Durante su paso por el Ministerio de Justicia de la Nación le dio impulso a la mediacion extrajudicial como método para reducir la litigiosidad en los tribunales. De vuelta en el pago chico, consiguió encolumnar a todas las tribus de un peronismo disperso detrás de su candidatura a la intendencia y armó el rompecabezas del PJ en un gabinete que las contuvo a todas. Desde 2023, gobierna la Municipalidad de La Plata con ese equipo que zurció con precisión suiza. Desatada la guerra intestina del kirchnerismo, juega en el team que lidera Axel Kicillof, pero sostiene puentes con La Cámpora y mantiene línea abierta con Cristina Fernández de Kirchner. Obrero de la construcción de consensos, Julio Alak celebra por estas horas el que considera su mayor logro en el año y medio que lleva en el cargo que había ejercido durante 16 años, entre 1991 y 2007.
"Felicito a los concejales de los diferentes bloques políticos que integran el Honorable Concejo Deliberante, quienes hoy, en una decisión histórica, aprobaron por unanimidad el nuevo Plan de Ordenamieto Urbano de La Plata". La frase inicia el mensaje que el intendente publicó este martes en las redes sociales y cierra un proceso de negociaciones que le permitió clausurar la grieta que divide al país en favor de una ordenanza que, según el jefe comunal, es "fundamental para la ciudad" porque "define y planifica el crecimiento urbano para los próximos 60 años".
Alak no la tiene fácil en el Concejo local, integrado por 24 bancas. Gobierna en minoría con un bloque propio de diez escaños que de propio tiene apenas la apariencia, porque refleja la complejidad de aquel peronismo sumergido en una crisis que en otros distritos de la provincia de Buenos Aires está derivando en rupturas y nacimientos de ranchos aparte.
La oposición reúne 14 voluntades, aunque dividida en tres bancadas que también expresan las visicitudes de las fuerzas que alguna vez confluyeron en Juntos por el Cambio: PRO - Juntos por el Cambio tiene cinco integrantes, UCR + PRO por la Ciudad otros cinco y La LIbertad Avanza, cuatro.
Julio Alak teje con paciencia en la Octava
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Julio Alak con Axel Kicillof.
Como viene contando Letra P, en estas horas aciagas, Alak aplica todo el know how acumulado durante su vasta historia de roscas (en 1989 accedió por primera vez a la conducción del PJ platense y dos años después, a sus 33, ganó la intendencia) en un peronismo que, por su condición movimientista y por la complejidad de su composición interna, no suele tener paz.
Alak navega el río picado de la interna peronista para cerrar una lista de unidad que convenza a todas las facciones que pulsean por un lugar en la tira de aspirantes a la Cámara de Diputados bonaerense por la Octava sección electoral, que este año pone en juego seis bancas.
El intendente busca neutralizar las disputas internas, como se dijo, siendo fiel al gobernador, pero sin cortar la línea con CFK. La capacidad de equilibrio del platense explica, en buena medida, su permanencia en el gabinete de Kicillof entre 2019 y 2023 a pesar de la crisis que desató la derrota del Frente de Todos en las elecciones de medio término de 2021. Entonces, el gobernador debió ceder espacios ocupados por funcionarios incondicionales para permitir el ingreso de intendentes que respondían a La Cámpora y a CFK.
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Julio Alak con Cristina Fernández de Kirchner.
Alak opera ahora, también, como puente y polea de transmisión en medio de un escenario de fragmentación que no deja de escalar en su virulencia.
Justamente, la incandescencia de la interna configura un desafío mayúsculo para los oficios de negociador de Alak, que intenta preservar el delicado equilibrio que sostiene la paz en el peronismo de La Plata. Ahora, sin embargo, el intendente se permie festejar el consenso que alcanzó su Plan de Ordenamieto Urbano en el Concejo Deliberante, donde tampoco la tiene fácil.
