Con elecciones en ocho barrios se completó ayer la cuarta y última instancia de renovación de autoridades en los centros vecinales de la ciudad de Córdoba, un complejo proceso que programara el intendente Daniel Passerini y que iniciara oficialmente el pasado 27 de abril.
Como en los tres domingos precedentes, el peronismo se anotó los triunfos en la mayoría de las administraciones barriales en disputa: seis de ocho, según el balance oficial. La única derrota la computa en el centro de barrios Kennedy y Ampliación Kennedy, al sur de la ciudad, en manos de una lista con reconocible presencia de la UCR. Diluida aparece la conclusión en la sede de barrios Villa Adela y Las Playas, al sudeste, donde se impuso una agrupación definida como puramente vecinalista.
Con un pincel más grueso, el PJ orgánico se anota un abrumador triunfo en el balance general del proceso. Según analizan, listas lideradas por referentes identificados con el peronismo, o estrechamente afines, ganaron en 50 de los 58 centros vecinales que eligieron autoridades por elección directa.
El recuento global incluye también a 286 juntas vecinales que consagraron listas únicas. En la mayoría de ellas se pueden percibir lazos con el partido que controla la provincia desde hace 24 años y la ciudad desde hace seis.
Luces naranjas para Daniel Passerini
Referencias de los partidos opositores suman notas al pie a las interpretaciones triunfalistas que llegan desde la Municipalidad. Radicales y juecistas han sumado denuncias a lo largo de todo el proceso, que tuvo como referencia visible a Héctor Pichi Campana, secretario de Fortalecimiento Vecinal de la ciudad. Las primeras apuntaron a las exigencias requeridas por las juntas electorales para admitir a los postulantes. En la previa a cada domingo, no faltaron acusaciones por aspectos formales. Unas y otras han sido desestimadas por el oficialismo.
El gobierno de la ciudad, a cargo de Daniel Passerini, destacó la participación de los vecinos..jpeg
Daniel Passerini cerró las cuatro rondas electorales que configuran el nuevo mapa político de los barrios de Córdoba
Paralelamente, también se ha oído a representantes barriales negar “injerencia de la política” en su armado. Listas vencedoras en anteriores jornadas han contrariado interpretaciones que los ubicaban cerca de uno u otro partido. Sus voceros remarcan, con razón, que cada sector en pugna presenta una heteróclita composición, con ciudadanos de distinto credo ideológico y hasta divergentes miradas sobre temas centrales. La descripción vale también para aquellos centros que terminaron consagrando nóminas únicas.
Pero la admisión habilita también una lectura acorde a los tiempos del discurso anticasta: en el entramado barrial se van diluyendo las identidades partidarias fácilmente distinguibles.
La interna del peronismo, presente
La disquisición también matiza los apuntes en verde desde la intendencia, que presenta como virtuoso el ciclo de elecciones barriales. Los complejos tiempos que atraviesa el municipio, con reestructuración del gabinete y severas restricciones económicas, alimentan la necesidad de zurcir insignias.
También lo requiere el rol de Passerini como socio del tándem que comanda el proyecto de Partido Cordobés sobre el que se monta el PJ. Como él mismo admite, espera tener un rol destacado en las elecciones de medio término. Garantizar un importante caudal de votos en la ciudad capital para los candidatos propios aparece como la primera exigencia. El trabajo territorial realizado en la previa de las compulsas barriales le ha brindado información valiosa de cara a octubre.
El gobierno de la ciudad, a cargo de Daniel Passerini, destacó la participación vecinal.jpeg
También le ha permitido constatar el paulatino fermento de las internas que atraviesan al peronismo capitalino. Algunas provienen de larga data, con una brecha de 14 años desde la última convocatoria a elecciones intestinas. Otras se han atizado por la multiplicidad de precandidatos a sucederlo en el gobierno de la ciudad.
Vaya como muestra lo sucedido este domingo. En los seis circuitos que pintó como propios la disputa incluyó a justicialistas. En los barrios 25 de Mayo y Lamadrid, por ejemplo, los triunfadores se impusieron a sociedades donde convergían dirigentes del poderoso Sindicato de Recolectores de Residuos (SURRBAC) con operadores de históricos dirigentes (como el viguista Tom Ramallo).
En Villa Páez, populosa seccional 9°, ganó una nómina vinculada al concejal Marcos Vázquez, una de las espadas que prosiguen desde la gestión de Martín Llaryora en la Municipalidad. En Remedios de Escalada la lista ganadora incluye alfiles de Juan Domingo Viola, secretario de Participación Ciudadana, quien talla fuerte al norte de la ciudad.
Las pujas pendientes en Córdoba
Desde la subsecretaría de Gestión Vecinal de la Municipalidad destacan que en 2025 habrán renovado autoridades 348 centros de los 400 existentes en todo el ejido capitalino. Al inicio de este proceso existían 287 juntas vecinales con sus mandatos en regla.
Sobre las 52 administraciones barriales marcadas como pendientes, desde la cartera destacan que se trata mayormente de centros que no han podido completar las formalidades requeridas, desde la confección de juntas electorales hasta la falta de listas por incumplimientos de los requisitos por parte de los postulantes.
Algunos de ellos contarán con una posibilidad extra en el calendario electoral, sin fecha precisa aún. Allí podría resolverse la situación en centros donde acusaciones cruzadas e impugnaciones impiden acuerdos y retrasan citas a las urnas.
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De todas las pujas irresueltas, dos concitan particular interés. En el centro del tradicional barrio Güemes todo parecía encaminado hacia la renovación de la actual conducción. Sin embargo, durante la semana la Dirección de Asuntos Vecinales dio por suspendidas las actuaciones, impidiendo, siquiera transitoriamente, la compulsa. Fuentes oficiales indicaron a Letra P que la decisión respondió a una sucesión de impugnaciones cruzadas, pero que intentarán encauzar la situación para una fecha próxima.
Tampoco hay certezas en el Cerro de las Rosas, el punto más álgido de las discusiones barriales. Mientras los representantes de las dos nóminas intercambian estiletazos y trasladan la responsabilidad a la mencionada Dirección, desde esta dependencia perciben una escasa voluntad de los acusadores por participar de la contienda.
Pero aún con un puñado de pines sobre el mapa, los funcionarios municipales no vacilan en destacar un dato sobre todo: en tiempos de fortalecidos discursos antipolítica, unos 40 mil cordobeses acudieron a votar autoridades barriales en comicios no obligatorios.