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Es en abril: el plan de acción de la CGT frente al Caputazo tiene mes bisagra

La hoja de ruta de la Confederación prevé un verano caliente con reclamos por sector. La chispa de la clase media y un escenario que puede detonar en 90 días.

La cúpula de la CGT terminó de dar forma al plan de acción con el que se moverá en los primeros meses del gobierno de Javier Milei y en reacción al plan de ajuste anunciado por el ministro de Economía, Toto Caputo. Los gremios prevén un horizonte de alta conflictividad durante el verano y un escenario de virtual estallido para el mes de abril, cuando podrían llegar las primeras medidas de fuerza de la central obrera.

"No vamos a ser los primeros en salir a la calle para que nos digan que el plan de Milei fracasa por el sindicalismo desestabilizador. Se irá formando el clima y la demanda para una acción concreta. Por ahora, marcamos siempre nuestra postura crítica", dice uno de los integrantes de la mesa de conducción cegetista.

La hoja de ruta fue delineada en la reunión de urgencia convocada por la CGT conducida por Héctor Daer, Pablo Moyano y Carlos Acuña, a pocas horas del anuncio del Caputazo, de la que surgió un duro comunicado titulado "No es la casta; el ajuste lo paga el pueblo”, en el que brinda un pronóstico sombrío acerca del resultado del Plan Caputo, pero no adelanta un curso de acción en respuesta. Después de esa reunión, sí hubo una advertencia de la mano de sus secretarios generales: "No nos vamos a quedar de brazos cruzados", dijo Daer, titular de Sanitarios.

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En la sede de la calle Azopardo, las tribus de la CGT, desde la dirigencia de corte más dialoguista a la más intransigente y combativa, coincidieron en un mismo diagnóstico: el plan de ajuste fiscal de shock del Presidente y de Caputo desembocará inevitablemente en un estallido social que tendrá como primer eje de conflicto a los trabajadores formales, desocupados y movimientos sociales y que terminará involucrando a los sectores medios.

Verano caliente

Los gremios dicen que será un verano caliente, con protestas sectoriales de estatales, gremios de trabajadores formales, de la economía popular y los movimientos sociales que desembocará, dentro de poco tiempo, en un escenario de altísima conflictividad que podría llegar entre marzo y abril, meses considerados bisagra.

Recién para entonces, manifiestan, podría empezar a cobrar fuerza la idea de un paro general de la CGT. Por ahora, la idea de la conducción de la central obrera es esperar a que las diferentes medidas vayan impactando en los bolsillos de los distintos sectores. "Primero saldrán ATE y UPCN por los despidos de estatales. Después, si dan marcha atrás con la quita de Ganancias, saltarán los camioneros y otros gremios. Así serán estos primeros meses", grafican.

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Un paro general, en el que algunos empiezan a pensar, por ahora no parece tener sustento. En la CGT hay un rechazo abierto a las presiones en ese sentido que pueden surgir de un sector de la política. "Un paro general no lo decide La Cámpora ni una unidad básica. Los tipos pierden las elecciones y después nos llaman para que hagamos un paro general", se quejan algunos dirigentes en conversaciones privadas.

El espejo del 16

A pesar de las diferencias y las tensiones históricas entre los integrantes de la mesa de conducción cegetista, las coincidencias son muchas. La primera de ellas es no repetir errores del pasado, con el espejo de 2016 en el que nadie se quiere mirar. Por aquella época, las bases llegaron a presionar a la cúpula cegetista al grito de "pongan la fecha, la puta que los parió", en reclamo para que convocaran a un paro. La CGT convocó a cuatro huelgas generales contra el gobierno de Mauricio Macri. La primera fue el 6 de abril de 2017, 16 meses después de su asunción. Una "luna de miel" que nadie quiere recordar.

Pero también hay coincidencia en la cautela para no ser "los primeros en salir a la calle". Nadie en la cúpula de la CGT está dispuesto a que lo acusen de que el plan del nuevo gobierno fracasa porque hay un "sindicalismo desestabilizador". "Es lo que está buscando el gobierno", aseguran en la central obrera, donde además hay inquietud por la aplicación del "protocolo antipiquetes" que el gobierno acaba de anunciar este jueves.

"Que explote primero y después reaccionaremos. Que nos vengan a buscar. Esto es lo que pensamos todo. Cuando explote porque la gente no dé más, seremos parte de las fuerzas que peleen por revertir el escenario. Primero tiene que chocar con la gente", es el crudo diagnóstico que trazó un dirigente cegetista fuera de micrófono. "Vamos a tener gente desesperada dentro de poco. Quizás con las fiestas y las vacaciones van a tener un poco de resto. Pero en marzo o abril, si el gobierno no corrige, explota todo".

Omar  Plaini
la cgt, entre el grito de guerra y la diplomacia subterranea

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