La UCR termina el año con otro capítulo de su interna, que promete seguir en 2025: el tribunal de ética del comité nacional, que preside Martín Lousteau, expulsó a tres afiliados que integran el bloque de Diputados, quienes tienen decidido no abandonar la bancada y cuentan con el apoyo del jefe, Rodrigo de Loredo.
La reforma previsional tampoco fue protegida en el recinto por el neuquino Pablo Cervi, quien de todos modos no fue expulsado de la UCR porque se abstuvo cuando se trató el veto al financiamiento de las universidades.
El otro miembro del bloque radical que avaló a Gobierno cuando borró esas leyes fue el correntino Federico Tournier, pero proviene del Partido Liberal de Corrientes, es aliado del gobernador Gustavo Valdés y no está afiliado a la UCR. De todos modos, es sostenido en la bancada por sus pares.
La decisión del Tribunal de ética se conoció tras un largo procedimiento que se inició en septiembre y para algunos referentes del bloque de Diputados debería continuar con una citación a la Convención de la UCR, que preside Gastón Manes, hermano del diputado. La convocatoria no está prevista.
La sentencia de la UCR
El fallo del Tribunal de Ética de la UCR tuvo 20 carillas de fundamentos y fue firmado por Alicia Tate y el exdiputado Juan Pedro Tunessi. En minoría votó Ricardo Barros Arrechea.
La resolución separó de las filas del partido a los tres radicales violetas, "en función de los artículos 13 y 14 del Reglamento de este Tribunal Nacional".
La fundamentación tiene citas a Raúl Alfonsín, a la Corte Interamericana de Derechos Humanos y acusa a los sancionados de conductas de "panquequismo politico".
ACTA FINAL TNE 19 DICIEMBRE 2024.pdf
Al trío se lo responsabiliza de incurrir en "una grave conducta partidaria que afecta la dignidad de la UCR" y centra la sanción en el tratamiento del veto a la ley de Financiamiento Universitario, que considera una "unánime política defendida e identificada con la Unión Cívica Radical".
Si bien el fallo insiste en que no se busca un imperativo del voto, al enumerar las normas violadas sostiene que los sancionados no cumplieron el compromiso "de observar, cumplir e impulsar la profesión de fe doctrinaria, las bases de acción política y el Programa de Gobierno aprobado por el Partido".
Los jueces del tribunal hacen hincapié en las provocaciones públicas de los diputados y los acusan de prescindir de la obligación de "respetar, difundir y promover estos valores a través de su conducta cívica y de sus responsabilidades políticas".
Según entienden, su conducta “lesiona la dignidad del partido o provoque una situación de anormalidad institucional que afecte o ponga en riesgo la unidad ideológica y política del Partido en el orden nacional”.
La decisión tuvo el repudio de los afectados y de las autoridades de la bancada, como De Loredo y Karina Banfi. También se expresó en contra el gobernador de Mendoza, Alfredo Cornejo.
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No nos vamos nada
Los radicales violetas expulsados tienen decidido quedarse en la bancada, que de todos modos no se reunirá hasta el año próximo para tomar una decisión.
"Del bloque no nos vamos. Tenemos el apoyo del presidente. Vamos a apelar. Es injusto. Hay una doble vara: hay un senador que es el presidente del partido y vota lo que se le canta. Fue funcionario del Kirchnerismo y es parte del Kirchnerismo. Nosotros queremos que al Gobierno le vaya bien", dijo Picat a LetraP.
Arjol no se quedó atrás."Esta claro: el radicalismo porteño refuerza su acuerdo con el Neokirchnerismo. El partido central está pensando en el obelisco y no el radicalismo Argentina", dijo a este medio.
Por Twitter, De Loredo anunció que defenderá a los correligionarios violetas a capa y espada. Consideró la decisión del tribunal de ética como "ilegítima, arbitraria y parcial" y más abocada "a una interna que al rol que debe cumplir".
"Con un bloque escindido en Diputados, y con senadores y diputados que en reiteradas ocasiones tomaron posturas distintas a sus bloques, selectivamente se busca castigar solo a unos. El partido chico, cerrado, burocrático, incoherente y con doble moral, no le sirve a nadie", atacó el cordobés.
El bautismo de los radicales violetas, luego de que avalaran los vetos presidenciales, provocó la fractura del bloque de la UCR, que quedó con 20 miembros, tras el éxodo de dirigentes como Facundo Manes. Los migrados a una nueva bancada fueron 12 y el santafesino Mario Barletta armó un monobloque. Nadie este lote afronta un proceso disciplinario en el partido.
También se opuso a la decisión del Tribunal de Ética Cornejo, replicado por sus diputados Lisandro Nieri y Pamela Verasay. "No sólo es una decisión completamente equivocada, sino que además demuestra que la conducción partidaria, que promovió esta idea, piensa en un partido chico, alejado de la histórica tolerancia democrática de la UCR, de nuestros simpatizantes en todo el país, de nuestros principios y nos aleja de nuestro electorado", apuntó el gobernador mendocino.