En el departamento San Justo, el llaryorismo pisa fuerte. La Comunidad Regional del este de Córdoba presentó al nuevo presidente tras el periodo de un año del sanfrancisqueño Damián Bernarte. Ahora es el turno de Gabriel Faletto, intendente de Marull, localidad de unos dos mil habitantes.
Faletto es un dirigente de buen feeling con el ministro de Gobierno Manuel Calvo y se reconoce "soldado" del gobernador Martín Llaryora. A tono con sus pares del cordobesismo afirma que se siente parte de un equipo y que estará “donde crean” que es útil.
“A veces las cosas hay que provocarlas, está bien ponerse a disposición, pero para ello hay que tener formación y experiencia”, resume quien llevará la voz cantante del intendentismo de ese punto del mapa.
De 40 años y padre de un niño, fue presidente muy joven del club de su pueblo, el Guido Spano. En 2011, decidió incursionar en política y fue candidato a concejal, pero no obtuvo la banca. En 2015, decidió jugar fuerte y apostó a ser candidato, dejando su empleo en un banco, pero cayó derrotado. Se convirtió en edil, un cargo ad honorem mientras incursionaba en el comercio. En 2019, le llegó su hora: ganó su primera elección, la cual revalidó en 2023 con el sello oficialista Hacemos Unidos por Córdoba.
Las comunidades regionales, un trampolín para los dirigentes de Córdoba
En mayo del año pasado, el gobierno provincial celebró que por primera vez desde la promulgación de la ley 9.206, nacida durante la segunda gestión de José Manuel de la Sota, quedaron conformadas las 25 comunidades regionales de Córdoba.
La gestión de Llaryora puso énfasis en la importancia de las comunidades destacando la “fuerte presencia en territorio”. El mandatario provincial las entiende como una forma de construir poder en el interior de la provincia. Eso también le abre una puerta a los intendentes y jefes comunales para poder mostrarse.
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En su caso particular, Faletto destacó que su participación en 2024 dentro de la Comunidad Regional San Justo fue “muy activa” y aclaró que deseaba presidir este órgano. “Ayuda a la formación del dirigente. Participar de las reuniones te interioriza sobre las problemáticas dentro del departamento y hay un compromiso para gestionar las soluciones”, define sobre su rol.
Pero más allá de la experiencia, el intendente de Marull reconoce que llevar adelante esta función les otorga visibilidad, esa que no es fácil conseguir en el interior del interior. “Provoca que se conozca de dónde somos, qué hacemos. Ayuda, pero no es determinante porque no te garantiza que el día de mañana seas un ministro o un legislador. Pero te prepara de buena forma en el caso de que aparezcan desafíos”, reflexiona.
Gabriel Faletto y el día después de su último mandato
El nuevo presidente de la Comunidad Regional San Justo tiene tres años de gestión en su localidad por delante. Luego, no podrá presentarse nuevamente. Aclaró que su objetivo es cumplir con las promesas de campaña que están plasmadas en su última plataforma electoral. Habla de proponerse “metas realizables” para poder sentir satisfacción una vez que se termina el mandato.
Remarca que existe un proyecto en marcha que marcará “un antes y un después” en Marull, aunque para ello deberán sacrificar otros también importantes. Es aquí donde apunta a la decisión del presidente Javier Milei de cortar los fondos para obras públicas, muchos de ellos comprometidos en el gobierno de Alberto Fernández.
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Gabriel Faletto es un dirigente muy cercano a Manuel Calvo, ministro de Gobierno de la provincia de Córdoba.
La obra puntualmente es el cerramiento y climatización del natatorio municipal, que sería inaugurado en marzo próximo. “Es una obra excluyente y tenía un avance, por lo que era un pecado no seguirla. Cuando presentamos el proyecto lo iba a financiar Nación y alcanzamos a recibir un anticipo, pero luego con los cambios políticos no recibimos más nada. Pudimos completarla con fondos propios siendo un esfuerzo muy grande porque se trata de una obra de más de 150 millones de pesos”, explicó.
La “falta de respeto” de Javier Milei
Frenar la obra pública no es algo que sufrió solamente Marull, sino que todo el interior del país. Y, eso, enojó a los dirigentes.
“A los intendentes y municipios nos faltaron el respeto: teníamos convenios firmados de muy buena fe, con proyectos y rendiciones presentadas, pero por una decisión unilateral se cayeron. Como municipio nos hicimos cargo de lo que dejaba la anterior administración, sin desconocer los convenios firmados”, cuestiona Faletto.
Para el dirigente peronista, el Presidente y su equipo desconocen la realidad del interior. El caso de Marull, su jurisdicción de casi 50 mil hectáreas productivas: “Eso va a parar a Buenos Aires y no vuelve todo lo que producimos, sino que somos mendigos de lo que aportamos. Desde arriba sufrimos ninguneo y falta de respeto”, cerró.
El interior del interior es un concepto que trabajará con intensidad el equipo que encabeza Llaryora, que tendrá su correlato en el discurso de apertura de sesiones de este sábado en el norte, la ciudad de Deán Funes, y que se expresa en estas vidrieras políticas para el intendentismo, como lo son las Comunidades Regionales.