La semana que viene será el turno de definir las estrategias legislativas en La Libertad Avanza y en el Senado no está nada fácil: el presidente electo, Javier Milei, necesita que prospere una gestión ya iniciada de referentes de Juntos por el Cambio para reunir una mayoría que le permita incidir en la elección de las autoridades de la Cámara y en la integración de las comisiones, que tiene como desafío principal conseguir votos radicales. Sólo así podrá doblegar a Cristina Fernández de Kirchner, quien desde el miércoles se instaló en su despacho y diagrama una estrategia para retener la presidencia provisional, un cargo que tiene el poder de ser la línea sucesoria del jefe de Estado.
Se trata nada menos de quien deba quedarse a cargo del Senado cuando Milei viaje y lo sustituya la vicepresidenta electa, Victoria Villarruel. Un dato que no pasa desapercibido en el Congreso: la línea sucesoria también se aplica en caso de renuncias. Desde 2019 la ocupa Claudia Ledesma Abdala, la esposa del gobernador de Santiago del Estero, Gerardo Zamora.
La tradición indica que la presidencia provisional la debe ejercer alguien del bloque gobernante, pero la definición está sujeta a una votación en el recinto. Si el jefe de Estado no tiene una mayoría, debe conseguirla. Minutos antes de la reunirse con Villarruel, Cristina Kirchner filtró que está dispuesta a dar la pelea por quedarse con el cargo, para el que propone a Juliana Di Tullio y a Anabel Fernández Sagasti.
Las chances de que sean elegidas son difíciles, porque el 10 de diciembre Unión por la Patria (o como se llame), tendrá 33 votos, cuatro menos que la mayoría. Necesita recuperar a los dos exintegrantes de la bancada que se fueron en febrero (Edgardo Kueider y Carlos Espínola) y sumar votos de partidos provinciales, que por tradición son aliados del gobierno de turno.
Como explicó Letra P, las gestiones para aislar al actual oficialismo de las definiciones las inició el salteño Juan Carlos Romero, quien trata de acercar todas las bancas de Juntos por el Cambio y a los partidos locales.
Para alcanzar el cuórum, Romero necesita sumar a los 13 radicales, de los cuales cuatro no responden a gobernadores. Dos son de Evolución Radical (Martín Lousteau y Flavio Fama) y dos son leales a Gerardo Morales (Pablo Blanco y Daniel Kroneberger).
Sin ellos, una mayoría antiperonista no es posible y es ahí donde apunta Cristina para torcer la historia. El resto de los radicales son controlados por los gobernadores, quienes están decididos a darle a Milei la presidenta provisional del Senado. Pueden no ser suficiente.
La definición deberá llegar la semana que viene porque la sesión preparatoria está convocada para el 5 de diciembre. Ese día deben jurar los senadores electos y tendrían que estar elegidas las autoridades.
Cumbres decisivas
Los despachos de la jefatura del bloque y de la presidencia del Senado casi no apagaron sus luces desde el miércoles, donde Cristina, Mayans, Di Tullio y Fernández Sagasti mantuvieron largas jornadas de debate para definir el camino a seguir. La coincidencia es que para marcar la cancha deben disputar por la presidenta previsional y que en tal caso le quede a una figura opositora. Sería, además, un bautismo complicado para Villarruel.
En esas reuniones se definió postergar la sesión preparatoria, que inicialmente estaba prevista para el 29. Necesitaban más tiempo para negociar.
La Libertad Avanza tendrá sus reuniones legislativas en el Hotel Libertador, a cargo de Guillermo Francos, próximo ministro del Interior, quien también deberá ponerse en contacto con sus aliados legislativos. Casi no los llamó y tiene mucho qué negociar.