TODO POR UNA SILLA

Corte Suprema: con la negociación congelada, Ariel Lijo y Manuel García-Mansilla hacen su propio lobby

Los candidatos llaman al Senado en busca de firmas para los dictámenes. En UP, quieren suscribir Uñac y Ledesma. La UCR se planta. La rosca seguirá todo el mes.

La caótica y de a ratos ausente gestión del Gobierno de los pliegos de los candidatos a la Corte Suprema Ariel Lijo y Manuel García-Mansilla postergó la firma de los dictámenes en el Senado y abrió un sinfín de negociaciones en cada uno de los bloques.

En este escenario, los candidatos no soportaron la ansiedad e iniciaron su propio lobby: fuentes de diferentes bancadas confirmaron a Letra P que fueron contactados por los juristas para pedir el respaldo. Hubo quienes no quisieron atenderlos.

Por ahora, esos llamados al Congreso no dieron resultados y los dictámenes deberán esperar. De mínima, se especula con una rosca que se extenderá todo el mes.

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Manuel García-Mansilla, candidato a juez de la Corte Suprema.

Manuel García-Mansilla, candidato a juez de la Corte Suprema.

El trámite en comisión no predice el final de la historia: para nombrar a un juez supremo, en el recinto del Senado se requieren dos terceras partes de los votos, una mayoría sólo posible con al menos un sector de Unión por la Patria (UP).

En el interbloque peronista el debate de la Corte alimentó las internas, pero por ahora la sangre no llegó al río. Los rumores de negociaciones del senador Wado De Pedro con Santiago Caputo se dieron justo cuando las autoridades de UP, José Mayans y Juliana Di Tullio, creían haber logrado un pacto entre los 33 miembros para pisar los pliegos hasta que no haya llamados del Poder Ejecutivo.

Los pliegos de la Corte Suprema, frenados

El pacto de UP casi se rompe el miércoles, cuando Sergio Uñac y Claudia Ledesma Abdala pidieron firmar los pliegos. El sanjuanino se define amigo de Lijo y comulga con las ideas de García-Mansilla, mientras que la santiagueña explicó que su marido y gobernador, Gerardo Zamora, está dispuesto a ayudar a Javier Milei en este tema.

Con estas rúbricas, el oficialismo está seguro de tener los dictámenes garantizados. Cerca de Lijo dicen que la posición de Ledesma es el resultado de las gestiones en las provincias del jefe de Gabinete, Guillermo Francos. Complementa el trabajo de Caputo y de su secretario de Justicia, Sebastián Amieiro.

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Guillermo Francos, jefe de Gabinete.

Guillermo Francos, jefe de Gabinete.

Zamora tiene tres votos en el Senado. Cuentan con dos bancas en la cámara alta los gobernadores de La Rioja y Formosa y con uno, los de La Pampa, Tucumán y Catamarca, de donde proviene la senadora y exmandataria Lucía Corpacci -postulada por el cristinismo para presidir el PJ-, quien se mueve con autonomía de su sucesor.

Para evitar la dispersión, Mayans y Di Tullio lideraron una reunión del interbloque antes de las audiencias de Lijo y García-Mansilla y acordaron no definir postura si no había un llamado del Ejecutivo. La senadora tuvo al tanto de sus movimientos a Cristina Fernández de Kirchner.

Si se abre una negociación, el bloque tira sobre la mesa la ampliación de la cantidad de miembros de la Corte -el Senado tiene un proyecto aprobado para subir a 15 el número de miembros-, los juzgados federales vacantes (lo que incluye destrabar concursos en el Consejo de la Magistratura) y otros cargos que requieren dos tercios, como el procurador general.

Este toma y daca siempre estuvo en carpeta pero, al menos al Senado, nunca llegaron ofertas. Aunque evitan decir que Lijo es el preferido, en el kirchnerismo no ocultan su rechazo a García-Mansilla. En la práctica, es lo mismo que preferir al juez de primera instancia, apadrinado por el supremo Ricardo Lorenzetti.

Negociación congelada

En Unión por la Patria todos desconfían. A la negociación que los gobernadores pueden tener por su cuenta se sumaron los rumores de contactos de De Pedro con Santiago Caputo, negadas por todas las fuentes kirchneristas del bloque consultadas por Letra P. En el bloque, el sector no K se inclina por creer en esas versiones. Sabe que el senador tiene línea directa con CFK.

La expresidenta no controla más de 13 votos de UP, insuficientes para frenar los dos tercios. Por eso Di Tullio no descuida el diálogo con el resto del interbloque.

El resto de la oposición también freezó las negociaciones, a excepción del bloque de Misiones, que estampó la firma de Carlos Arce. Como Zamora, el gobernador Hugo Passalacqua y su jefe, el legislador Carlos Rovira, no quieren molestar a Milei con este tema.

La colaboración de los partidos provinciales altera a la UCR, porque sus referentes temen quedar fuera de un acuerdo entre UP, LLA y el resto de las fuerzas. Entre estos bloques podrían llegar a los dos tercios para completar miembros la Corte, elegir el procurador y, de paso, votarse cargos de jueces federales, que requieren mayoría simple. Los posibles nombres kirchneristas que circularon para integrar el máximo tribunal hicieron crujir el comité de la UCR.

“El peronismo quiere ampliar la Corte y la UCR se conforma con nombrar jueces en todos los rincones del país. Pero hasta que Milei no se muestre en una mesa con UP, nadie va a decir nada”, vaticinó ante Letra P un habitual aliado del Gobierno con silla en la Comisión de Acuerdos, quien tampoco quiere firmar.

En el mejor de los casos, en el Senado calculan que los dictámenes se negociarán durante todo el mes y, de llegar a reunirse las firmas, no arribarán al recinto hasta que no haya una negociación a la luz del día entre Milei y el PJ. El Presidente, en su última entrevista televisiva, pidió que ambos pliegos sean aprobados para luego negociar lo que pidan. Le ofrecen el camino inverso.

Ariel Lijo, juez federal y uno de los candidatos a la Corte Suprema. 
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