El gobernador sureño usó un tono dialoguista y fortaleció el scrum de la Patagonia. En ganador, castigó las "canchereadas" de Manuel Adorni y a los porteños.
Ignacio Torres, gobernador de Chubut, dio su mensaje legislativo este viernes: chicaneó al gobierno nacional, pero en un tono más conciliador.
Ignacio Torres, gobernador de Chubut, dio su mensaje legislativo este viernes: chicaneó al gobierno nacional, pero en un tono más conciliador.
Bajó un cambio respecto de los tonos del subcomandante Nacho que centralizó la semana, pero el gobernador de Chubut, Ignacio Torres, este viernes agitó con mejores modales la nueva grieta nacional y popular: la guerra entre libertarios y federales parece haber llegado para quedarse.
En su mensaje para inaugurar el período ordinario de sesiones en la Legislatura provincial, Torres refregó en la cara de Javier Milei su triunfo judicial por la coparticipación y le dio nuevo contenido a la disputa entre las provincias y el centralismo: comparó las inversiones en fiestas populares que tanto cuestiona el gobierno nacional con el despilfarro en ejércitos de trolls.
En tono ganador pero conciliador, Torres ni siquiera se olvidó de patalear por la metáfora aporteñada de Patricia Bullrich sobre los guanacos, pero también anunció que en las próximas semanas se va a "sentar a tomar un café” con la ministra de Seguridad. “Después les cuento”, comentó divertido y tiró puentes: “Somos dialoguistas, la Argentina necesita una agenda de desarrollo y competitividad”.
Torres cerró la semana con una sonrisa. Fue más que nunca el muchachito de la película del PRO. Porque le dio visibilidad a su reclamo, quedó marcado como uno de los líderes de la región y de las provincias, obtuvo la victoria judicial al menos en la primera instancia, recibió de paso algunos fondos para subsidiar el transporte, creció en conocimiento público a nivel nacional y vio crecer su imagen positiva fronteras adentro.
“Sabemos que quisieron disciplinar a Chubut para llevarse puesta a todas las provincias”, insistió en su discurso, para alimentar el relato épico de la Patagonia Rebelde.
Con todo, el mundo no es color de rosa: el consenso que hoy asoma en Chubut, tarde o temprano tendrá sus grietas porque en el sur también existe el ajuste y el peronismo le saldrá al cruce. Además tendrá que retomar su estrategia de equilibrio con un gobierno nacional al que se le plantó y le salió bien, pero que es capaz de otras movidas en la búsqueda de vendetta.
“No les gustó que la Justicia nos haya dado la razón y ahora Chubut es el enemigo por sus fiestas populares donde no vive nadie y está llena de guanacos. Pensaron que no nos sabríamos defender, pero nos defendimos todos juntos”, se jactó Torres ante la Legislatura.
Fueron tiros por elevación a figuras de la gestión Milei. La ministra Bullrich patinó en una entrevista televisiva cuando dijo que “en Chubut no vive nadie, hay un millón de guanacos”. El vocero Manuel Adorni ridiculizó las fiestas populares.
Torres lo atendió en su discurso. “El vocero, que no me acuerdo el nombre, nos cancherea -lo ninguneó-. Los pobladores del interior se levantan mucho más temprano que esos porteños que se ríen de los nombres de nuestras fiestas populares, que son identidad y dinamizan la economía".
"No entienden nada -siguió- y gastan más de 20.000 dólares en trolls, eso no es cuidar la plata”, lanzó. En los días previos, el gobernador fustigó duro a Santiago Caputo, gurú comunicacional del Gobierno y primo del ministro de Economía, porque lo amenazó con “sacar los tanques a las redes” si Chubut persistía en pararse de manos ante Milei.
Por las dudas, Torres aclaró que no consideraba un triunfo propio la victoria judicial, sino “del federalismo” y reafirmó la pelea regional con el anuncio de que habrá una propuesta conjunta para mejorar el uso de las energías. “Es inconcebible que paguemos más de lo que pagan los porteños”, volvió a poner en escena la nueva grieta.
Afirmó en su discurso, esperanzado, que a partir de ahora “no nos van a poder tocar un peso más de la coparticipación y están garantizados todos los sueldos públicos”.
Apelando a uno de sus ejes de campaña, insistió en que “hay que ponerle un punto final a la catástrofe educativa que vive Chubut”. El gobernador, que ya creó un fondo local para compensar el Fondo de Incentivo Docente, también dijo que reemplazará con presencia estatal local las ausencias del régimen de Milei y se hará cargo, entre otras cosas, de parte de la obra pública abandonada por la Nación.