Los periodistas y las periodistas que moderarán el debate presidencial en dos capítulos que tendrá lugar los domingos 1 y 8 de octbre fueron propuestos por los canales privados y estatales porteños, así como también se invitó a participar a representantes de canales privados y estatales de las provincias para garantizar “federalismo”. Cada debate estará moderado por dos duplas de periodistas, integradas por una mujer y un hombre. Cada dupla moderará uno de los dos bloques de cada jornada, que contará con un primer corte de 12 minutos y otro de 8. La suerte confeccionó la lista de buena fe, pero hubo dos excpeciones.
El sorteo determinó que el debate del domingo, que se realizará en Santiago del Estero, estará moderado por Rodolfo Barili (Telefé), Evangelina Ramallo (Asociación de Teleradiodifusoras Argentinas), Esteban Mirol (El Nueve) y Lucila Trujillo (TV Pública); en tanto que Marcelo Bonelli (El Trece), Mariana Verón (El Nueve), Sergio Roulier (Asociación de Teleradiodifusoras Argentinas) y Soledad Larghi (América) se encargarán de llevar las riendas del encuentro en la Facultad de Derecho de la UBA, una semana después.
Si bien la selección se hizo por sorteo, hubo dos nombres que no pasaron por esa instancia y fueron elegidos “a dedo”: CAPIT sugirió que sería “conveniente” que Barili y Bonelli fueran los encargados de abrir cada uno de los debates, dadas sus experiencias anteriores en este tipo de eventos. La propuesta fue aprobada por los equipos de campaña de las dos candidatas (Patricia Bullrich y Myriam Bregman) y los tres postulantes ( Javier Milei, Sergio Massa y Juan Schiaretti).
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Rodolfo Barili, al debate presidencial como por un tubo.
Los periodistas en el debate son lo más parecido a la Inteligencia Artificial. El reglamento de la CNE es claro: el rol del moderador se limita a encargarse de que las dos candidatas y los tres postulantes reciban tiempos iguales en la exposición de sus ideas y argumentos, velar por el cumplimiento de las reglas de respeto entre quienes protagonizan la discusión, recordar las normas en caso de ser necesario, introducir las secciones temáticas y anunciar quién tiene el uso de la palabra. Además, explícitamente se les indica que no pueden hacer gestos de ningún tipo y deben dirigirse obligatoriamente a las dos candidatas y los tres postulantes por su nombre y apellido.
La participación es ad honorem (sólo se les paga pasaje, movilidad y estadía, en caso de ser necesario), pero los periodistas desean fervientemente ser parte por una simple razón: se trata de uno de los eventos de mayor audiencia de la TV argentina, retransmitido por todos los canales de TV abierta y señales informativas de la TV paga. En el segundo debate presidencial de 2019, por ejemplo, el encendido entre TV abierta y cable alcanzó picos de 61,3 puntos de rating, de los cuales la TV abierta concentró 24,5 puntos y las señales de noticias, 18,3.
La estructura reglamentaria no da lugar para el debate y la confrontación, sino a las exposiciones individuales. Cada participante tendrá la oportunidad de plantear sus ideas a través de una presentación (un minuto), una exposición temática (dos minutos por tema), preguntas y respuestas a sus adversarios (un minuto), derechos a réplicas (un minuto) y cierre (un minuto).
La transmisión televisiva también se ajusta a un protocolo, con la finalidad de garantizar “neutralidad”. El reglamento -que fue firmado por los equipos de campaña de las dos candidatas y los tres postulantes- estipula que el director de cámaras no tiene libertad para mostrar lo que quiera, sino que debe atenerse a filmar de frente y en un solo plano a quien se encuentra hablando. La única ocasión en la que se podrá hacer uso de la pantalla partida, con la imagen de dos participantes al mismo tiempo, está reservada al momento de las “réplicas”. Esa será, seguramente, la instancia más entretenida de las transmisiones.