como un sector de peso en la reconstrucción del peronismo, hay matices sobre la estrategia a seguir contra el decretazo de Milei. Por ahora, como en la CGT, se imponen las posturas que piden no apurar la dinámica e ir construyendo poco a poco la oposición callejera contra el gobierno. Los tiempos están corriendo.