No fue un fin de semana sencillo para las partes que componen la versión mediterránea de Unión por la Patria. Al magro resultado obtenido en las elecciones provinciales, el peor de la historia para el pankirchnerismo cordobés, se le sumó un cierre de listas que terminó de exponer la ruptura virtual del frente. Ahora, enfrentará una campaña nacional en la que deberán convivir al menos cuatro sectores con diferencias abiertas.
En ese amplio espectro se ubica el cristinismo que se quedó con las listas para la Cámara baja, el peronismo que se corrió del debate denunciando dedazo vicepresidencial, el Frente Patria Grande que impulsa la candidatura de Juan Grabois y el sector referenciado en Martín Gill. El intendente de Villa María quedó complicado en su territorio y tras la elección provincial deberá analizar si su realineamiento con el peronismo nacional no termina complicando la contienda por su sucesión, que se definirá el 1 de octubre.
El quiebre
En las elecciones provinciales que consagraron a Martín Llaryora como nuevo gobernador, el frente Creo en Córdoba obtuvo tan sólo el 2,16% de los votos. Esa resultado fue el corolario de una situación que ya venía complicándose desde hacía tiempo y que llegó a tocar fondo con cuestionamientos cruzados que alteraron los ánimos en el búnker del extodismo mediterráneo.
Si bien la tensión reinante en el espacio llegó a tocar el punto más álgido tras el resultado del domingo, la antesala del sábado ya presagiaba un final demasiado anunciado. En medio del armado de las nóminas, el sector referenciado en el peronismo antischiarettista que comanda Carlos Caserio decidió levantarse de la mesa de negociación y correrse de la lista que acompañará a la boleta encabezada por Sergio Massa y Agustín Rossi.
El argumento central fue, otra vez, la intromisión nacional en el armado provincial. “Nosotros no estamos acostumbrados a trabajar de esta manera, siempre propusimos discutir las cosas desde Córdoba, pero hay un sector que siguiendo las órdenes de Cristina Fernández de Kirchner impuso a candidatos y candidatas de un solo sector”, dijeron a Letra P en el costado peronista de Unión por la Patria. Ese sector decidió no formar parte de la nómina para la Cámara de Diputados, aunque aclaró que el apoyo a la candidatura nacional del ministro de Economía se mantiene inalterable.
La boleta que encabezará la diputada camporista Gabriela Estévez, acompañada por el ex secretario de Derechos Humanos Martín Fresneda y la titular de la pata cordobesa de la CTA, Leticia Medina, terminó integrado por sectores identificados con el kirchnerismo histórico. Dejó de lado a integrantes del PJ provincial que, a partir de su distancia con Juan Schiaretti, encontraron su refugio identitario en el peronismo nacional.
Las diferencias no fueron sólo de tinte ideológico, sino que también se pusieron sobre la mesa cuestiones estratégicas que fueron criticadas abiertamente por el núcleo comandado por el exsenador. La principal fue la candidatura de Estévez: “Ella quiso ser candidata a vicegobernadora y candidata a legisladora provincial, nadie la obligó. Sólo por respeto al electorado, no puede presentarse como candidata a diputada un día antes de la elección provincial. Parece una tomadura de pelo”.
El paupérrimo resultado de Creo en Córdoba de Todos terminó con Estévez sin lugar en la Legislatura y con Federico Alesandri, el aspirante a la gobernación, arañando una banca. El hombre de Embalse es apuntado por el peronismo provincial, que acelera los juegos de seducción para sumarlo al listado de aliados estratégicos en pos de recuperar la mayoría perdida tras la contienda del pasado domingo.
Estévez es la única que, al menos por 24 horas, hizo convivir su candidatura provincial y nacional desde un espacio expectable. En las dos listas legislativas también estaba Glenda Henze, la presidenta del Partido del Trabajo y del Pueblo, aunque en espacios más marginales de la nómina: séptima, en la nacional; y octava, en la lista provincial.
Sin embargo, la lectura respecto del dedazo nacional no viene sólo del sector que eligió correrse. El diputado Pablo Carro, que incorpora a la boleta a una dirigente de su riñón como Medina, su sucesora en la CTA cordobesa, también cuestionó esa práctica, de la que él mismo fue víctima cuatro años atrás.
“Era obvio que íbamos a hacer una pésima elección, en 2019 me comí para adentro que me bajaran la lista, pero ahora lo dije. Hay errores que se cometen hace rato y siempre por decisiones que vinieron desde Buenos Aires y acá aceptamos mansamente. Así en 2021 permitimos que encabezaran sectores vinculados al albertismo y en 2023 alguien que se identifica con De la Sota”, dijo en una entrevista con Radio Universidad arrojándole más leña a un fuego que lanza chispas hacia todos lados.
También Grabois
Aún en ese contexto, la candidatura de Massa representa un factor de unidad a partir del cual el oficialismo nacional se ilusiona con ganar en competitividad y sostener las bancas que se ponen en juego en las provincias. Sin embargo, en Córdoba siempre es todo un poco más complejo y la candidatura presidencial de Schiaretti representa un obstáculo que en otros distritos no aparece como un elemento tan disruptivo.
Así y todo, con el tigrense intentando mantener estable una relación histórica de respeto mutuo con Llaryora, sin molestar demasiado a Schiaretti y pensando en una eventual segunda vuelta, los dos escaños que se ponen en juego sigue siendo el principal objetivo de la coalición. Mientras unos buscan sumar representatividad desde esos lugares, hay un grupo de intendentes y de la dirigencia que sostendrán el trabajo pensando en el proyecto nacional, más allá de las bancas.
Si faltaba algún condimento, el menú también ofrecerá una pata militante que trabajará por la candidatura presidencial de Grabois. “Pienso que nos faltó mostrar una identidad de manera más directa y clara”, analizó la referente del espacio, Constanza San Pedro, al analizar el resultado electoral en Córdoba. “Necesitamos hacer un balance crítico, pero no como lo hacen quienes vaciaron la campaña desde adentro y quieren destruir el espacio por intereses propios, o los que con el diario del lunes critican mientras cierran negocios personales”, agregó en otro de sus tuits al respecto.
Encima, la campaña recién comienza.