LA ERA MILEI

Estilo Sandra Pettovello

De carácter fuerte y determinante, es la ministra más cercana a Milei. Ley mordaza a su gabinete, inexperiencia y vínculos con el barro de la política.

Pese a su inexperiencia en la gestión y su bajo perfil público, Sandra Pettovello se convirtió en la ministra más influyente del gabinete de Javier Milei. Temperamental, de carácter muy similar al que algunas veces manifiesta el Presidente, controla con mano de hierro el histórico edificio de Obras Públicas que contiene las secretarías de Educación, Cultura, Trabajo, Niñez y Familia, además de algunas de las competencias del extinto Ministerio de Mujeres, Género y Diversidad.

De todos modos, desde el inicio de la gestión su lugar de trabajo está en Casa Patria Grande Presidente Néstor Kirchner, ubicada en el barrio porteño de Retiro. Es una vieja mansión de principios de siglo XX que lleva la firma del arquitecto italiano Juan Antonio Buschiazzo, que, aseguran en su entorno, la hace sentir mucho más cómoda que el viejo despacho del piso 14 del edificio emplazado sobre la 9 de Julio, reconocido por tener un mural en homenaje a Eva Duarte.

Desde ese lugar, la ministra sigue el termómetro caliente de las protestas sociales y las crecientes demandas de las familias más vulnerables del país, que se vieron atacadas con una inflación descontrolada y una crisis económica creciente. Y si bien comparte los modos de relacionarse del jefe de Estado, entre temperamental, intransigente y sin diálogo con los periodistas que solía frecuentar en su paso por el sector privado, maneja otros horarios de trabajo: comienza cerca de las 8 y suele terminar un poco antes de las 20.

La mayoría del tiempo lo hace en esta vieja mansión porteña, por donde pasan de manera diaria los integrantes de su gabinete -muchos de ellos todavía sin designación formal, que deja en evidencia la paralización de numerosas áreas a su cargo- y otro tanto en la Quinta de Olivos. El mandatario le ofreció vivir ahí, para trabajar cerca de manera más fluida, pero lo rechazó. La oferta también le llegó al jefe de Gabinete, Nicolás Posse.

Gabinete silencioso

El día que se enteró que uno de sus funcionarios organizó una reunión privada con periodistas para dar detalles de su programa de gestión en un área hipersensible del ministerio, Pettovello -exproductora de programas radiales- puso el grito en el cielo y ordenó a todo su gabinete mantener un estricto hermetismo. Eso implicó no sólo dejar de hablar -en on y en off the record- para centralizar todo a través de la vocera oficial, de sobrada experiencia en comunicación institucional por haber pasado por la gestión de Horacio Rodríguez Larreta, sino también auditar la agenda de cada uno de sus secretarios.

De todos modos, gran parte de esa información continúa siendo del ámbito reservado, por lo que la funcionaria de Milei y su equipo todavía desconocen el decreto 1172/03 por el cual gran parte de los funcionarios públicos tiene que anotar sus audiencias en el registro de gestión de intereses, para permitir trazabilidad documental bajo sospecha de lobby.

Por supuesto, hay algunas excepciones a la falta de transparencia en Capital Humano: Pettovelo registró que recibió al gobernador Rogelio Frigerio el 18 de enero; al mandatario de Neuquén, Figueroa Rolando Ceferino, dos días antes, y al CEO de Alsea, Armando Torrado; mientras que su secretario de Cultura Leandro Cifelli tuvo un encuentro con el embajador de Portugal, Frederico Ludovice, y con su par de Misiones, José Martin Schuap.

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Quizá una de las razones del flaco registro de las reuniones oficiales se deba a que aún no salió en el Boletín Oficial la designación de la mayoría de su gabinete, quienes la acompañan de manera informal en la gestión.

De hecho, Capital Humano es junto con el -extinto- Ministerio de Infraestructura, de donde salió eyectado Guillermo Ferraro, la cartera con mayores desplazamientos. El más relevante fue el del subsecretario de Trabajo, Horacio Pitrau, que sirvió como fusible después de que el jefe de Gabinete, Nicolás Posse, cuestionara la estrategia ministerial de beneficiar al sindicalista Armando Cavalieri en las cuotas solidarias, a instancias de una reunión que ambos publicaron en sus redes sociales.

Además de Pitrau se anotó una estadía muy breve Eleonor Urrutia, una abogada mendocina defensora del libre mercado y esposa de un exministro de Economía de Augusto Pinochet, que se presentó durante varios días en el inicio de la gestión como jefa de gabinete del colosal edificio ubicado en la 9 de Julio. Su salida estuvo vinculada a una crítica a Posse en las redes sociales. Lo mismo Fabián Perechodnik, un diputado del PRO de excelente vínculo con los líderes de su partido, que incluso llegó a sacarse una foto con todo el gabinete y, pese a su salida intempestiva, todavía mantiene una relación estrecha, casi personal, con la ministra.

Quien finalmente se quedó con ese lugar fue Fernando Serecesky, exmanager de Charly García y Juanse, el líder de Ratones Paranoicos, que pasó al bajo perfil al regresar a la función pública. En los noventa, el reconocido profesional también fue el encargado de prensa de Alberto Kohan, secretario general durante la presidencia de Carlos Menem.

Ajuste, cambios y tensión

La templanza de Pettovello y su capacidad de resolver las tensiones con las organizaciones sociales, que día a día suman reclamos en un contexto de precios de alimentos exóticos en comparación con los licuados salarios nacionales, se pondrá a prueba este jueves. Habrá una jornada de protestas y marchas hasta las puertas de los hipermercados de todo el país para pedir alimentos, tal como lo hicieron hace dos décadas atrás a instancias del post estallido del gobierno de Fernando de la Rúa y, en paralelo, presentarán un petitorio en la oficina de Pettovello para que reabastezca los comedores de las barriadas populares.

De momento, la única respuesta oficial provino este martes del vocero presidencial, Manuel Adorni, que apuntó contra los organizadores de las marchas a los supermercados y dijo que el Gobierno "no aceptará la extorsión". Además, el funcionario explicó que Capital Humano emprendió "un plan de optimización de recursos que va a tener dos etapas: la primera, donde se van a ahorrar $ 8.300 millones durante 2024 y una segunda etapa donde se van a ahorrar $ 16.850 millones adicionales".

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Para la primera etapa, dieron de "baja de 758 contratos, otros 6.400 contratos en revisión", reducirán "40% la flota de autos, se van a ahorrar casi $1.000 millones en términos de combustible, seguros", recortarán "servicios e insumos por cerca de $500 millones" y también "todos los celulares de cada una de las secretarías, $217 millones adicionales", detalló el portavoz.

Para la segunda etapa, la cartera ajustará "en bienes de consumo y servicios equivalente a $16.850 millones, optimizando contrataciones y compras diversas que venían haciendo el ministerio y las dependencias sin un criterio razonable para la coyuntura que atraviesa la República Argentina". De esta forma, el recorte total para 2024 en Capital Humano que calcula el Gobierno es de $ 25.250 millones, aunque nada se dijo de la crisis alimentaria y la ayuda social, tampoco de los retrasos -que aducen son administrativos- en el pago de algunos programas, como Fomentar Empleo.

Aliados para contener el conurbano

Tal como dio cuenta Letra P, Pettovello inició hace unos días un proceso de importación de dirigentes de Juntos por el Cambio que conocen cada esquina del conurbano bonaerense, con la intención de contener los reclamos sociales, las amenazas de marchas multitudinarias y para enterarse de primera mano, antes que por los medios, de los pedidos de las organizaciones.

Hay al menos tres dirigentes que están promoviendo esos nuevos vínculos. El exsenador bonaerense y jefe territorial de San Miguel Joaquín de la Torre, que trabaja en tándem con su hermano Pablo, secretario de Desarrollo; el intendente de Tres de Febrero, Diego Valenzuela, de vínculo personal con el Presidente y uno de los primeros en alinearse al Pacto de Acasusso; y Marcelo Basilotta, concejal en licencia de General Rodríguez que trabaja bajo la conducción del exjefe comunal Darío Kúbar.

Un cuarto hombre de la política amarilla, cada vez más influyente en la zona norte de la provincia de Buenos Aires, también mantiene una muy buena relación con el círculo íntimo de Pettovello: Ramón Lanús, el intendente de San Isidro que logró terminar con 40 años de hegemonía possista.

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Basilotta, pese a ser un dirigente local de bajo perfil, es un hombre clave en el organigrama libertario de Capital Humano por varias razones. El menos mencionado quizá sea que no sólo es hermano de Hugo Basilotta, quien maneja la empresa de alfajores Guaymallén, sino también que lo une una relación familiar con Pettovello. “Con Sandra nos une una amistad de años, nos criamos juntos prácticamente y ella es casi de mi familia porque es la sobrina de mi cuñada”, le dijo Basilotta al diario La Nación.

Más allá de eso, por su experiencia en la gestión junto a Kúbar y la de otros intendentes peronistas como Gabriel Katopodis y Gustavo Menéndez, es que el funcionario se transformó en una suerte de mano derecha de la superministra. Su nombre suena para se director de la casona en la que la funcionaria pasa sus días.

Algunos de los primeros nombres que acercaron estos dirigentes fueron los de Rodrigo Aybar, que responde a De la Torre, también ferviente mileísta con pasado peronista, y el lomense Guillermo Viñuales, que encontró nuevo liderazgo en Valenzuela, que -se especula- hace un camino silencioso para disputar la gobernación en cuatro años. Aybar y Viñuales, ambos dirigentes de origen justicialista no kirchnerista están a punto de hacerse cargo de la estratégica Secretaría de Economía Social. De hecho, ya caminan con comodidad por sus oficinas.

Con todo eso, sus marchas y contramarchas en la gestión, y un panorama político y económico desbordante, la licenciada en periodismo con posgrados en la Universidad Austral y la Universidad Internacional de Cataluña es la mujer más fuerte del gobierno, a quien tratan con diligencia, y a quien todavía le ponen un manto de duda sobre su capacidad para manejar la monstruosa botonera de los numerosos ministerios que absorbió.

Militantes protestan frente a la Quinta presidencial de Olivos, en reclamo de la emergencia alimentaria.
Sandra Pettovello.

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