El director general de la Corte Suprema, Silvio Robles, el funcionario más cercano al presidente del máximo tribunal Horacio Rosatti, se presentó este martes ante la comisión de Juicio Político de la Cámara de Diputados pero se negó a responder la mayoría de las preguntas y ni siquiera quiso confirmar si conocía al ex ministro de Justicia y Seguridad porteño, Marcelo D'Alessandro, a quien se lo vincula a partir de la filtración de unos supuestos chats entre ellos. Pero sí admitió que participó de las audiencias sobre la causa de coparticipación que favoreció a la administración de Horacio Rodríguez Larreta.
Según la hipótesis del Frente de Todos, Robles y D'Alessandro tenían una relación cercana y digitaron la cautelar de la Corte que en diciembre aumentó la coparticipación a la Ciudad de Buenos Aires, argumento suficiente para avanzar en un proceso de acusación por mal desempeño contra Rosatti.
Asesorado por su abogado Matías Ledesma, Robles evitó dar precisiones y ni siquiera quiso responder si conoce a D'Alessandro. Después de presentarse, leyó un escrito en el que dijo ser víctima de una persecución y para no responder las preguntas se excusó en dos normas: el artículo 18 de la Constitución Nacional (que impide declarar en su contra) y en el reglamento interno de la justicia, que a su entender le impide hablar de cuestiones procedimentales.
Cuando se le preguntó cuáles eran las causas judiciales en las que estaba imputado, no supo identificarlas. "No soy abogado", se excusó. El kirchnerista Rodolfo Tailhade recordó que las causas sobre los supuestos chats fueron cerradas. "No es cierto. Están archivadas, pero no hay sobreseimiento", respondió Juan Manuel López de la Coalición Cívica.
Tailhade fue uno de los más ofuscados por la reticencia del testigo a responder y protagonizó el momento de mayor tensión cuando increpó al radical Francisco Monti. "No me duras ni un minuto", lo atacó. Al final de la audiencia, el catamarqueño dejó sentado que había sido amenazado por su colega.
Robles eludió la mayoría del cuestionario recitado por el oficialista Leopoldo Moreau, aún cuando le advirtieron que podían considerarlo reticente y pedir una sanción ante la Corte. Nervioso, el funcionario inició su presentación con la lectura de un descargo, en el que acusó a "algunos diputados" de "construir una historia sobre la base de fantasías y calumnias".
"Han dicho que tengo un departamento en New York y es mentira. O que estaba prófugo de la justicia, cuando estaba de vacaciones y no tenía citaciones. O que poseo propiedades en Miami y que visité esa ciudad este año, que es mentira. Han dado como ciertos supuestos chats, cuya veracidad, existencia o legalidad debe ser discutida judicialmente", adujo.
El funcionario judicial reprochó que uno de sus hijos haya sido mencionado en los fundamentos del pedido de juicio político, cuando trabajaba en una agencia pública y cobraba 58 mil pesos. Aunque evitó acusar a los diputados, recordó que otro de sus hijos recibió a personal civil en su domicilio que dijo pertenecer a una fuerza de seguridad. Defendió su S.R.L creada con Natalia Monayer, la otra secretaria de Rosatti, mencionada como supuesta pantalla para traficar influencias. "Ni siquiera está activa", se molestó.
"Todo es para atacar a un ministro de la Corte Suprema de la Nación. Me voy a abstener de contestar preguntas que pueda vincularse con las acusaciones en mi contra, o las que se hagan el día de hoy. Hayan sido o no judicializadas", anunció Robles y cumplió. "Ya fui con mi familia objeto de agresiones de quienes obtuvieron o inventaron informaciones personales a través de mecanismos ilegales. Bueno sería que tuviera que dar explicaciones de esos datos, muchos de esos inventados, para agregar a la agresión, la humillación".
La audiencia
Robles se negó a responder casi todas las preguntas, con excusas como "no soy abogado", "no manejo temas jurisdiccionales", o los resguardos judiciales citados en su carta. Hasta dijo sentirse "hostigado" cuando le reprochaban su actitud.
Su estrategia le jugó una mala pasada, cuando los diputados le recordaron los funcionarios de la Corte que declaron cómo testigos y lo identificaron con tareas jerárquicas en la vocalía de Rosatti.
Fue el caso del titular de la secretaría 7 de la Corte Gustavo Naveira de Casanova, quien cuando prestó testimonio dijo que Robles y Monayer le acercaban los expedientes. Mientras que en su paso por la Comisión hace tres meses el ex administrador de la Corte Héctor Marchi aseguró que el presunto vocero ocultó un informe de supervisión de la obra social del Poder Judicial que perjudicaba a Rosatti.
Robles se defendió. "Las historias relatadas en este recinto por Marchi tienen distintos niveles de acusaciones. Pero luego fue a la justicia federal. En atención al artículo 18 (de la Constitución), no voy a responder", amplió su respuesta. Moreau hizo votar un careo entre ambos y la mayoría oficialista lo aprobó. Deberán volver a estar frente a frente.
Mara Brawer, la otra oficialista encargada del cuestionario del oficialismo, pidió y logró que se votara un pedido a la Corte del acto administrativo del nombramiento de Robles, quien dijo que se dedica a atender los temas que Rosatti indica y ni siquiera confirmó si era vocero, aunque su única formación es la de periodista. "¿Usted sabe qué es funcionario público?", le achacó el jefe del oficialismo Germán Martínez.
La mayoría del Frente de Todos también votó un pedido a Rosatti para precisar si el reglamento del Poder Judicial ampara a Robles a no responder preguntas. Alegaron que los otros 23 funcionarios de la Corte que asistieron no invocaron esa norma para callarse.
Robles sí lo hizo y sólo tenía preparada una coartada para responder a la descripción que en la última reunión de comisión hizo Silvina Batakis sobre su presencia en las audiencias realizadas en la Corte sobre la causa de coparticipación, dónde según la actual presidenta del Banco Nación, en una de ellas se ubicó junto a los funcionarios de la Ciudad, entre ellos D'Alessandro
No lo negó: "Estuve un rato al principio. Me dijo Rosatti por si necesitaba alguna asistencia. Batakis marcó el lugar en el que estaba, pero yo no recuerdo dónde estaba ella. Había 50 o 60 personas, personal de maestranza y una colega de otra vocalías. Yo he estado en otras audiencias, como la de Mendoza y La Pampa por el río Atuel", fue la respuesta que tenía preparada el director de la Corte. La entonces secretaria de provincias, que en esas audiencias representó al Estado, había contado que le pidieron expresamente no llevar gente.
Le reunión terminó con cruces entre los diputados. El oficialista Juan Pedrini consideró que la reunión fue "rica" porque Robles mostró "un resabio monárquico" que existe en la Corte. "Él se considera parte de una monarquía. No quiere hablar con nosotros, que somos el vulgo". Paula Oliveto, de la Coalición Cívica, anunció que tal vez la oposición no vuelva a participar de las reuniones de comisión. Moreau le respondió: "Miren a lo que hemos llegado: ¡Vino un funcionario de la Corte y no pudo explicar qué hace!".