Laura Rodríguez Machado se perfila a una alianza con LLA.
Belén Avico, Luis Picat y Laura Rodríguez Machado.
Martín Llaryora junto a Carlos Gutiérrez a la salida del CFI, en la última visita del gobernador cordobés a Buenos Aires.
La discusión en torno al articulado de la ley ómnibus retrotrajo el escenario de la política cordobesa a la campaña electoral. El ala más dura del ¿ex? Juntos por el Cambio (JxC), que responde a la ministra de Seguridad, Patricia Bullrich, decidió cruzar públicamente a Martín Llaryora. Sin vueltas, acusan al gobernador de Córdoba de “sobreactuar” su papel de "dialoguista".
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“No tiene llegada real a la Casa Rosada, por eso eleva el tono y asume una postura mucho más cercana al kirchnerismo”, dicen con el objetivo de bajar el peso que el cordobés parece tener en la discusión nacional y, de paso, volver a jugar una carta que ya se había puesto sobre la mesa en la elección provincial de junio del 2023.
Llaryora se preocupa centralmente por la suya, aunque busca apalancarse jugando en bloque con sus pares sosteniendo la necesidad de “garantizar el federalismo”.
En la previa a la fallida sesión para empezar a discutir el articulado de la ley ómnibus, la que se encargó a apuntar al gobernador de Córdoba fue Laura Rodríguez Machado. “No está ayudando a que salga la ley de bases”, aseguró la diputada del PRO y mano derecha de Bullrich.
Sus declaraciones en una entrevista radial se desprenden del análisis sobre la insistencia de Llaryora sobre algunos temas del megaproyecto libertario. Entre ellos, uno que el cordobés considera central: la coparticipación del Impuesto PAIS.
“Ese es un impuesto debe desaparecer en el futuro, pidiendo que sea coparticipable, impide que se pueda quitar”, afirmó en defensa de la postura amarilla que, más allá del amalgamiento nacional con el oficialismo, sostiene la necesidad de avanzar en la eliminación de impuestos.
Pero las críticas de Rodríguez Machado van más allá de la cuestión en torno a los recursos y avanzan en el plano de la política, apuntando puntualmente a la vida provincial.
Desde hace tiempo, la diputada insiste con que algunas de las posturas de Llaryora terminan jugando a favor de lo que ella llama genéricamente “kirchnerismo”. En su última crítica apuntó contra la intervención del gobernador para evitar la privatización de Fábrica Argentina de aviones Brigadier San Martín (Fadea), lo que en su óptica beneficia a la “militancia de La Cámpora”.
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Cristina Fernández estatizó FAdeA y en 10 años de Gobierno "K" la empresa no hizo un sólo avión, pero la pagó, utilizando la plata de los contribuyentes, una elevada suma de dinero a Florencia Peña para que diera una charla. pic.twitter.com/LPQsOkxhz4
Entre los cordobeses y cordobesas del PRO hay una ruptura que se explicitó en el momento mismo de la conformación de los bloques en el Congreso. El corte principal divide al partido amarillo entre la bancada con ese nombre y otra transversal como Hacemos Coalición Federal, que preside Miguel Ángel Pichetto, del que forma parte Oscar Agost Carreño y también el bloque que responde a Llaryora. Allí, las críticas se disipan, siendo incluso el presidente del PRO en Córdoba uno de los principales armadores de los lazos con el gobernador mediterráneo.
Tal cual el gobierno Nacional estableció, el Impuesto País debe ser eliminado (Xq una parte del mismo afecta a la producción). Si el gobierno provincial necesita más recursos, hay otros instrumentos como eliminar los Gs Tributarios, muchos de ellos sí son coparticipables. pic.twitter.com/0h98zJhtoV
Más duro en su posicionamiento, Luis Picat, que encabezó la lista bullrichista que se impuso en la interna de JxC, siempre se opuso a la coparticipación del impuesto. Y mantendrá esa postura, en este debate y en los que puedan venir, más allá de las condiciones generales que puedan modificarse con el paso del tiempo.
La casa chica
Esa postura que cuestiona el rol nacional de Llaryora también encuentra voces que buscan utilizar esa herramienta para la rosca doméstica. No fueron pocos los legisladores que luego de la apertura de sesiones en la Unicameral cordobesa salieron a cuestionarel rol “de opositor férreo” que asumió el sanfrancisqueño el pasado jueves.
Como lo dicho en reiteradas oportunidades, el senador del Frente Cívico que preside la bancada del PRO considera que el gobernador es “un mini Massa” y gusta de remarcar las diferencias en “las formas” del sanfrancisqueño, respecto a sus antecesores, José Manuel De la Sota y Juan Schiaretti.
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Esas “formas” a las que se refieren muchos de los legisladores y legisladoras cordobeses también se asientan sobre un protagonismo nacional prácticamente inédito en el pasado inmediato.
Para empezar a usar las millas aéreas sumadas por Llaryora a su favor, los opositores más duros en la provincia no sólo subestiman el peso nacional del gobernador, sino que empiezan a advertir sobre la relación del gobernador con algunos sectores del peronismo nacional. Vuelven a plantar un escenario de grieta, que el sanfracisqueño se esmera por sortear, pero que en la política cordobesa se repite casi cíclicamente.