El Gobierno no quiere terminar el año sin completar la Corte Suprema de Justicia y en el bloque de Unión por la Patria (UP) en el Senado esperan una oferta concreta, que consiste en votar al juez Ariel Lijo y enviar el pliego de una mujer en reemplazo de la propuesta de Manuel García-Mansilla.
Ante las versiones de una inminente gestión de la Casa Rosada para avanzar con sus candidatos, en el peronismo aseguran que ya tienen una jurista definida, pero circulan dos nombres. Uno es el de la santafesina María de los Ángeles Sacnun, senadora hasta 2021. También se menciona a Graciana Peñafort, una de las abogadas cercanas a Cristina Fernández de Kirchner.
Los voceros de la expresidenta lo niegan. “Están inventando nombres”, respondieron. Fuentes del bloque se negaron a confirmar a la elegida, pero aseguraron que “ya está definida”. Otra versión que circula en el Senado es que habría una gestión con Javier Milei para nombrar a Lijo y dejar la designación de una jueza para 2025. Sería una concesión del Presidente, quien hasta agosto pedía "los dos o ninguno".
La ampliación de la Corte, otra de las demandas del peronismo, parece haber quedado en un segundo plano. El jefe de UP, José Mayans, quien tiene diálogo diario con la expresidenta, también está al tanto de las demandas del Ejecutivo. En la última reunión de bloque, la semana pasada, el formoseño aclaró una vez más que no habrá un acuerdo sin discutirlo entre sus 33 integrantes.
La pelea por la Corte Suprema
En el encuentro del bloque UP, Mayans trató de evitar que crecieran los recelos internos por los rumores sobre negociaciones avanzadas. “Somos varios los que cada vez que nos reunimos preguntamos quién está hablando con el Gobierno y siempre se aclara que no hay nada”, contó a Letra P un senador que no reporta al kirchnerismo.
Los pliegos para cubrir la Corte Suprema requieren dos tercios del recinto para ser aprobados, 48 sobre 72 votos. Como UP tiene 33 integrantes, si se mantienen unidos, el Gobierno no puede avanzar sin tocarles la puerta. El kirchnerismo es la minoría de la bancada, pero Mayans se las rebusca para contener a todos y acordó no firmar los dictámenes hasta no cerrar un acuerdo puertas adentro para votar en el recinto.
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Para llegar a la mayoría especial, el oficialismo requiere además de partidos provinciales y algunos radicales, como Martín Lousteau. ¿Quién habla con la Casa Rosada? Es la pregunta más repetida en las reuniones de Unión por la Patria. Los interlocutores del Gobierno para temas jurídicos, se sabe, son el viceministro de Justicia Sebastián Amerio y Santiago Caputo.
La incidencia de esta dupla la dejó clara durante la audiencia García-Mansilla, cuando confesó que el asesor estrella fue quien le ofreció la candidatura, un sincericidio que derivó en un proyecto de ley del diputado socialista Esteban Paulón para pedir que el asesor presidencial presente su declaración jurada. Con su confesión, el académico terminó de enterrar cualquier chance de reunir los votos para ser designado. Su oposición a la ley de interrupción voluntaria del embarazo ya lo dejaba con posibilidades reducidas de conseguir votos.
En septiembre, el senador Eduardo De Pedro desmintió un supuesto acuerdo con Caputo para ampliar la Corte a nueve sillas y nombrar a la dupla de candidatos del Gobierno. El senador acusó a Sergio Massa de divulgar esas supuestas conversaciones. El tigrense era uno de los nexos de Cristina con la casta judicial.
Los interlocutores
En Unión por la Patria son muchos quienes creen que De Pedro mantiene un diálogo fluido con Caputo, que incluiría una negociación por los 150 pliegos para cubrir vacantes en la Justicia federal.
El envío de los expedientes viene anunciándose hace semanas, pero aún no han llegado. Mauricio Macri hizo saber su bronca por no haber sido consultado para definir esa nómina. En la UCR no se quieren quedar afuera. “Vamos a rechazar a Lijo y a quedarnos sin jueces. Así somos”, se lamentó ante Letra P un miembro de esa bancada.
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Fuentes del oficialismo informaron a Letra P que el único plan en diciembre en el Congreso es tratar estos pliegos en el Senado, si es posible, junto a algún aspirante a ocupar la Corte Suprema. El 28 de ese mes debe retirarse Juan Carlos Maqueda y el máximo tribunal quedará con tres miembros: Horacio Rosatti, Carlos Rosenkrantz y Ricardo Lorenzetti.
Los dos primeros juegan en tándem y arman una mayoría con Maqueda. Lorenzetti es el promotor de Lijo, por lo que en una Corte de cuatro no existirían casi sin chances de firmar fallos. Deberían intervenir conjueces, un mal negocio para el kirchnerismo.
Lijo es el preferido de UP. Es aceptado por Cristina, quien ordenó a sus súbditos no criticarlo, y tiene llegada a algunos jefes territoriales, como los gobernadores Gildo Insfrán (Formosa) y Gerardo Zamora (Santiago del Estero).
En la Comisión de Acuerdos hubo dos miembros de UP que quisieron firmar el pliego del juez: la santiagueña Claudia Ledesma y el sanjuanino Sergio Uñac. Aceptaron mantener el acuerdo de bloque y esperar una negociación más amplia.
Lijo y una quinta jueza mujer sería el mejor negocio para Cristina, que necesitará del máximo tribunal para definir su libertad, en caso de que el Tribunal de Casación Penal vote a favor de su condena este miércoles en la denominada causa Vialidad.
Milei tampoco tiene buena relación con la dupla Rosatti-Rosenkrantz y por eso promovió a Lijo, con el respaldo de Lorenzetti. Los intereses comunes con el kirchnerismo están a la vista, pero no parece fácil llegar a un acuerdo en el recinto. “Si no avanzamos rápido estas semanas, vamos a esperar al año que viene. No queda otra”, se resignó un senador de UP, a la espera de más novedades. No sabe si llegarán.