La noticia de que el gobierno incluyó en el borrador del proyecto de ley ómnibus XS el capítulo de la reforma laboral frenado por la Justicia cayó como una bomba en la CGT, que interpretó la jugada como una declaración de hostilidades de la Casa Rosada tras la confirmación del paro general del 9 de mayo próximo.
Tras el impacto inicial, la cúpula de la central obrera intensificó en las últimas horas los contactos con legisladores de Unión por la Patria y bloques de la oposición, puntualmente con el presidente de la bancada Hacemos Coalición Federal (HCF), Miguel Pichetto. El objetivo es frenar el debate de la reforma propuesta por el gobierno, que incluye artículos altamente conflictivos para los gremios, como la restricción del derecho a huelga, la elimitación de la ultra actividad de los convenios colectivos y la eliminación de las cuotas solidarias.
Este miércoles, la tensión se adueñó de Diputados, donde la reforma laboral y el impuesto al tabaco traban la negociación de la ley ómnibus XS. El objetivo de la central obrera es quitar el capítulo en cuestión del texto enviado por la Casa Rosada.
El debate en Diputados
En la CGT intentarán como primer objetivo que el capítulo de "modernización laboral" sea quitado del proyecto de ley ómnibus XS que el Ejecutivo empezó a mover este martes con la idea de que sea tratado junto al pacto fiscal la semana próxima en la Cámara de Diputados. La movida apunta a despegar el debate laboral de los otro puntos de la ley y, sobre todo, del paquete fiscal.
Si no lo logran, apuntarán todos los cañones a que el proyecto naufrague en Diputados o en el Senado, en el caso de que sea aprobado en la Cámara baja.
El proyecto que mueve el gobierno contiene buena parte de las propuestas elaboradas por la UCR, un gesto de la Casa Rosada para acercar posiciones y conseguir apoyos que necesita para aprobar la ley bases XS. Entre otros puntos, se propone reducir las multas a los empleadores que tengan trabajadores no registrado a su cargo, extender los períodos de prueba y reemplazar la indemnización por un fondo de cese laboral similar al que viene aplicando al UOCRA.
También se incluyó una serie de medidas que habían sido parte del capítulo laboral del DNU que la Justicia mantiene frenado en virtud de un recurso de amparo impulsado por los gremios. La restricción del derecho a huelga a través de la declaración de servicios esenciales y la eliminación de las cuotas solidarias, uno de las fuentes de financiamiento de los sindicatos.
Impacto en la CGT
Para la CGT, la inclusión de este capítulo en el borrador de la nueva ley bases XS es una abierta declaración de hostilidades por parte del gobierno después de la reunión mantenida en la Casa Rosada hace dos semanas entre la cúpula de la central, el ministro del Interior, Guillermo Francos, y el jefe de Gabinete, Nicolás Posse.
El tema de la reforma laboral, bajo la etiqueta menos incómoda de "modernización laboral", había sido parte de la conversación entre la CGT y el gobierno. Pero en la central que conducen Héctor Daer y Pablo Moyano niegan categóricamente que haya habido ningún acuerdo ni compromiso en torno a este punto.
Cerca de la mesa de conducción dan a entender que estaban dispuestos a acompañar una discusión en el Congreso por algunos de los puntos de esa reforma, como la modificación de las jornadas laborales y las multas por el empleo no registrado. Pero no más allá.
En la CGT entendían que el gobierno no iba a incluir el proyecto en la nueva ley bases, un movimiento que complica la discusión específica de los temas de la agenda laboral al atarla a la negociación general del proyecto, que incluye también el pacto fiscal y la discusión por los recursos de las provincias, entre otros de alta tensión.
Por eso, desde este martes por la mañana, la central empezó a operar con un primer objetivo: retirar el capítulo laboral del proyecto de ley que el oficialismo quiere tratar la semana que viene. En ese camino, empezaron a anotar señales positivas. El jefe del bloque Hacemos Coalición Federal (HCF), Miguel Ángel Pichetto, adelantó que no acompañará la votación de la reforma laboral, enojado por la inclusión de medidas como la eliminación de las cuotas sindicales.
“Cuando te sorprende un domingo por la noche el señor Cordero, secretario de Trabajo, y vienen con 60 artículos... no, eso no lo voy a votar. Eso nunca estuvo en el diálogo, eso es un ataque sorpresivo por la noche de decir ‘bueno, los muchachos están flexibles, metámosle la reforma laboral’”, dijo el rionegrino este miércoles.