Edgardo Kueider es el único peronista de Entre Ríos en el Senado de la Nación. Su juego autónomo e independiente del ex gobernador Gustavo Bordet lo llevó a tener protagonismo a pesar de la soledad con la que habita la banca. En cuatro años, tejió alianzas con referentes de provincias vecinas y no tanto, y supo ubicarse en lugares codiciados. Su capacidad de instalación mediática le aportó el resto para convertirse en una mano a conquistar por los poderes de turno. Su último movimiento lo llevó a ser designado por Victoria Villaruel como presidente de la Comisión de Asuntos Constitucionales, clave para el trámite de la reforma electoral y el proyecto de ley de boleta única que pretende instalar el gobierno de Javier Milei, entre otros temas.
Como contó Letra P, cuando hace unos días se cuestionó la sesión de confirmación de autoridades en la Cámara alta, Kueider salió en defensa de la vicepresidenta y sostuvo que Villaruel había hecho bien en permitir a los legisladores sesionar. “Quisieron embarrar la cancha para tener prensa, pero rozó lo antidemocrático no querer sesionar para nombrar autoridades”, dijo en diálogo con este medio, cuestionando el comportamiento del bloque de Unión por la Patria, con el que no se siente identificado a pesar de su origen en el PJ.
El entrerriano llegó al Congreso e ingresó al Senado en 2019 en el bloque del Frente de Todos, que entonces perdió las elecciones en la provincia y con esa derrota también una banca. Hasta ese momento, la ecuación era inversa y el peronismo dominaba dos de los tres asientos que corresponden a Entre Ríos. Desde ese año, la relación de fuerzas se invirtió y Kueider quedó como el único peronista entrerriano. Sin embargo, su juego político nunca estuvo asociado a los movimientos del bloque. Se diferenció y cuestionó a Cristina Kirchner cada vez que pudo y rápidamente se convirtió en un aliado del presidente Alberto Fernández, de quien terminó luego alejándose cuando comenzaba la debacle de su gobierno.
Sus movimientos en Buenos Aires tuvieron poca incidencia en la provincia, aunque siempre cuidó las formas de su vínculo político con Bordet. De él también se distanció, pero desde el punto de vista de posicionamientos públicos, nunca en la práctica. Kueider se saca fotos con todos y escucha a quien tenga algo para decirle. Luego, decide su jugada.
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El senador Kueider recibió en su despacho al entonces candidato Rogelio Frigerio. Se sumó al encuentro el senador correntino "Camau" Espínola.
Fue el delfín político del gobernador Bordet durante los primeros cuatro años de gestión y quien comandó su campaña de reelección que consiguió inclusive cuando Mauricio Macri ganó en la provincia. Saltó de ser funcionario municipal en Concordia –de donde surgió el capital político de Bordet– a ser el funcionario con mayor poder de la gestión provincial.
Era el filtro político y comunicacional del gobernador. Esa confianza fue la plataforma que lo llevó al Senado nacional en 2019. Se apostaba a que su desembarco en Buenos Aires fuera la primera fase del desembarco posterior de Bordet. Sin embargo, el destino terminó ubicando al ex mandatario en la Cámara baja.
Su momento de mayor exposición fue cuando se alejó del albertismo que había profesado en los primeros años de gestión. Siempre estuvo cercano al presidente, con quien tuvo un vínculo personal directo, pero sobre el final de su mandato lo cruzó públicamente por no cumplir con la promesa de incluir a Entre Ríos entre las zonas cálidas con tarifa diferencial en energía eléctrica.
Ese alejamiento sucedió a pesar de la cercanía que el propio Bordet seguía sosteniendo con el entonces presidente. Ese fue el kilómetro cero de una etapa diferente en la carrera legislativa de Kueider, hoy aliado del correntino Camau Espínola y la cordobesa Alejandra Vigo, los tres en el bloque Unidad Federal. Una señal de la autonomía que Kueider pretende conservar es que desde que aún no se mostró en público con Bordet en su versión diputado nacional.
Con mandato hasta 2025, Kueider se reposiciona en el el nuevo escenario, siendo el peronismo oposición en la provincia y con el gobierno libertario en la Casa Rosada. Tras haber apoyado a Villaruel y criticado al bloque de UxP, Kueider ejercitó el equilibrio con cuestionamientos al decretazo de Milei. “Con su decisión, el gobierno nacional vulnera la división de poderes y desconoce abiertamente al Congreso de la Nación, algo que no sorprende ya que el presidente dio la espalda a los representantes elegidos por el pueblo en su discurso de asunción”, publicó.
Aseguró también que el decreto “provoca consecuencias inmediatas en la ciudadanía que pueden ser muy difíciles de retrotraer una vez que los tribunales, eventualmente, establezcan la inconstitucionalidad de alguna de las reformas ordenadas”.
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