El presidente Javier Milei le advirtió al Congreso que defenderá el equilibrio fiscal "a puro veto" tras la aprobación de una nueva fórmula jubilatoria en la Cámara de Diputados. No es el primer gobierno en recurrir a esa herramienta del Poder Ejecutivo para frenar las decisiones del Parlamento.
El jefe de Estado que más leyes vetó fue el héroe de Milei, Carlos Menem, quien entre sus dos presidencias utilizó esa herramienta 89 veces. Quien menos lo hizo fue Alberto Fernández, quien apeló a ese artilugio solo una vez. De acuerdo a Información Legislativa y Documental del Ministerio de Justicia, Raúl Alfonsín le sigue a Menem con 40 vetos durante su gobierno; Fernando de la Rúa con 26; Eduardo Duhalde, Néstor Kirchner y Cristina Fernández de Kirchner vetaron 13 leyes; Mauricio Macri desaprobó ocho normas y Adolfo Rodríguez Saá dos.
Según el artículo 83 de la Constitución Nacional, una ley vetada total o parcialmente por el Poder Ejecutivo podrá volver, con sus objeciones, a la cámara de su origen. Ésta lo discutirá de nuevo, y si lo confirmase por mayoría de dos tercios de votos, pasará otra vez a la cámara de revisión. Si ambas cámaras lo sancionaran por igual mayoría, el proyecto se convertirá en ley y pasa al Ejecutivo para su promulgación.
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Cómo funciona el veto presidencial y qué puede responder el Congreso
El Presidente puede rechazar total o parcialmente un proyecto de ley aprobado por el Congreso en los 10 días hábiles posteriores a su sanción si cuenta con una o más firmas de quienes integran su gabinete. Si el rechazo es parcial y la norma mantiene su sentido, los fragmentos que superan el desacuerdo presidencial pueden ser promulgados.
Si el rechazo es total, la norma vuelve a la primera cámara donde comenzó el debate por su sanción. Si en esa instancia se aprueba con dos tercios de las bancas pasa a la siguiente cámara. Solo si se repite la aprobación por mayoría, entonces el proyecto pasa al Ejecutivo para ser promulgado sin posibilidad de veto.
En ambas instancias las votaciones son “nominales”, por sí o por no. En el caso de que en alguno de los dos recintos no se alcancen los dos tercios afirmativos, el proyecto solo podrá ser debatido de nuevo al año siguiente.
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Fuente: www.congreso.gob.ar/leyes
Desde el regreso de la democracia, el Congreso insistió con proyectos vetados. De acuerdo al sitio El Parlamentario, durante la presidencia de Alfonsín, el Parlamento ratificó solo uno; en el caso de Menem, las ratificaciones fueron 30; con De la Rúa, las cámaras reiteraron la sanción de cinco leyes.
La insistencia del Congreso se cortó durante la gestión de Néstor Kirchner cuando el Poder Legislativo acató los vetos presidenciales y no insistió con sancionar leyes rechazadas por el Ejecutivo.