Con el caso de la mochila dolarizada de Edgardo Kueider, Javier Milei, el outsider que vino a salvar al país de la podredumbre de la casta, se colgó la medalla de plata en el podio de los escándalos de corrupción más precoces que afectaron a los gobiernos argentinos desde 1983.
El senador por Entre Ríos fue expulsado este jueves del Senado por haber sido detenido intentando ingresar a Paraguay con una mochila llena de plata sin declarar: 211.000 dólares, 600.000 pesos argentinos y tres millones y medio de guaraníes.
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La detención se produjo el 4 de diciembre, seis días antes de que Milei cumpliera un año en el poder, lo que lo convierte en el segundo presidente más rápido de las últimas cuatro décadas en verse manchado por el ácido de la corrupción -hasta ahora se jactaba de ser el más rápido en conseguir el equlibrio fiscal y en "pulverizar" la inflación-.
El más precoz fue Fernando de la Rúa, que también, como Milei, había llegado al poder con la promesa de limpiar la cloaca del gobierno anterior, el de Carlos Menem, no paradójicamente, se vislumbra ahora, musa inspiradora del economista de ultraderecha.
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Fernando de la Rúa, el más rápido en mancharse con la corrupción. Lo sigue Javier Milei.
En abril de 2000, apenas cuatro meses después de que la Alianza UCR-Frepaso se instalara en Balcarce 50, estalló el llamado “escándalo de la Banelco” a partir de la denuncia del pago de sobornos a integrantes del Senado para la aprobación de un proyecto de reforma laboral. La crisis terminó con la renuncia del entonces vicepresidente, Chacho Álvarez, que debilitó sensiblemente a la coalición gobernante. El desenlace es conocido.
Carlos Menem también lo hizo
Menem tiene la medalla de bronce en este podio. En diciembre de 1990, saltó a la luz pública una denuncia de la empresa Swift Armour S.A., que aseguraba que funcionarios del Gobierno le habían pedido coimas para liberar de impuestos el ingreso de maquinaria para la instalación de una nueva planta de la compañía en el país.
La denuncia fue respaldada por el embajador de Estados Unidos, Terence Todman. El asesor presidencial Emir Yoma debió renunciar a su cargo y Antonio Erman González dejó el Ministerio de Economía en manos del entonces canciller, Domingo Cavallo.
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Javier Milei nombró prócer a Carlos Menem y le hizo un busto que inauguró personalmente en la Casa Rosada.
Edgardo Kueider, una mancha venenosa
El gobierno de Milei intentó endosarle al kirchnerismo el padrinazgo de Kueider, pero fue como intentar tapar el sol con las manos.
El entrerriano había llegado al Senado en 2019 en la boleta del Frente de Todos encabezada por la fórmula presidencial Alberto Fernández-Cristina Fernández de Kirchner, pero ya en 2023 había saltado al bloque Unidad Federal, con el correntino Camau Espínola y la cordobesa Alejandra Vigo, esposa del exgobernador Juan Schiaretti.
Su mudanza a las filas de los héroes de Milei se produjo en diciembre de ese año, en el inicio mismo del gobierno de La Libertad Avanza, cuando fue designado presidente de la Comisión de Asuntos Constitucionales por Victoria Villarruel.
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Edgardo Kueider con Victorial Villarruel.
Como explicó Mauricio Cantando, en 2024 Kueider “fue un fiel aliado del oficialismo”, lo que “le valió una oferta de Santiago Caputo para presidir la bicameral de fiscalización de organismos de inteligencia”, pero la postulación no tuvo consenso. Kueider no se escondió: él mismo contó por radio cómo fueron esas negociaciones con la Casa Rosada.
El idilio de Kueider con el oficialismo se materializó en el bloque Provincias Unidas, de sólo seis miembros. Lo integraba junto a Espínola -el correntino votó este jueves en contra de la destitución-, Vigo, el aliado oficialista Juan Carlos Romero -el salteño se abstuvo porque jamás votará con el kirchnerismo, dijo-, la radical Elizabeth Terenzi y la neuquina Lucila Crexell.