Cristina Fernández de Kirchner aceleró en las últimas horas las negociaciones para impedir que la presidencia provisional del Senado, que representa el tercer lugar de la línea sucesoria del Gobierno, sea ocupada por una figura cercana al jefe de Estado electo, Javier Milei. La vicepresidenta inició gestiones con partidos provinciales y con la UCR para elegir a alguien "de consenso" que no pertenezca a La Libertad Avanza.
El miércoles, luego de visitar a Cristina, la vicepresidenta electa, Victoria Villarruel, dijo que Milei será quien defina a la persona que ocupe ese cargo, que tendrá además la función de reemplazarla a ella en la conducción de las sesiones. Como explicó Letra P, Milei apuesta a una mayoría que intenta construir el senador de Juntos por el Cambio, Juan Carlos Romero, pero sus gestiones están lentas. Recién se iniciarán la semana próxima, cuando se termine de definir el gabinete presidencial.
A cargo de la rosca parlamentaria está el futuro ministro del Interior, Guillermo Francos, quien todavía ni empezó con los llamados y tiene pocos días para destrabar un escenario complejo. No será fácil, porque tampoco puede definir aún quien presidirá la Cámara de Diputados, donde sigue la disputa entre Florencio Randazzo y Cristian Ritondo.
La vicepresidenta, mientras tanto, mantiene reuniones permanentes con su círculo de confianza en el Senado, que integran las autoridades del oficialismo: José Mayans, Anabel Fernández Sagasti y Juliana Di Tullio. Hay largas conversaciones para definir una estrategia y este viernes desecharon pedir la presidencia provisional para alguna de estas figuras.
El plan, según supo Letra P, es proponer a alguien que logre convencer al resto de la oposición, sobre todo a la UCR y a los partidos provinciales, que si bien suelen ser aliados de los gobiernos de turno, tal vez en este caso crean conveniente tener un arma de negociación ante las promesas de ajuste del presidente electo. La persona elegida, sostienen en Unión por la Patria, podría surgir de este espectro de fuerzas o ser alguien del peronismo con cercanía a los gobernadores, que no provoque rechazo en el antikirchnerismo.
La UCR está dividida. De sus 13 integrantes, sólo nueve responden a los gobernadores del partido, que son más proclives a ayudar al jefe de Estado entrante. Este grupo tiene como referente al senador y mandatario electo de Mendoza, Alfredo Cornejo, quien promueve como jefa de la bancada a su coterránea, Mariana Juri.
A la vez, en el bloque radical hay cuatro díscolos que son Martín Lousteau y Flavio Fama, de la línea interna Evolución; Pablo Blanco y Daniel Kroneberger, que todavía son leales al presidente del partido, Gerardo Morales, enemigo declarado de Milei. Sin esos cuatro votos, al economista que vivirá en la quinta de Olivos desde el 10 de diciembre le es imposible alcanzar una mayoría para definir la presidencia provisional. Por esa hendija busca entrar a la negociación Cristina, quien para prolongar las gestiones postergó para el 5 de diciembre la sesión preparatoria, que es cuando deberían definirse las futuras autoridades. El plan original era que fuera convocada para el 29 de este mes.
El oficialismo tiene 33 votos propios, cuatro menos que el cuórum. Para acercarse, necesita recuperar los dos miembros que se fueron en febrero: Edgardo Kueider y Carlos Espínola, quienes tras la derrota de Massa pusieron en duda su retorno.
Además de la ayuda radical, la vicepresidenta apuesta a los partidos provinciales, que suman cinco votos: uno por Río Negro, dos por Misiones y otros dos por Santa Cruz. Esta última dupla está compuesta por José Carambia y Natalia Gadano, quienes ganaron sus bancas en la boleta patrocinada por el flamante gobernador, Claudio Vidal, un sindicalista petrolero que se alió con el PRO, pero mantiene autonomía. En el oficialismo aseguran que el mandatario austral no será aliado fijo del futuro gobierno, sobre todo si se restringen beneficios a zonas patagónicas.
Los representantes misioneros responden al líder local Carlos Rovira; mientras que Mónica Silva sustituirá al gobernador electo de Río Negro, Alberto Weretilneck. "Todavía no sabemos si alguno de ellos pudo hablar con Francos. Mientras tanto, pueden participar de un consenso con nosotros", interpretan en el peronismo. Las negociaciones seguirán. Minuto a minuto.