ES LA ECONOMÍA

¡Habemus propuestas! Las pistas de Massa, Bullrich y Larreta

Las narrativas económicas de quienes buscan llegar a la Casa Rosada empiezan a aflorar. Cepo, dolarización, ajuste, hiperinflación, gasto público: menú para valientes.

Lejos de usar como elogios o descalificaciones los puntos cardinales de la política –derecha, izquierda y sus respectivos centros–, aparece –¡por fin!– un resquicio para hablar de propuestas y narrativas económicas a lo ancho del espectro político. Arando un surco ya abierto por Sergio Massa en su primera aparición de campaña –la de Lomas de Zamora; la de Aeroparque fue otra cosa–, Axel Kicillof insistió este martes en la dosis elevada de miedo que tendrá la narrativa de la Unión por la Patria: la atribución a las diferentes variantes electorales de la derecha de una propuesta de "palos y balas, ajuste acompañado de represión".

Una jornada como la del martes, en la que hablaron de economía Hernán Lacunza y su jefe, Horacio Rodríguez Larreta; el compañero de fórmula de Patricia Bullrich, Luis Petri, y el propio Massa brinda la ocasión de tratar lo relevante.

Termómetro sensible: el cepo de Estado

Lacunza, que habló en el 40° Congreso Anual del Instituto Argentino De Ejecutivos De Finanzas (IAEF), fue el último ministro de Mauricio Macri y el encargado de restablecer el cepo cambiario que rige hasta hoy. Lo hizo, claro, por necesidad extrema en lo que fue una claudicación de principios del presidente que había debutado en diciembre de 2015 justamente con el levantamiento –perjudicialmente apresurado– de las restricciones cristinistas.

Al posible ministro de Economía de Larreta el cepo no le gusta, como a casi nadie, dada la evidencia de que se trata de un mecanismo más adecuado para inhibir el ingreso de divisas que para frenar su salida. Sin embargo, explicó que "los momentos históricos nunca son idénticos y hay diferencias con 2015. A este tipo de cambio, tenemos más demanda que oferta de divisas, por eso, a pesar del cepo, la pandemia y la restricciones, se perdieron más de 40.000 millones de dólares en cuatro años. ¿Eso se puede levantar en un día? Me gustaría, pero sería un caos".

"Es una anomalía", siguió, pero "hay restricciones que son más nocivas que otras, las de las importaciones, por ejemplo (…). Comercio, deuda y dividendos: la idea es levantar las restricciones en ese orden, lo antes que se pueda", agregó, mencionando un objetivo que admitió ambicioso de un año. ¿Y el atesoramiento? ¿Será que queda aún más lejos?

unnamed.jpg

Para Lacunza, la dolarización que proponen Javier Milei y Bullrich –con una estación intermedia llamada "libre elección de moneda" para los contratos– "es un atajo impracticable". Sí, también Bullrich, porque no todo se explica en ambiciones personales contrastantes.

"No tenemos dólares y nos sobran pesos, por eso no se puede dolarizar. Sin 35.000 millones, dolarizar es saltar a un precipicio", explicó, a la vez que se refirió a las promesas en ese sentido como “vender espejitos de colores".

Para él –y para Rodríguez Larreta–, la solución a la inflación es fiscal y monetaria, dada por un equilibrio presupuestario que evite que el Banco Central deba imprimir pesos para financiar al Tesoro. "Empezar a resolver la inflación es solucionar los subsidios energéticos", avisó.

Larreta, en tanto, puso el concepto político en el primer acto de campaña que protagonizó junto a Gerardo Morales en Tres de Febrero. "Vamos a hacer realidad el cambio y lo vamos a hacer sin soluciones mágicas y sin prender fuego el país", se diferenció de su enemiga íntima en la táctica aunque no en el objetivo estratégico: "Terminar con el kirchnerismo para siempre".

Debajo de los satélites

Nada es lo mismo y siempre hay matices, más allá de que las derechas tengan un punto de destino común, hecho de rigor fiscal y monetario, apertura comercial, desregulación, oxigenación de las ganancias empresarias como forma de dinamizar la inversión y reforma laboral y previsional.

Dicho eso, entre Larreta y Bullrich también hay diferencias. A diferencia de lo dicho por Lacunza, la líder del ala –más– dura del PRO propone una salida inmediata del cepo por entender que su existencia supone una traba para las decisiones de inversión de las empresas. Economistas de todos los palos le advierten –acaso también lo haga, con poco éxito, un hombre formado como su asesor Luciano Laspina– que la combinación de liberación inmediata del mercado cambiario y libre elección de monedas podría ser un pasaporte directo a una hiperinflación. ¿Por qué? Porque la devaluación y la posibilidad –de los eslabones fuertes de la cadena económica– de optar por la divisa fuerte podrían desatar una masiva huida del peso. Ella no escucha, no entiende o finge demencia sabiendo, acaso, que no se balearía los pies a la hora de la verdad. ¿Cuál será la verdad?

unnamed.jpg

Mientras, su caballito de batalla del cambio radical y en modo de shock fue espoleado otra vez por su compañero de fórmula, el mendocino bukelista Petri. "No hay posibilidad de gradualismo. Hay que tomar medidas urgentes, inmediatas al llegar al Gobierno, porque ese es el momento en que tenés legitimidad social para hacerlo", urgió.

"Hay que bajar el gasto público y el ajuste tiene que empezar por la política. Hoy tenemos un Estado que te cobra impuestos como si vivieras en Suecia, pero te los devuelve en servicios como si estuvieras en Haití", denunció. Así, todo indica que el 11 de diciembre comenzaremos a pagar impuestos haitianos para vivir finalmente como suecos. Decime si no te tienta...

La receta ultra

Los dichos de Lacunza sobre la dolarización fueron refutados por Milei en la reunión del IAEF. "Cualquier solución que dice que va a abrirse (el cepo) de un día para el otro, implica que, con el cambio del portafolio, se hace una hiperinflación", sentenció con justeza.

Hola, ¿qué tal? Teléfono para Bullrich…

Salvo… salvo que se resuelva "de cuajo el tema de los stocks, o sea la dolarización", completó.

"El FMI con nosotros no tendría problemas porque el ajuste que propone, para nosotros es light", definió el minarquista, quien si tiene una virtud es contar sus planes sin ocultamientos.

El desfiladero estrecho de Massa

Para el ministro-candidato, el futuro inmediato es cerrar el acuerdo con el FMI, ponerles los dos pies encima al dólar para que ni amague con escaparse, anunciar los alivios al consumo que le resulten posibles y rezar para que la inflación por lo menos no empeore.

Ese Massa, con todo, no será el Massa que, si le tocara, gobernaría el país desde el 10-D.

En la Cámara Argentina de la Construcción (Camarco), el jefe del Palacio de Hacienda, presentado por Alberto Fernández como su seguro sucesor, habló de su "obsesión" por generar "un programa exportador para juntar todos los dólares que la Argentina necesita y no volver al Fondo”.

01.jpg

En sintonía con Cristina Fernández de Kirchner, postuló que tener al FMI en casa implica "ceder parte de tu autonomía". Mientras, claro, hay que pactar, cosa que auguró que ocurriría muy pronto: "En las próximas horas se va a conocer públicamente cómo es el programa para los próximos seis meses".

Lo demás, ya anticipó, pasa por diferenciar en la campaña la existencia de dos modelos contrapuestos y su opción por evitar ajustes dolorosos, generar un "desarrollo igualitario" y "distribución del ingreso e inversión pública".

Si ganara, claro, ya llegaría para él también el tiempo de anunciar durezas que, por ahora, intenta posponer y no puede permitirse mencionar.

guerra de ambiciones y tambien de proyectos
Horacio Rodríguez Larreta y Gerardo Morales tuvieron su primer acto junto en donde polarizaron con Patricia Bullrich.

También te puede interesar