Diego Santilli tomó una decisión respecto del ballotage y la hará pública en las próximas horas. Según pudo saber Letra P, después de cinco días de rondas de consultas con intendentes, legisladores y otros dirigentes distritales, dirá que está "a favor del cambio y en contra de la continuidad". Con su decisión, quedaría ubicado entre Horacio Rodríguez Larreta, que eligió mantenerse neutral en un claro guiño político a Sergio Massa, y Mauricio Macri, que decidió militar a favor de Javier Milei.
El diputado comenzó el jueves pasado una serie de reuniones en las oficinas que tiene la calle Salguero, en el barrio porteño de Belgrano, y otras en distintos despachos de municipios afines. Asistieron territoriales de peso como la intendenta Soledad Martínez (Vicente López) y los intendentes Pablo Petrecca (Junín), Javier Martínez (Pergamino) y Sebastián Abella (Campana). También dirigentes locales como Martiniano Molina (Quilmes), Pablo Alaniz (Florencio Varela) y Gastón di Castelnuvo (Ituzaingó), además del legislador electo y armador político Agustín Forchieri y la senadora electa Florencia Arietto.
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En todas las oportunidades, El Colorado les consultó qué lectura hacían de la interna a cielo abierto en Juntos por el Cambio (JxC) y qué postura personal iban a tomar de cara al 19 de noviembre. Atento, fiel a su perfil dialoguista, escuchó la decisión de cada uno de ellos y les adelantó que su idea era comunicarles que no se mantendrá en la neutralidad, como se especuló en un comienzo y que, por el contrario, jugaría a favor del cambio de políticas y en contra de la continuidad del gobierno peronista.
De hecho, el exprecandidato a gobernador bromeó en más de una oportunidad con que haría "La Gran Cobos", en alusión a que tendría un voto no positivo en favor de Massa y Milei, lo que fue leído rápidamente por sus invitados como una invitación a la neutralidad. Pese a eso, le fue enfático a su equipo en que su respaldo al "cambio" no significaría hacer campaña por Milei, tal como lo está haciendo Macri, Patricia Bullrich y Cristian Ritondo.
Esta resolución interna está en línea con lo que fuentes de la administración bonaerense le dijeron a Letra P: Santilli llamó a Axel Kicillof la noche del domingo electoral para felicitarlo por su reelección y aclararle que no tenía intenciones de mover influencias políticas en favor de Milei. Esta conversación, que las partes buscaron mantener en reserva, se dio tan sólo 48 horas antes de que Macri llegara a un acuerdo electoral inconsulto con el líder de La Libertad Avanza (LLA).
Como contó este medio, Macri y Milei se reunieron cerca de las 21 de aquel día en la casa que el expresidente tiene en Acasusso, distrito bonaerense de San Isidro, y una hora y media más tarde sumaron a esa mesa chica a Ritondo y el propio Santilli, quienes asistieron al llamado del jefe del PRO sin saber que también estaría el economista ultraliberal. Eso generó malestar entre los comensales y fue parte del detonante de la interna amarilla que continúa hasta hoy.
Quizá por eso es que Santilli tomó el camino contrario. Reunió primero a su tropa política para luego tomar una determinación. A esos dirigentes les indicó también que tendrían libertad de acción personal. Detrás de esas escuchas, se esconde también su idea de volver a la pole position. Con 56 años, con el respaldo de algunos de estos dirigentes, Santilli cree tener la capacidad de reconstruir Juntos por el Cambio después de diciembre y liderar un nuevo polo de oposición kirchnerista. Las derrotas de los coroneles Néstor Grindetti en Lanús y de Julio Garro en La Plata -los primeros conteos de la reapertura de urnas confirman el triunfo del peronista Julio Alak- y la mudanza de Jorge Macri a la Ciudad de Buenos Aires juegan a su favor. Con el PRO herido por la derrota de sus líderes territoriales, el bastón de mariscal amarillo queda al alcance de la mano.