En medio de la creciente tensión por la definición de las listas con las que el Frente de Todos se presentará en las PASO el 13 de agosto, el Frente Renovador de Córdoba acudirá al Congreso nacional partidario, que se realizará el próximo sábado, con un mandato de libertad de acción para Sergio Massa para que el ministro de Economía defina cuál debe ser su rol en el proceso electoral y en el futuro de la coalición peronista.
Con esa postura, la seccional mediterránea del FR propondrá que el propio líder del espacio, recién llegado de lo que considera una exitosa gira de negociaciones en China, tenga la última palabra en torno a su candidatura presidencial o a cualquier otro destino político que considere conveniente para sí y para el conjunto del partido.
Mesurada, la versión cordobesa del massismo apostará, también, por la continuidad en la coalición que gobierna el país, sin desconocer las versiones que alientan un ultimátum.
“No tenemos una postura extrema, no vemos una ruptura en el horizonte. Eso es más una cuestión que se maneja a nivel mediático. Queremos permanecer en el FdT. Es un espacio que construimos y militamos. Ahora, si la postura nacional es abrirse, no vamos a disentir”, explica Fernando Caubet, dirigente riocuartense que se desempeña como presidente provisorio del frente.
En caso de que el ministro de Economía decida apostar por el Poder Ejecutivo, la tropa massista no tiene dudas: debe encabezar la fórmula.
“El trabajo de Sergio es fundamental y lejos está de querer patear todo. Es quien mejor representa la idea de consenso. Ha demostrado capacidad de liderazgo y coordinación de equipos. También se comprometió en el momento más delicado de la economía y agarró la papa caliente”, rubrica Caubet.
El FR considera que esas presuntas cualidades ubican a Massa por encima del candidato que leuda el clamor kirchnerista, el ministro del Interior, Wado de Pedro. No obstante, reconoce la existencia de un vínculo muy estrecho y se ilusiona con la posibilidad de “un muy buen tándem”.
De igual manera, en el massismo cordobés admiten que hay sectores del kirchnerismo que siguen mirando con desconfianza al tigrense, a quien adjudican una mirada cercana a los sectores del poder concentrado. Sin embargo, remarcan que el propio Massa mantiene una fluida interacción con los líderes del espectro K, Cristina y Máximo.
Entre Gill y Llaryora
La participación del massismo cordobés en el congreso nacional, al que asistirá un contingente de 40 personas (18 congresistas, 22 asistentes), llegará mientras avanza en la conformación oficial del Frente Renovador seccional Córdoba.
Como anticipó Letra P, la dirigencia local sortea los últimos trámites para lograr la personería provisoria. Luego espera resolver, con celeridad, las diligencias necesarias para la personería definitiva, requisito indispensable para ganar participación en cualquier mesa.
Mientras tanto, sus referentes locales siguen trabajando, con los cuidados de rigor, en un armado provincial que por ahora muestra actividad en un puñado de municipios de Punilla, entre ellos Cosquín; del sur provincial, donde se destaca Cruz Alta, e incluso la ciudad Capital. “Por ahora, los compañeros tienen libertad para jugar donde les convenga. Para ser orgánicos necesitamos el sello”, explica Caubet.
Buena parte de ese tejido llega a partir de interacciones, muchas de ellas subterráneas, con reconocidos dirigentes como Martín Gill y Martín Llaryora, a quienes une un vínculo ya añejo con Massa.
Con el villamariense la sintonía se ve favorecida por su pasado como secretario de Obras Públicas. Se le reconoce, además, su ascendencia en la región, expresada en la adhesión de decenas de jefes comunales que, en muchos casos, pasaron a formar parte de Hacemos Unidos por Córdoba.
En el caso específico del sanfrancisqueño, el vínculo remonta a épocas de juventud, cuando militaban, junto a Diego Santilli, en la mesa nacional del Frente de la Esperanza, fuerza sobre la que reposaban los sueños presidenciales de Palito Ortega.
Un cuarto de siglo después, el massismo sigue con particular interés la suerte del intendente que quiere ser gobernador. Entiende que un triunfo de Llaryora permitiría un paulatino levantamiento de las tranqueras cordobesistas que, por años, construyó Juan Schiaretti para con todo aquello que fuera kirchnerista, por principios o por sociedad, tal el caso del FR.
“Con Martín se abriría la posibilidad de volver a hablar de peronismo en la provincia, cosa que hace años no ocurre. Como gobernador sería orgánico a lo que el Partido Justicialista definiera. Sería un gran avance en la integración nacional”, analizan en la conducción del FR mediterráneo.
En esa dirección, aunque reconocen los márgenes a que obliga la construcción cordobesista, esperan que un futuro gobierno peronista ayude en la campaña del FdT para las elecciones nacionales. Al menos, que no colabore con el candidato que presente Juntos por el Cambio.
“Por el armado provincial, Martín lleva un vice del PRO. Es parte del juego local, lo entendemos, pero tenemos claro que en octubre no repartirá las boletas de JxC, como sí se ha hecho en 2015 y 2019. Él no es Schiaretti”, sentencia Caubet.