Con la presencia de las manzaneras de Hilda “Chiche” Duhalde, protagonismo de los candidatos a vicepresidente, Florencio Randazzo, y a diputado, Diego Bossio, las asistencias sorpresivas del ex ministro de Ciencia Lino Barañao y del exgobernador de Corrientes José Antonio “Pocho” Romero Feris, el cordobés Juan Schiaretti lanzó su precandidatura a presidente por el peronismo alternativo embanderado en un discurso antikirchnerista.
“El peronismo de todo el país debe dejar de ser colonizado por el kirchnerismo”, dijo Schiaretti, durante el breve discurso, de 18 minutos, que dio en el hotel Intercontinental, de Buenos Aires, donde apuntó a captar los votos justicialistas no alineados con Unión por la Patria (UP). En el salón colmado del segundo subsuelo, el gobernador de Córdoba usó como modelo la gestión en su provincial y se pronunció contra “la maldita grieta”, aunque apuntó casi exclusivamente en una dirección.
“El gobierno de Mauricio Macri también se prendió (en la grieta)", dijo al pasar en el discurso. Fue la única mención al macrismo. Más tarde, en conferencia de prensa, explicó que se ocupaba principalmente del actual oficialismo por su origen peronista y recordó sus años de militancia juvenil. “Hablo del kirchnerismo por mi pertenencia a la generación del 70'. Utilizar los derechos humanos para una política autocrática es faltarle el respeto a todos los que peleamos en la dictadura”, explicó. Y agregó que el gobierno de Cambiemos “fracasó” y que también es “responsable del deterioro y la decadencia argentina”, aunque en “menor medida”.
El posible acuerdo con Juntos por el Cambio, a través de Horacio Rodríguez Larreta, sobrevoló toda la presentación. “Da la sensación de que todo va a terminar en ese esquema”, admitió un operador del espacio Hacemos por Nuestro País. Schiaretti fue enfático en su respuesta sobre su posible declinación, después de las PASO, para cerrar una alianza con el jefe de Gobierno porteño.
“Ni por asomo pensamos bajar nuestra candidatura”, respondió cuando le consultaron sobre el acuerdo. Agregó que el espacio peronista que encabeza “aspira a competir en la segunda vuelta”, pero admitió que “después de la primera vuelta” habrá que pensar la posibilidad de armar “un gobierno de unidad nacional”, el modelo que promociona tanto él como el precandidato presidencial del PRO.
Los dirigentes que lo acompañaron ratificaron su voluntad de ubicarse por encima de la grieta, en línea con el planteo original del espacio, en tiempos en que Schiaretti se mostraba junto a Juan Manuel Urtubey. El salteño abandonó el armado cuando el cordobés avanzó en sus conversaciones con Rodríguez Larreta. El acuerdo estuvo cerca de concretarse, pero fue rechazado por el sector de JxC que encabezan Patricia Bullrich y Mauricio Macri.
Schiaretti y Rodríguez Larreta congelaron la idea, pero sigue latente. La dirigencia del espacio está dividida. Entre los integrantes de las listas de Hacemos por Nuestro País hay interlocutores de Sergio Massa y también de Juntos por el Cambio. Bossio es, por ejemplo, uno de los que tiene contacto permanente con el equipo económico del Gobierno y también dialoga con Martín Redrado, funcionario del larretismo. El candidato a vice, Randazzo, también tiene diálogo con Massa y Rodríguez Larreta.
“Si Schiaretti no llega a ser Presidente, nosotros en el Congreso no vamos a acompañar ningún proyecto de ajuste. Nuestra política es producción, crecimiento y ordenamiento fiscal”, avisó el diputado Topo Rodríguez, el lavagnista que conduce el interbloque Federal en la Cámara baja, del que forman parte los legisladores que responden a Schiaretti y los socialistas de Santa Fe.
El cordobés también se refirió a Massa. “Es la expresión del fracaso del cuarto gobierno kirchnerista. Nosotros no tenemos nada que ver con el kirchnerismo”, dijo. Massa y Schiaretti transitaron juntos el armado del peronismo federal durante el gobierno de Macri, pero la sociedad se rompió a fines de mayo de 2019, durante una reunión que tuvieron en Córdoba.
“Si nosotros no llegamos al ballotage y hay que llamar a votar con Macri o con el kirchnerismo y el resto del peronismo, ¿nosotros con quién nos aliaríamos?”, preguntó Massa. “Con Macri”, respondió Schiaretti. “Yo con Macri no voy, hasta acá llegué”, dijo el ahora ministro de Economía, que pegó el portazo y consolidó después su acuerdo con el Frente de Todos. La historia podría repetirse cuatro años después, con diferentes nombres. Varios dirigentes del espacio que lidera Schiaretti admitieron que el lanzamiento de Massa consiguió ordenar al peronismo y “generó expectativas”, aunque no creen que tenga chances de ganar las elecciones, debido a la crisis económica.
Sobre el cierre, Schiaretti hizo eje en las propuestas productivas, prometió eliminar las retenciones, habló de la independencia del poder judicial y la libertad de prensa y puso a Córdoba como ejemplo de gestión. “Una provincia que da certeza y confianza, tiene reglas de juego estables y ayuda a los que producen”, dijo.
En la primera fila lo escuchaban Topo Rodríguez y Chiche Duhalde, Bossio, y el senador por Corriente Carlos “Camau” Espínola, que fue a acompañar a su compañera de bloque Alejandra Vigo, esposa del gobernador. Entre los asistentes estuvo el cacique correntino Romero Feris, titular del Partido Autonomista, una de las tres fuerzas nacionales que forma Hacemos por Nuestro País. También estuvo el exministro Barañao, que fue titular de Ciencia durante los gobiernos de Cristina y de Macri. “Ahí está, saltamos la grieta”, bromeó uno de los armadores del acto para explicar su presencia.