PASO 2023

Horacio Rodríguez Larreta vs. Patricia Bullrich: ganar o gobernar, esa es la cuestión

La grieta tironea a la dupla de aspirantes de JxC a la presidencia y abre un enigma sobre el día después. El camino del 70% y la prueba de la blancura.

Horacio Rodríguez Larreta aparece o bien comprometido o bien directamente rezagado frente a Patricia Bullrich en las encuestas que miden intención de voto para las Primarias Abiertas, Simultáneas y Obligatorias (PASO) del 13 de agosto. Podría pensarse que el recurso de la grieta sigue resultando útil para juntar votos, no porque el jefe de Gobierno haya dejado de hablar de "terminar con el kirchnerismo", sino porque la protegida de Mauricio Macri se muestra más constante en el aprovechamiento de la polarización. Los resultados darán el veredicto en esa noche que se acerca, pero tentativamente cabe la pregunta: ¿será que lo que más sirve para ganar elecciones resulta cada vez más inútil para gobernar, especialmente cuando 2024 promete solo rigor en materia económica y social?

Hace muy poco hemos tratado qué tienen en común y qué tienen de diferente las propuestas del uno y la otra en asuntos sensibles como el cepo y la relación peso-dólar, pero eso abre un segundo capítulo relevante. Las "soluciones" que pergeñan generarían un nivel alto de conflicto social y político que requeriría, en paralelo, resortes de gobernabilidad de respuesta inmediata. Ojo: el peronismo no es de ninguna manera ajeno a la idea del ajuste, pero el contraste entre modelos contrapuestos de construcción política para hacerlo sustentable emerge con mayor claridad allí donde la disputa en las PASO será más dura. Además, Juntos por el Cambio(JxC) es, a priori, favorito para el ciclo octubre-noviembre.

La idea fija

Gonzalo Prado entrevistó en exclusiva para Letra P al alcalde porteño en la noche del festejo en San Juan. En ese diálogo, el precandidato interpretó lo ocurrido en esa provincia como una confirmación más de la necesidad de buscar "el acuerdo del 70%" para montar el potro susceptible que será la Argentina. La victoria de su aliado Marcelo Orrego se inscribe, interpretó, en la línea de lo ocurrido antes en Neuquén y en San Luis, donde JxC pudo quebrar hegemonías muy consolidadas en base a alianzas con candidatos provenientes, respectivamente, del Movimiento Popular Neuquino (MPN) y del justicialismo.

"Confirma que es el camino. Para ganar y, sobre todo, para poder cambiar y transformar la Argentina necesitamos ampliar, ser más", señaló.

Hace mucho, cuando era joven y estudiaba Ciencia Política, un profesor me dijo: "En Argentina, todo empieza y termina de alguna manera en el peronismo". Tal vez exageraba un poco, pero algo de eso hay.

Tras el golpe de 1955, "el hecho maldito" impidió la consolidación de cualquier proyecto que lo excluyera. Después de la redemocratización de 1983, Raúl Alfonsín terminó buscando alianzas con sectores del peronismo para evitar el final precipitado que de cualquier modo sufrió y Fernando de la Rúa ganó con el Frepaso y se fue al perderlo. Macri, en tanto, exhibió con orgullo haber sido el primer presidente no peronista en terminar su mandato, más allá del desastre en el que se fue envuelto.

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Rodríguez Larreta parece pensar en esa línea. Bullrich –cada vez más inclinada a presentar a Carlos Melconian como su eventual ministro de Economía–, en tanto, solo apuesta a la prueba de la blancura, algo que comprueban ahora incluso los valiosos Claudio Poggi y Orrego.

Cómo estarán las cosas en JxC que hasta Elisa Carrió apoya al jefe de Gobierno en su estrategia de acercarse a fragmentos sueltos de peronismo, especialmente del cordobés, bajo la advertencia de que "hay sectores de extrema derecha" en la alianza que integra, los que apuestan a descargar sobre los sectores medios una mezcla de "ajuste brutal" y represión.

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Separados al nacer

Rodríguez Larreta y Bullrich lo admiten: coinciden en la idea del "cambio", pero discrepan en los modos de buscarlo. El de Bullrich incluye permanentes referencias al "todo o nada", la convicción, la dureza y la fuerza del Estado. Larreta se muestra oscilante: un rato rechaza la grieta, poco después despotrica contra los K, luego pide tolerancia, más tarde respalda la represión de su vice Gerardo Morales… ¿Será que la grieta tira y lo obliga a zigzaguear?

La última controversia generada por la Dama de Hierro –que embistió contra extranjeros y extranjeras que estudian en el país– encontró a su rival de nuevo en la vereda de enfrente, defendiendo la universidad pública, de la que se declara producto. Una digresión: es curioso que una derecha que presume de su vocación de destrabar el desarrollo nacional no vea que el aporte de esas personas bien podría ser interpretado como una interesante captación de talento.

Prima, como se sabe, el ruido en Juntos por el Cambio, pero la Unión por la Patria (UP) no debería minimizar la posibilidad de que el 13-A suponga un ordenamiento de la alianza antiperonista que mejore aun más sus chances para octubre. Mientras, el batacazo sanjuanino le abre a la oposición la expectativa de nuevos éxitos, empezando por la crucial Santa Fe y siguiendo en otros distritos relevantes. Se verá.

¡habemus propuestas!
Horacio Rodríguez Larreta presiona dentro de la coalición opositora para sumar al cordobés. 

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