Javier Milei celebró como un triunfo la ruptura del bloque radical de Diputados, porque sus aliados quedaron en la bancada oficial y estima que así podrá sumar voluntades para sostener los vetos presidenciales, Además, el Presidente considera que fue un paso para polarizar el Congreso entre izquierda y derecha, un escenario que promueve desde que llegó a la Casa Rosada.
Con ese panorama, después de la escisión del partido centenario, en las reuniones entre funcionarios del Gobierno y referentes legislativos definieron como estrategia comunicacional vincular a los 12 radicales que armaron rancho aparte con el kirchnerismo y tratar de contener a los 21 que se quedaron bajo las órdenes de Rodrigo De Loredo.
Hay seis diputados que en el Gobierno temen que se muden con los rebeldes y buscarán proteger. Son Julio Cobos, Mario Barletta, Martín Tetaz, Atilio Benedetti, Roberto Sánchez y Fabio Quetglas. La artillería virtual de Milei los tratará bien por no haberse mezclado con la tropa de Martín Lousteau y Facundo Manes. Tanta es la vocación de cobijarlos, que hasta evalúan ofrecimientos para integrar el Poder Ejecutivo, no sin antes revisar quienes serían sus reemplazos.
Este sexteto es parte de los outsiders que no encontraron un negocio personal en irse del bloque, pero que tampoco se sienten cómodos como aliados libertarios. Fuera de esta situación están los cinco violetas que votan con el Gobierno y hasta se tomaron una foto con Martín Menem luego de la ruptura de bloque: Mariano Campero, Martín Arjol, Pablo Cervi, Federico Tournier y Luis Picat. Se le suman los que no ocultan su predisposición a ayudar al Gobierno.
Se alistan con esa etiqueta Roxana Reyes (Santa Cruz), Francisco Monti (Catamarca) y la dupla mendocina: Pamela Verasay y Lisandro Nieri. El jefe de la bancada Rodrigo De Loredo y su coterránea Soledad Carrizo tienen afinidad con este grupo, aunque no quieren ponerse la camiseta.
Los radicales de Javier Milei
Como anticipó Letra P, Menem forzó la ruptura del bloque UCR con una invitación a los cinco radicales violetas a participar de la mesa legislativa del miércoles en la Casa Rosada. El quinteto comunicó su intención de participar de ese encuentro en la reunión de bloque del martes.
Ese día, luego de que finalmente los rebeldes no anunciaran la ruptura, los moderados sugirieron que lo mejor era evitar una foto en la Casa Rosada. Tetaz llevó la voz cantante de esa propuesta, con el respaldo de Cobos y Barletta.
Pero los violetas estaban decididos a ir igual a la Rosada y así lo plantearon en la primera y última reunión de la mesa de unidad del bloque, el miércoles a la mañana. De Loredo gestionó que haya una invitación institucional de Menem e invitó a referentes de todas las bancadas. Fue la decisión que aceleró la división de bloque.
El único moderado que asistió a la reunión con funcionarios del Gobierno fue el tucumano Sánchez, acorralado por el posicionamiento de su coterráneo Campero, el más libertario de los radicales. Barletta tiró la bronca en la reunión por no haber cancelado la foto con los funcionarios de Milei.
“Yo fui presidente del partido del partido y estuve institucionalmente en la Rosada, pero no iba el bloque de diputados a negociar leyes”, se molestó el santafesino.
En una breve rueda de prensa, el diputado Pablo Juliano, jefe del nuevo bloque radical, reconoció que la decisión de no romper el bloque el martes se debió a un pedido de Cobos y Barletta para crear la mesa de unidad y abrió la puerta para recibirlos.
¿Oferta de cargos?
En el laboratorio de La Libertad Avanza evalúan varias estrategias para que los moderados no se arrepientan de la decisión que tomaron, o en tal caso no puedan dar marcha atrás. La principal, claro está, será la protección en el ecosistema digital, donde los trolls oficialistas ya dejaron de castigar a la UCR y se enfocaron en Lousteau y en Manes.
Pronto se bajará la orden a los tuiteros de proteger a cada uno de los diputados que quedó bajo el mando de De Loredo, aun cuando en algún momento se ensañen con el Gobierno. Pese a cualquier diferencia que tengan, buscarán que el cordobés sea un canal para contener a los moderados.
La decisión de Tetaz de quedarse en el bloque oficial sorprendió a los libertarios, que no estaban actualizados sobre sus diferencias con Lousteau y Emiliano Yacobitti. Tan bien cayó su decisión del economista que hasta se pensó que podía ocupar un cargo en el Gobierno. Se habló de la subsecretaría de Trabajo.
El caso del entrerriano Atilio Benedetti fue considerado como un gesto del gobernador Rogelio Frigerio, del PRO, quien es aliado suyo y supo gestionar para que abandone sesiones hostiles. El bonaerense Quetglas trabajó para Manes y decidió no seguirlo desde enero. El Gobierno tratará de que no quiera dar ese paso. Cómo sea.