Javier Milei firmó este lunes el DNU que habilita el acuerdo con el FMI para evitar la discusión de un proyecto de ley en las dos cámaras del Congreso. El Presidente ya tiene una estrategia para dejarlo firme y evalúa impulsar una sesión en Diputados para aprobar el decreto e impedir su derogación.
Con la legislación actual, un DNU sólo puede ser eliminado si las dos cámaras lo rechazan. O al revés: si una sola lo aprueba, queda ratificado. Es una ventaja respecto a un proyecto de ley, que necesita aval de los dos recintos para ser sancionado.
Esa fue una de las razones que motivó al Gobierno a acudir a ese instrumento para habilitar la negociación de un acuerdo con el FMI, que podría cerrar en abril. En el Senado, no hay chances de que el DNU sea aprobado, pero en la cámara baja sí es posible.
La apuesta libertaria es que durante abril sea aprobado en Diputados. "Es una posibilidad que estamos evaluando para que no quede en un limbo", confirmaron, a Letra P, fuentes de LLA. El decreto desconoce la ley 27.612, sancionada en 2021.
Está norma obliga a los gobiernos a pedir autorización al Congreso para validar un empréstito en dólares. En los fundamentos del DNU, Milei justifica no tenerla en cuenta con jurisprudencia y hasta discursos de figuras del PRO del Congreso, como el diputado Luciano Laspina. Esta decisión le costó a Milei una denuncia penal de un grupo del bloque de Unión por la Patria en Diputados, liderado por Victoria Tolosa Paz.
La jugada de Javier Milei
El apuro de Milei quedó claro este martes, cuando envió el Congreso el DNU, aún cuando tenía 10 días de plazo. La misma cantidad de tiempo -aunque cuenta como hábiles- hay para que se expida la comisión bicameral de trámite legislativo, que es presidida por el senador libertario Juan Carlos Pagotto. El vicepresidente era el diputado del PRO Esteban Lombardi, quien dejó su banca para asumir como ministro de la Ciudad. Su lugar en la comisión lo ocupará Diego Santilli.
La bicameral no dictamina sobre el contenido del DNU sino sobre su constitucionalidad: es por eso que sólo podría aprobarse o rechazarse en su totalidad. Además, a diferencia de los proyectos de ley, los despachos no son necesarios para que un decreto se apruebe o se rechace con mayoría simple en el recinto. Transcurridos diez días hábiles desde su arribo, pueden tratarse en una sesión y validarse con la mitad más de cada cámara.
La Libertad Avanza no tiene expectativas de poder dominar una sesión del Senado, donde ni siquiera pudo elegir autoridades por la rebelión de la dupla de Santa Cruz, integrada por José María Carambia y Natalia Gadano. En esa cámara Unión por la Patria sumó un voto con la incorporación de Stefanía Cora en reemplazo del expulsado Edgardo Kueider. Tiene 34 votos y junto al binomio austral suman la mitad del recinto.
Los gobernadores de siempre
En Diputados la historia es otra: en noviembre Martín Menem logró bloquear todos los pedidos de sesión especial de la oposición dura, que integran UP, Democracia Por Siempre (UCR crítica) y un sector de Encuentro Federal. El secreto fue el alineamiento de la UCR oficial, dominada por un sector que se define como oficialista y otro ligado a los gobernadores de ese partido.
Además, los mandatarios de partidos provinciales practicaron la alineación automática con el Poder Ejecutivo, como es habitual con cada gobierno de turno. Con Milei, necesitaron un semestre para conocerse y conseguir un interlocutor válido, como es el ministro del Interior, Guillermo Francos.
En ese escenario, si LLA sumara al PRO, la UCR y todo el espectro de los partidos provinciales, las chances de una mayoría estarían al alcance de la mano. Como explicó Letra P, cuando Milei anunció que enviaría un proyecto sobre el acuerdo con el FMI, en la apertura de sesiones, los gobernadores enviaron el mensaje de que iban a tratarlo junto al congelado Presupuesto 2025.
Sus representantes en la cámara baja no fueron informados aún si el plan se repetirá en caso de tratar el DNU o si es preferible dejarlo pasar para luego negociar la propia, una maniobra típica de los jefes territoriales.