Karina Banfi milita desde los 18 años en la UCR, “el primer partido feminista”, afirma en entrevista con Letra P. Desde 2015 ocupa una banca en el Congreso como diputada nacional por Buenos Aires y es candidata a la reelección para un tercer mandato por Juntos por el Cambio. Para la legisladora, el debate parlamentario se deterioró en los últimos años pero confía en salir electa y propiciar un trabajo colectivo. Desde su espacio, busca trabajar en proyectos “que puedan generar alguna transformación estratégica en la sociedad” y, detrás de la candidatura de Patricia Bullrich, asegura que es el momento de las mujeres en la política.
-¿Cómo ve el panorama nacional y cuál es la expectativa para las elecciones de octubre?
-Argentina está atravesando momentos de elecciones muy distintos. Hubo una PASO, en la que tuvimos que resolver dentro de nuestra coalición quién lideraba la campaña para generar un cambio radical en el modo en el que se llevan adelante las distintas políticas para el desarrollo económico, productivo y social de la Argentina. Me refiero a terminar con el populismo. Ahora, esta elección viene a resolver el cómo lo vamos a hacer. Para nosotros desde el inicio fue con Patricia, con un equipo integrado por gobernadores en donde, por primera vez en 40 años, una bandera no peronista ha logrado ganar en varias provincias. Genera otro mapa federal y, además, tenemos la expectativa de tener mayoría en el Senado.
-Juntos por el Cambio logró la gobernación en, al menos, diez provincias ¿cree que es un buen augurio para las generales?
-Tengo mucha esperanza. No me dejo llevar por las encuestas porque tienen un margen de error bastante importante. La percepción que tengo al recorrer la provincia de Buenos Aires es muy positiva con respecto a Patricia y a las propuestas.
La (no) propuesta de Milei
-¿Qué opina del fenómeno Milei?
-Responde a una estructura global. La impronta de Milei se ha reproducido en otro tipo de candidatos, con algunos matices, en otros países que incluso han llegado a la presidencia. Argentina, con el deterioro institucional que han provocado estos casi 20 años de populismo, está a punto caramelo para la inserción de este tipo de manifestaciones políticas que se dan en estos contextos. Responden a contener cierto humor social, de descontento y de falta de asimilación en términos de ese vínculo entre el Estado y la sociedad para resolver los problemas de la gente.
No me queda clara su propuesta de gobierno, más allá de repetir de memoria algunos conceptos económicos. Es fundamental que al momento de votar la gente pueda observar quién va a poder gobernar. Milei es la continuidad por derecha del populismo que venimos teniendo por izquierda.
-¿Cree que habrá resultado en primera vuelta o en un ballotage?
-Deseo que ganemos en primera vuelta porque eso le va a dar a Patricia una fortaleza indiscutida. Pero las condiciones en las que está Argentina hoy, con una crisis inflacionaria en donde la gente manifiesta malestar con los políticos, puede llevar a una segunda vuelta porque la deserción del votante puede que se mantenga.
-¿Cómo analiza la actividad del Congreso y el diálogo entre las diferentes fuerzas políticas?
-Veo un deterioro del debate público, especialmente desde 2019. Entre 2015 y 2019 había otro tipo de diálogo y conversación pública con las otras fuerzas políticas que nos permitió avanzar en leyes, como fue el caso de la Interrupción Voluntaria del Embarazo. Se buscaba que las leyes salieran por unanimidad. A partir de 2019, mediante la impronta política que ha tenido Sergio Massa como presidente de la Cámara de Diputados y Cristina Kirchner en el Senado, se ha deteriorado mucho el trabajo parlamentario porque lo han llevado a un campo de batalla. Con la llegada de Cecilia Moreau ha sido muy difícil el diálogo con los bloques y nunca pudo tener una sesión ordinaria. Tenemos permanentemente la puja de tener el debate del recinto con los temas que ellos quieren y nosotros no podemos tratar nuestros proyectos. Voy a procurar que el Congreso de la Nación sea extremadamente opuesto a lo que ha sido hasta ahora.
-¿Cómo fue el debate en relación a las últimas leyes aprobadas?
-En el tema de alquileres, por ejemplo, el problema no está en la ley, sino en el desarrollo económico y social para llevarla adelante. En Argentina necesitás previamente tener otros aditamentos para que esa ley funcione. Si no tenés crédito hipotecario y un salario fuerte no hay posibilidad de una ley tan intervenida por el Estado. Genera una bomba de tiempo porque retrae el mercado, no hay oferta y sube el precio de los alquileres. Es una situación muy alarmante ante la falta de crédito hipotecario y de políticas de construcción de vivienda social. Argentina es un mercado principalmente cuentapropista, donde una persona busca hacer una diferencia en sus ingresos con un departamento que compró o heredó en algún momento. No le tenés que generar mayores problemas porque no lo va a poner en alquiler.
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-¿Cómo analiza el lugar de la mujer en la política?
-Es el tiempo de las mujeres y me refiero exclusivamente a Patricia que, junto con Myriam Bregman, son las dos candidatas mujeres a aspirar a la presidencia. Patricia tiene la mayor posibilidad. La mujer le da otro tipo de enfoque metodológico a los problemas que tiene que resolver el Estado. A mí, como a todas las mujeres, nos ha costado mucho. A veces seguís para adelante para no quedarte en esa discusión en donde te menosprecian, te ningunean y cuestionan tu rol político. Tenemos que trabajar en leyes que pongan en valor el lugar de la mujer en todos los ámbitos de trabajo, no sólo en el político. En la medida en que busquemos esos espacios de toma de decisiones, porque creemos que podemos hacer mejor las cosas, porque nos reconocemos con altas capacidades para llevar adelante lugares de toma de decisión, sea en una editorial, en una empresa o en la política, siempre vamos a estar más cuestionadas que los varones. Ojalá que eso vaya cambiando. Se cambia cuando dejemos de ser una sorpresa y seamos parte de la naturaleza habitual de estos espacios. Ahí habrá otro tipo de conversaciones, incluso entre las mujeres, porque vamos a ser muchas y no una mujer rodeada de varones teniendo que llevar adelante su voz donde, por lo menos en la política, muchas veces es difícil que sea escuchada.
-¿Cuál es la importancia de las mujeres en política para garantizar esos derechos?
-Tengo una agenda de transparencia e institucionalidad. Trabajo proyectos que puedan generar alguna transformación estratégica en la sociedad. Me importa mostrar un liderazgo colectivo. Es un método que describe a todas las mujeres. La agenda de género para mí es una obligación. La tomo como un deber ya que represento a la gente también por mi condición de mujer. El radicalismo fue el primer partido feminista. Tenemos que rescatar la impronta de aquellas mujeres y trasladarla al Congreso y a los lugares de representación, teniendo en cuenta que vamos a agregar valor a la sociedad si tenemos mujeres más involucradas y con mayores oportunidades.