El exgobernador habló de gestión en Tigre. Primera avanzada con un stop al fuego al PJ nacional. El déficit cero a toda costa versus receta a la cordobesa.
Julio Zamora recibió a Juan Schiaretti en Tigre.
El exgobernador cordobés Juan Schiaretti ubicó a la ciudad de Tigre como el kilómetro cero de la empinada construcción de una alternativa de centro y transversal en el conurbano bonaerense. El intendente Julio Zamora le dio las dos manos para que el peronista antikirchnerista fuera desmenuzando su marca registrada, el “modelo Córdoba ”.
Quienes frecuentan el discurso del cofundador del cordobesismo junto a José Manuel de la Sota están familiarizados con los conceptos que fue hilando en la media hora aproximada que duró su intervención en el Museo de Arte, en el marco del ciclo Ciudades Futuras por el que pasaron integrantes del club de amigos de Schiaretti como Horacio Rodríguez Larreta y Facundo Manes.
Sin embargo, no pasó desapercibido que esta vez tomó un descanso en la práctica de su deporte preferido: criticar a Cristina Fernández de Kirchner y su modelo de construcción.
El cordobés decidió ignorar a una de las dirigentes que pisa fuerte en el conurbano, pese a que está decidido a pescar en el río revuelto de la fallida interna que colocó en el otro extremo al riojano Ricardo Quintela. Llegó la hora de empezar a definir el adversario.
Es por eso que, casi en simultáneo, el excandidato presidencial resolvió calificar con mayor efusividad los desaciertos de la gestión de Javier Milei al frente del poder central. Lo hizo sin nombrarlo.
"No se combate a los hachazos el déficit fiscal. No se puede recortar por recortar, sin miramientos, eso no es sostenible en el tiempo, mientras no se combata la evasión fiscal que representa el 3,7% del PBI", sacó el contador su otro manual, ante la mirada atenta del peronista sin papeles Florencio Randazzo.
La decisión no es azarosa. Schiaretti sabe que deberá hablarle al electorado que apoyó a Milei y que todavía banca los trapos, pese a todo.
En este sentido, Zamora fue más directo. "Cuando la política traslada elementos violentos, es peligroso, porque después la sociedad se violenta. En el ámbito nacional, vemos muchos claroscuros, primero por el carácter que se transmite desde el Poder Ejecutivo y en segundo lugar hay un sector amplio de la población que están quedando por fuera del radar del gobierno de Javier Milei”, dijo.
La tarea de construirse como la alternativa "normal" asoma compleja según el clima dominante de opinión.
Las encuestas circulantes marcan que La Libertad Avanza y el peronismo que lidera CFK se consolidan como los grandes rivales electorales, con excepción del distrito Córdoba, donde el violeta ruge y el kirchnerismo no.
En el AMBA la polarización chupa todo el sustrato para que otras raíces crezcan, pero la espalda del ciudadano para soportar aumento de tarifas y una economía planchada no es eterna.
En el campamento schiarettista consideran que ese escenario hiperpolarizado puede cambiar con un mensaje claro y los pilares territoriales funcionando. La consolidación de HxA en al menos 15 provincias antes de fin de año es el objetivo de máxima para atraer a esa dirigencia transversal que no se siente cómoda en los extremos.
Zamora hizo la punta de lanza y el schiarettismo valora la puerta abierta, aunque esperaban algunos rostros curiosos de la política bonaerense. Algo que no ocurrió. El exintendente de Hurlingham Juan Zabaleta y el intendente de Esteban Echeverría, Fernando Gray, no fueron de la partida.
Schiaretti y Zamora mantuvieron un encuentro privado antes y después del encuentro que configuró el debut de Schiaretti en la que alguna vez denominó como “la República del AMBA”. Randazzo también participó del scrum, del que no trascendieron detalles.
“Se vienen cosas”, se limitó a responder un adlátere del exmandatario provincial sobre los siguientes pasos. Mientras tanto, reafirman coincidencias en la comunión del discurso que pondera la gestión por sobre todas las cosas.