Todos los días un pueblo nuevo. De ciudad en ciudad, Adán Bahl, el candidato elegido por Gustavo Bordet, recorre Entre Ríos convocando y reuniendo a las poblaciones alrededor de su acordeón. El instrumento, que se convirtió en ícono de su campaña, lo acerca a la gente y al mismo tiempo reafirma el mensaje de entrerrianía, foco de su estrategia discursiva.
Con impronta de hombre parsimonioso, de un andar y hablar pausados, Bahl apela a tres conceptos centrales en su mensaje de campaña: mostrarse como el sucesor del actual gobierno peronista, pero con innovación; llevar cierta “tranquilidad” ante el bullicio del contexto nacional; y desarmar el “marketing electoral” de Rogelio Frigerio, anteponiendo su propia “sencillez”. La comunicación va en sintonía: abundan en sus declaraciones frases que plantean “la simpleza” del candidato como contracara de una campaña basada en “slogans y focus group” que le atribuyen al candidato opositor.
Bahl busca constantemente reafirmar su condición de local frente a la de “visitante” que desde el peronismo se le asigna a Frigerio. Esta estrategia es incluso compartida con el radical Pedro Galimberti -adversario del ex ministro del Interior en la interna de Juntos por Entre Ríos– con quien Bahl reconoce tener coincidencias en la mirada.
Sin rival interno, camino al 13 de agosto, el candidato único del peronismo decidió evitar confrontaciones con los contendientes de Juntos por Entre Ríos y se mueve directamente como si fuese un escenario post PASO que lo posiciona en un mano a mano con Frigerio, el 22 de octubre.
“No mentimos ni hablamos con slogans o focus groups. Trabajamos y estamos preparados para mejorarle la vida a los vecinos en cada pueblo y ciudad entrerriana”, sostuvo Bahl en una de las actividades de campaña de esta semana en la localidad de Maciá, en el centro de la provincia.
https://publish.twitter.com/oembed?url=https%3A%2F%2Ftwitter.com%2Fadanhbahl%2Fstatus%2F1683819317094125569&partner=&hide_thread=false
En sintonía con las declaraciones del cordobés Martín Llaryora, Bahl, con estilo más moderado, instruyó a su militancia a recalcar el mensaje localista: “Necesitamos preguntarles a los vecinos, ¿en quién van a confiar? ¿En los que ya estuvieron y nos mintieron? (…) ¿Van a confiar en los que vienen de afuera, con fórmulas traídas desde Capital Federal?”, arengó.
Bahl pivotea siempre con una sonrisa el escenario de desventaja que le auguran las encuestas que se conocieron hasta ahora. Con su dedicación full time -pidió licencia en la intendencia de Paraná-, espera revertir la tendencia y el primer objetivo en ese sentido es lograr posicionarse: que lo conozcan sí o sí. No está solo en ese cometido. A la campaña la lleva adelante el propio Bahl con su equipo, encabezado por el jefe de campaña -una persona de su extrema confianza y con quien trabaja hace años-, y seis personas que viajan con él y son parte del equipo de comunicación. Hasta aquí el gobernador Bordet no marcó presencia en la campaña.
La novedad en este tramo de cara a las PASO es el refuerzo en redes sociales, hasta ahora un fuerte indiscutido de Frigerio. Para disputar esa audiencia, Bahl empezó a mostrarse más descontracturado en las trastiendas de los viajes: comiendo sándwiches de milanesas, comentando sobre el clima, o recibiendo de regalo un par de alpargatas con su nombre.
Desde su entorno apuntan que la campaña debe ser 360 y que ninguna audiencia puede ser descuidada. Por eso, y al ser candidato único, trabajan específicamente en la coordinación con los equipos de campaña de las intendencias. “Necesitamos que el mensaje llegue claro y de manera eficiente a cada entrerriano y entrerriana”, señalan. Se reúnen y definen líneas de argumentación que luego replican cada una de las candidaturas locales. En ciudades importantes donde hay internas con varias listas, como en Concordia, todas militan la candidatura de Bahl a la gobernación.
La coordinación de campaña se apoya también en referentes legislativos de orden nacional y provincial, encolumnados en la misión “Bahl gobernador”. Se destacan el diputado nacional Marcelo Casaretto y el legislador provincial Néstor Loggio -este último, un cuadro político que Bordet fidelizó del Frente Grande, partido que integra la alianza oficialista Más para Entre Ríos-. Ambos refuerzan la estrategia central de Bahl: poner en evidencia la condición de “foráneo” de Frigerio.
Casaretto y Loggio son los encargados de cuestionar cada aparición pública que el ex ministro tiene. Esta semana, Casaretto mostró las ausencias de Frigerio en el Congreso –antes de renunciar– e hizo públicos los montos que su espacio invierte en publicidad digital, sugiriendo que pediría ante la justicia saber el origen de esos fondos. Loggio, por su parte, criticó la falta de rigor de los datos que Frigerio expone en sus apariciones públicas y llamó al PRO “un partido capitalino que exporta gerentes”.