El Círculo Rojo empresarial mira con inquietud el futuro del vínculo debido a lo vital que resulta para la industria automotriz, otros segmentos manufactureros –a los que les cuesta de colocar sus productos en mercados más sofisticados o protegidos, externos al Mercosur– y el sector agroalimentario.
El mandatario del país vecino enviará una comitiva de segundo nivel, encabezada por su canciller, Mauro Vieira, un hecho que, lamentablemente, la derecha radical de la región comienza a convertir en una mala costumbre.
Causas y azares
Acaso se aleguen inverosímiles razones de agenda, pero la verdad la contó el influyente asesor especial de Lula da Silva para Asuntos internacionales, Celso Amorim, viejo compañero de ruta del líder del Partido de los Trabajadores.
Con mayor margen político que Vieira para hablar, Amorim señaló en declaraciones a O Globo: "Por lo que conozco al presidente Lula, pienso que es difícil que vaya porque fue ofendido personalmente. Sin embargo, el Estado brasileño estará representado". Durante la campaña, Milei tildó al brasileño varias veces de "comunista" –una de dos: no sabe quién es o no sabe qué es el comunismo– y hasta de "ladrón que por algo estuvo preso", pese a haber sido finalmente sobreseído y reivindicado por el Supremo Tribunal Federal (STF).
Tras abogar por el sostenimiento de, al menos, "una relación de Estado", Amorim añadió que "es posible tener un buen vínculo, incluso entre presidentes de ideologías muy diferentes. Todo depende de la capacidad de colocar los intereses de Estado por encima de las preferencias personales. Nosotros somos capaces de hacerlo; vamos a ver si el presidente electo de la Argentina también lo es. Esperamos que sí".
Conciente, por fin, del peso de sus insultos y de las consecuencias de haberse apurado, en la noche del 19N, a invitar a Bolsonaro –un desdén a Lula da Silva, archienemigo del exmandatario vecino, –, Milei dijo luego que el presidente brasileño sería "bienvenido" en su toma de posesión. Frío…
Luego envió a la futura canciller, Diana Mondino, a distender la relación, mientras él viajaba, contrariando la tradición, a Washington para anunciarle a Joe Biden –otro que había destratado en su momento– su alineamiento con Estados Unidos y con el "mundo libre".
La confirmación de Daniel Scioli como embajador fue otro gesto positivo –para el país y para gobierno que viene, no tanto para el peronismo en su rol de nueva oposición–, pero se ve que nada ha sido suficiente hasta el momento.
El que viene es Bolsonaro. Sin derechos electorales hasta 2030 e investigado en diversas causas judiciales, incluida una por intento de golpe, sus abogados le informaron al juez del Supremo Alexandre de Moraes que estará en Buenos Aires entre el 7 y el 11 de este mes y que no viajará con pasaporte, sino con su documento de identidad doméstico.
Bolsonaro, parece, sí es "un brasileño de bien".
Javier Milei gasta, el país paga
Gasta crédito político, claro, uno que sería necesario para encauzar el comercio y la confianza para negociar conflictos que pueden surgir en cualquier momento y que muchas veces son resueltos por los presidentes. Eso sería imposible si el minarquista mantuviera su promesa de "no tratar con comunistas". Si así fuera, pagaría la economía de los argentinos, que de por sí estará sometida a un vendaval.
Es mucho lo que está en juego. A pesar de los efectos de la sequía y del ultracepo, que provocaron una caída de más del 20% del comercio bilateral, Brasil sigue siendo el principal socio comercial del país.
Entre enero y octubre, ese país fue el principal destino de las exportaciones nacionales, con 17,6% del total, seguido de Estados Unidos y China, con 8,3% y 8,2%, respectivamente. Con todo, por su mayor volumen de ventas a nuestro país, la potencia asiática es nuestro segundo socio comercial. Un detalle conocido, pero que vale la pena resaltar: China es otro país comunista con el que, según dijo, Milei no quiere saber nada.
Más allá del enojo
Que Lula da Silva venga o no y que Pekín haya celebrado la decisión del próximo gobierno argentino de bajarse de los BRICS a través de su embajador en Colombia no son hechos irrelevantes. En el fondo, se juegan temas nodales.
Por un lado, Milei y Mondino ya le dijeron "no" al club de los grandes países emergentes, rechazando por puro macartismo una fuente formidable de inversiones en infraestructura aun cuando estas escasearán ante la anunciada retirada del Estado y la cautela que mostrará el sector privado a la espera de que la macro nacional se convierta en algo mínimamente presentable.
Por el otro, hay que entender que Lula da Silva no muestra los dientes solo por despecho. El hombre que ha perdonado y hasta sumado a su actual gestión a gente que presionó por mandarlo preso y que hizo todo lo posible por separar a Dilma Rousseff del gobierno en base a un complot maloliente no se deja llevar por esas cosas. Tras el desdén argentino hacia los BRICS, espera que Milei defina si escucha los ruegos del Círculo Rojo industrial y agropecuario o se entrega a su visión de que "hay que eliminar el Mercosur porque es una unión aduanera defectuosa que perjudica a los argentinos de bien".
El uruguayo Luis Lacalle Pou es otro que aguarda señales al respecto, aunque por las razones opuestas.
Una pena: el mundo podría ser un paracaídas
Como se dijo y se repitió en desPertar y en Letra P, al aterrizaje forzoso al que se someterá a la economía nacional haría conveniente el uso de todos los paracaídas posibles. No se usará el de los BRICS; ¿tampoco el del Mercosur?
Mientras Ramiro Marra se perfila como jefe de asesores de Milei, su consultora, Bull Market, hizo ruido con la difusión de un informe para sus clientes. El trabajo señala, según consigna una nota de Letra Pque aporta más información importante, que Toto Caputo "explora todas las posibilidades para armar una vaquita de dólares frescos y pasar los primeros meses del gobierno de Milei en un escenario de reservas escasas. El informe de Bull Market (…) habla de una ingeniería financiera que juntaría, como máximo, 23.000 millones de dólares y llevaría a la economía a las puertas de la dolarización en marzo". ¿Será?
Es más, el análisis, que tendría como supuesto una segunda megadevaluación previa a la salida del cepo, algo que anticipó este martes el newsletter de este portal – especula con un reemplazo a mediano plazo de Caputo por Federico Sturzenegger.
Toto está rodeándose de incondicionales –Santiago Bausili, llamativamente sobreseído este mismo martes en una causa por negociaciones incompatibles con la función pública, irá al Banco Central y Federico Furiase ocuparía otro cargo de importancia–, por lo que tal presunción supondría, de concretarse, una conmoción. ¿Por qué la consultora de Marra dice lo que dice?
El ajuste en ciernes amenaza con llevar la inflación al 40% en el primer bimestre del año próximo, sindicatos y movimientos sociales ya se preparan para salir a la calle y Mauricio Macri se erige en el primer defensor antiperonista del gobierno paleolibertario.
Mientras, Guillermo Francos sigue dando señales de que muchas cosas que se han dicho acaso no se cumplan en aras de la gobernabilidad: ni obra pública verdaderamente cero ni portazo en la cara de los gobernadores. Ver para creer.
Si esa es la inquietud, ¿será bueno o malo para la futura administración el peligro de ruptura de la UCR? En principio, todo lo que fragmente más el sistema de representación parlamentaria ensancha su ventana de oportunidad para forzar reformas impactantes en el inicio.