El poder político de Río Negro se mostró unido este jueves en la audiencia pública convocada por el gobierno de Arabela Carreras para explicar los detalles sobre el oleoducto de YPF a Sierra Grande. La idea de la convocatoria era propiciar un espacio de conocimiento de esta iniciativa, en sus aspectos ambientales, técnicos y económicos, y dar lugar a la expresión de la ciudadanía. Si bien tuvo amplia adhesión, algunos sectores se manifestaron en contra fuera del edificio donde se realizó el encuentro.
Ante un auditorio que albergó a más de 400 personas, el vicegobernador Alejandro Palmieri expresó la “voluntad política del gobierno de Río Negro”, de acompañar el proyecto de construcción de una terminal portuaria en Sierra Grande que permitirá a la empresa YPF exportar los saldos extra de producción que obtenga del yacimiento Vaca Muerta.
“Quiero ser militante del desarrollo, del crecimiento económico y no del miedo. Quiero acompañar. Hablo en primera persona, pero creo que todos queremos acompañar a la República Argentina en sus objetivos de crecimiento. Porque eso hace un país federal”, expresó y agregó: “También estamos para pedirle al Estado nacional que nos dé lo que nos corresponde, pero también queremos aportar”.
Tras las palabras de bienvenida del intendente local, Renzo Tamburrini, Palmieri manifestó que la obra, una vez concluida, “será un aporte al objetivo estratégico nacional de lograr la soberanía energética. Al mismo tiempo, será una oportunidad para la región y una esperanza para Sierra Grande”.
“No podemos darle la espalda a una obra que es similar a otras miles que existen en todos los rincones del planeta”, destacó y puso como ejemplo sistemas similares de exportación de crudo que funcionan en Uruguay, Brasil, Perú y el Golfo de México. También advirtió que el resto de las provincias patagónicas incluso tienen autorizada la explotación petrolera mar adentro y que, en el caso de Río Negro, solo se autorizó el transporte. “Desde 1914, YPF embarca petróleo desde Comodoro Rivadavia”, aclaró.
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“Esta obra tranquilamente podría hacerse en cualquier otra provincia Argentina con mar, pero queremos que sea en Río Negro”, dijo y despertó los primeros aplausos del auditorio, que se conformó en el gimnasio Vuta Mahuida.
“La energía, el petróleo, el gas, mueven al mundo, aportan calidad de vida, posibilitan el transporte, y alimentan las empresas que dan trabajo. En ese marco, hoy podemos y queremos venderle al mundo la energía que necesita y que producimos acá”, manifestó.
En relación a la importancia del encuentro propiciado por la Secretaría de Medio Ambiente de la provincia, aseguró que “la audiencia es una oportunidad para preguntar y para exigir que se cumplan los parámetros ambientales en cada uno de los centímetros de oleoducto que cruzará por la provincia”.
“No militemos el miedo, no dejemos pasar una oportunidad que es histórica para los argentinos y que, como dijo el intendente Tamburrini, una oportunidad que Sierra Grande hace mucho tiempo está esperando”, cerró el vicegobernador.
Rechazos
La oposición a la instalación del oleoducto fue representada por sectores de Izquierda y organizaciones ambientales. Los dirigentes del Movimiento Socialista de los Trabajadores (MST) y la Red Ecosocialista repudiaron la audiencia pública.
"La audiencia pública fue una farsa", dijo Jere Zalazar. El dirigente del MST y la Red Ecosocialista acusó al gobierno, a las petroleras y a "una patota sindical" de impedir el ingreso "a cientos de vecinos que nos queríamos expresar".
Damián Lazota, dirigente del MST, indicó que la audiencia pública fue un simulacro "donde el gobierno de JSRN y el PJ, se dieron la mano para legitimar la construcción de un oleoducto que atraviesa toda la provincia, desde Vaca Muerta al Golfo San Matías, poniendo en riesgo la riqueza natural y miles de fuentes de trabajo" vinculadas a la pesca y el turismo.
