Ramiro Marra.
Debate porteño 2023: Jorge Macri, Leandro Santoro, Ramiro Marra y Vanina Biasi.
Ramiro Marra.
Jorge Macri (Juntos por el Cambio), Leandro Santoro (Unión por la Patria), Ramiro Marra (La Libertad Avanza) y Vanina Biasi (Frente de Izquierda).
Sobraron ganadores en el debate oficial, previsto por ley, de la campaña por la jefatura de Gobierno porteña, producido por el Canal de la Ciudad. Uno fue Jorge Macri porque lo atravesó casi sin despeinarse, evitando mojarse en el río de las cuentas pendientes de los 16 años de hegemonía del PRO y preservando de esa manera su condición de favorito.
Otro fue Leandro Santoro porque se mostró sólido, consiguió mencionar deudas nodales de la gestión amarilla, se apegó a su estrategia de confrontar con el oficialismo local e ignorar al tercero en discordia, además de apelar a su viejo voto radical.
También lo fue Vanina Biasi, porque se hizo conocer, fue quien mejor argumentó y evitó el consignismo tradicional de la izquierda trotskista.
Queda para el final Ramiro Marra y no por su potencial de votos, hoy capaz de rivalizar con el de Unión por la Patria (UP) para llegar a un ballotage, sino porque el suyo es un caso particular. El trader youtuber –condenado a pagar una multa millonaria por haber hecho recomendaciones financieras sin las debidas credenciales– fue un despliegue multicolor del autoritarismo, la violencia verbal y la improvisación de La Libertad Avanza (LLA), imagen que hasta parece haber buscado. Si así fue, a su manera él también ganó.
Entonces, ¿qué ves cuando me ves? He ahí el secreto mejor guardado de toda elección.
El debate sin perdedores –o en verdad sin ganadores, lo que, según enseña el boxeo, beneficia al campeón– fue lo que fue en parte por la rigidez de su formato: exposición, pregunta, réplica y a otra cosa. Encima, los cuatro ejes temáticos mezclaron bananas con pejerreyes: el de "infraestructura, gestión urbana y código urbanístico" pareció bien, pero resultaron menos comprensibles los de "vivienda, ambiente y desarrollo productivo", "educación, salud, cultura, desarrollo humano, género y diversidad" –¡un montón!– y, sobre todo, "autonomía, sistema político, justicia y seguridad". No se entiende, Walter…
Esa rigidez, con todo, permitió que el trámite del ida y vuelta fuera comprensible para la audiencia, por caso más que el reciente entre quienes aspiran a la vicepresidencia de la nación, verdaderamente turbulento, llevado a cabo en TN. El de anoche fue armonioso al borde del "herbivorismo", salvo por los derrapes discursivos de Marra, a quien le sobró en aspavientos e insultos lo que le faltó en ideas y espontaneidad. Para él, Santoro es "un hipócrita" y "un caradura" –apenas no se animó a completar la frase de que le "faltan huevos"–, Biasi "una delincuente", el gobierno nacional "una cagada"… Todo esto, desde ya, le desagrada al autor de estas líneas, pero eso no significa que le sirva para interpelar a la legión de personas iracundas que concurrirá a votar el 22-O. Cada quien sabe lo que necesita.
Así como ocurrió con el de postulantes a la vicepresidencia, el debate de los candidatos y la candidata a la jefatura de Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires tuvo una vida paralela en las redes sociales, donde se sabe que la ultraderecha no tiene rival. Llama la atención que ni los precedentes internacionales ni lo ocurrido en las PASO hayan advertido a las dos grandes alianzas de la urgencia de trabajar mejor ese recurso.
Anoche, la cuenta de Marra fue una ametralladora de posteos y reposteos, por lo pronto en X, seguida aceptablemente por la de Santoro y ya muy lejos por las de Macri y Biasi. La máquina picadora de videos –editados para dejar como un campeón a quien se desea– seguirá operando en las próximas horas, plena de consignas de cuentas reales y ficticias que proclamarán presuntos desempeños descollantes.
El trolaje trabaja a destajo.
TN, que se subió a la transmisión para compensar la negativa de Macri a su invitación para debatir si no lo obliga la ley, realizó una "encuesta" que arrojó un 59% de opiniones favorables a Marra, un 31% para el hombre de Juntos por el Cambio, un 7% para el de UP y apenas un 3% para la postulante del Frente de Izquierda y de los Trabajadores Unidad (FIT-U). ¿Solo un resultado inverosímil o producto del "trabajo de redes"?
Marra denunció en su cierre que el formato manipulado por "los políticos", amarrete en tiempo, le había impedido presentar sus propuestas… El argumento habría sido bueno si fuera cierto o, al menos, si él hubiese hecho el esfuerzo de ofender menos y argumentar más. Con todo, entrevistados luego por separado en el canal de noticias del Grupo Clarín también sus contrincantes hablaron de un esquema demasiado limitante.
A falta de ideas, sobresalieron las estrategias de cada postulante, tanto a la hora de elegir a quién atacar como a la de tratar de establecer alianzas ad hoc y de plantear, al menos, ejes de discusión.
Macri, el tandilense universal que gobernó hasta hace muy poco Vicente López, se mostró intencionalmente opaco y algo propositivo, no se hizo cargo de ninguna de las fallas de la gestión del PRO que le enrostraron sus contrincantes y hasta se dio el lujo, como si no estuviera hilarantemente flojo de papeles, de enfatizar más de una vez su experiencia como intendente de esa localidad del conurbano norte.
Tuvo, por un lado, un acto de sinceridad arriesgado al declararse antiaborto –un tema saldado y que excederá sus competencias– y, por el otro, un destello de picardía al señalarle al candidato de UP que en la dirigencia de su sector "odian a la ciudad, pero les gusta vivir en ella".
Zafó. Más que suficiente para él.
Santoro se esforzó en rivalizar con el primo de Mauricio Macri para mostrarse como la alternativa natural, confiando en forzar un segundo turno que lo posicione, si no para ganar esta vez, para volver a intentarlo en un contexto nacional y local tal vez más favorable en cuatro años.
A Marra lo ignoró –evitando mostrar su costado irascible– y solo lo atendió –con flema– dos veces: una para remarcar la preferencia del ultradrechista por la pornografía antes que por la educación sexual; la otra para recordarle que la multa de 2 millones de pesos –impuesta por la Comisión Nacional de Valores y confirmada por la Cámara Nacional en lo Civil y Comercial– fue "porque no rendiste un examen, el examen de idoneidad. Son 60 preguntas de multiple choice. ¡Hasta tenías opción de recuperatorio! Venís a la televisión a mentir, pero sos la antimeritocracia".
A Biasi le tiró algún centro, que la delegada de APUBA evitó para no sacrificar su perfil en el altar del voto útil antimacrista.
Apeló sin ambages al voto de Martín Lousteau –el voto radical de su origen–; tomó distancia del Gobierno de su examigo Alberto Fernández y de los ataques antiporteños del kirchnerismo; habló repetidamente de asuntos sensibles como los alquileres y la limitación del subte, postuló sin inhibiciones que "el progresismo debe hablar de seguridad", defendió las Taser, elogió a los policías y se diferenció de los negocios y de los negociados inmobiliarios.
La mujer del FIT-U fue más eficaz en este último punto, así como al hablar de las carencias en educación y salud. Además tuvo carácter para cruzarse con Marra, logró ponerse enfrente de todo ese arco de hombres "del sistema" y sorprendió como un cuadro digno de probarse en contiendas futuras e incluso más importantes.
Marra fue lo dicho: un saboteador de cualquier intercambio productivo, además de una sobredosis de macartismo y de ataques a Santoro y al kirchnerismo. Esto último se entiende: es con ese sector con el que rivaliza para dar el batacazo, entrar segundo y ser quien anime un ballotage contra Macri.
Sin embargo, ¿le servirá semejante muestra de agresividad ante el solemne electorado porteño, que dispondrá de dos boletas diferentes al votar para presidente y para jefe de Gobierno, y que podrá tomarse un segundo para separar sus enojos nacionales de la evaluación local?
De argumentos, conocimiento de los temas y estilo, el exlavagnista devenido en paleolibertario tuvo poquito, lo que explica que Javier Milei sea un fenómeno exclusivamente individual.
Casi todo lo que lo rodea en los territorios oscila entre lo flojo y lo lamentable. Se sabe que el presidenciable de la ultraderecha, que plantó a la CNN, expresa otras cosas.