Las visitas a Santiago del Estero deberían empezar a darle frutos al ministro del Interior, Guillermo Francos: el gobernador Gerardo Zamora será decisivo en la votación de los proyectos de ley ómnibus y reforma fiscal que reclama el presidente Javier Milei para antes de la firma del pacto del 25 de mayo. El catamarqueño Raúl Jalil es otro de los apuntados.
Zamora puede aportar siete diputados y -más importante- tres senadores, un número inusual porque se supone que un cupo debe ser para un opositor. Desde 2013, el santiagueño contra esa banca a través de Gerardo Montenegro, referente de UPCN y reconocido dirigente del básquet nacional.
Durante el debate de la ley ómnibus, ayudó en Diputados con la ausencia de José Gómez. Martín Menem espera más para el martes. Como tiene el cuórum garantizado, las bancas vacías le sirven al riojano para la votación en particular. Varios artículos podrían caerse si hay asistencia perfecta. En el Senado la historia es otra: si llega el debate, Villarruel necesitará votos positivos de Unión por la Patria (UP) para estar tranquila.
Javier Milei y Zamora
El escenario de la Cámara alta quedará más claro en la votación de Diputados, cuando se conozcan las posiciones de cada sector político que domina el Congreso.
Si algunos artículos son aprobados sin el respaldo de Evolución radical, su líder, el senador Martín Lousteau los rechazará en la cámara alta.
El otro foco estará puesto en los partidos provinciales, que son importantes en Diputados y dominan el cuórum en el Senado. Son los casos de Misiones y Santa Cruz, con dos bancas en la Cámara alta; y Río Negro, con una.
Por el enfrentamiento del gobernador Claudio Vidal con el Gobierno, la dupla santacruceña integrada por José María Carambia y Natalia Gadano no le votó nada a Milei. Ni siquiera la autorización para salir del país. Sin embargo, con la ley ómnibus hubo negociaciones para definir el texto final.
Si los diputados santacruceños José Garrido y Sergio Acevedo votan el martes con el Gobierno, sus coterráneos en el Senado actuarán igual. Será un dato clave.
El bloque de Santa Cruz no apoyará el paquete fiscal, porque la reversión de Ganancias perjudica a los trabajadores petroleros. Las provincias del norte no tienen ese problema y además resultan favorecidas con un mayor reparto de coparticipación. Santiago del Estero es la más beneficiada de todas.
Orden y números
Sin los santacruceños y Lousteau, Villarruel tiene un tope de 36 votos si no suma ayuda de Unión por la Patria, uno menos que los necesarios para alcanzar mayoría. Claro que, si el economista colabora con el cuórum, llegado el caso, la vicepresidenta podría desempatar. En la cuenta de 36 entran los outsider Edgardo Kueider y Carlos Espínola, aliados a la cordobesa Alejandra Vigo. Están a la espera de ver qué sale de Diputados para opinar.
La colaboración de los tres santiagueños evitaría esos avatares. Es fundamental para aprobar la reversión de Ganancias, que aún debe pasar por Diputados. Además de la dupla de Santa Cruz, tendrá el rechazo de la rionegrina Mónica Silva y la neuquina Lucila Crexell, quien está asociada al gobernador Rolando Figueroa, aunque muestra autonomía.
Chubut, dónde también defienden el tope actual de Ganancias, suma dos votos entre los 39 no peronistas: Andrea Cristina y Edith Terenzi, cercanas al gobernador Ignacio Torres. Lousteau no votará a favor. Usará el tema para enrostrarle a Milei haber subido los mínimos imponibles cuando lo pidió Sergio Massa.
De esta manera, para el pacto fiscal, el Presidente necesita de Santiago del Estero y otros mandatarios peronistas beneficiados. No tiene mucho donde rascar. Las leyes impositivas necesitan 37 votos, sin importar quien esté senado. No desempata Villarruel. Otra opción, probable, es que una mayoría corrija los proyectos y vuelvan a Diputados. Nadie la descarta.
Otras ayudas
La otra esperanza de la Casa Rosada es el gobernador catamarqueño Raúl Jalil, quien controla al senador Guillermo Andrada, pero no a Lucía Corpacci. Al mandatario le cuesta aun más ordenar la votación de sus representantes en Diputados. El tucumano Osvaldo Jaldo, aliado del Gobierno, podría ayudar con Sandra Mendoza. El pampeano Sergio Ziliotto no tiene diálogo con el Gobierno.
Para sumar aliados de UP, en el Gobierno le pidieron a Martín Menem y a Villarruel que se vote primero la ley ómnibus. Sólo si es aprobada, se trataría el pacto fiscal. Así, los mandatarios del norte se verán presionados a ayudar con el proyecto emblema para el Gobierno, si quieren recibir plata.
En el Senado hay un problema de reglamento para La Libertad Avanza: se respetan los siete días que deben transcurrir entre dictamen y tratamiento en el recinto.
Si para la semana que viene no están los votos en la cámara alta para aprobar la reforma fiscal y la ley ómnibus, no dan los tiempos para llegar con esas leyes sancionadas al pacto del 25 de mayo que Milei convocó para firmar con los gobernadores. Las negociaciones serán minuto a minuto. Desde el lunes.