La comisión de Legislación del Trabajo de la Cámara de Diputados comenzó a debatir este martes los proyectos de ley presentados para reducir la jornada de trabajo, que desde 1929 es de 48 horas semanales y ocho diarias. Como había anticipado Letra P, la ministra de trabajo, Kelly Olmos, se mostró a favor de la propuesta de Hugo Yasky, del Frente de Todos, quien propone un tope de 40 horas cada siete días.
La reunión la coordinó la oficialista Vanesa Siley, presidenta de la comisión, y tuvo la presencia de representantes gremiales, abogados laborales y del vicepresidente del departamento de Política Social de la Unión Industrial Argentina (UIA), Julio Cordero, quien anticipó el rechazo de esa entidad.
"¿Para qué es esto? ¿O sea, está mal trabajar? ¿Estamos en contra del trabajo? ¿Para ir afuera a hacer qué? Por supuesto la vida familiar es absolutamente importante, pero ya se ha debatido internacionalmente. El límite dispuesto por la OIT (Organización Internacional del Trabajo) es de ocho horas diarias o 48 horas semanales”, defendió Cordero la actual legislación.
Olmos le respondió: "Con el tiempo, desde el origen de la OIT a la actualidad, ha habido otras normas, como la que plantea como objetivo para combatir el desempleo la posibilidad de reducir la jornada a 40”, lo corrigió la ministra, quien destacó que la evidencia empírica internacional demuestra que trabajar menos horas, puede significar mayor eficiencia. “Nosotros como Ministerio apoyamos esta iniciativa y promovemos que se haga de manera escalonada”, completó la funcionaria.
La propuesta de bajar la carga horaria de los empleados surgió de la CGT en el acto del 1 de mayo y la ministra de Trabajo la tomó, pero pidió al Congreso priorizar el proyecto de Yasky, porque los otros que hay presentados prevén reducciones más abruptas. La diputada Claudia Ormaechea, del FdT, propone una jornada semanal de 36 horas, con seis diarias. Su compañero José Palazo (ambos son dirigentes del gremio de La Bancaria) tiene una iniciativa similar, pero habilita las ocho horas por día hasta cuatro veces por semana. El también oficialista Eduardo Valdés propone 30 horas cada siete días, al igual que la izquierda.
“Estamos discutiendo modificar una ley de cien años. Cuando se habla de reformas laborales frente a la tecnología, el cambio en las relaciones laborales, hablamos también de este derecho fundamental que es la jornada laboral”, sostuvo Siley, quien tomó el reclamo de Olmos para que la reducción sea escalonada y la letra chica se defina en las paritarias.
Los referentes de Juntos por el Cambio presentes no anticiparon su respaldo, pero destacaron el pedido de la ministra para que no haya un cambio abrupto de la legislación. "La progresividad es un aporte racional, pero no lo veo en los proyectos. No podemos lanzarnos con una jornada de 36 horas en un contexto adverso y para un segmento cada vez menor", sostuvo Mónica Frade, de la Coalición Cívica.
Su compañero de interbloque Martín Tetaz, de Evolución Radical, se definió como "un fan de la reducción de la jornada laboral", pero puso reparos. "Nuestro mercado está caracterizado por la heterogeneidad y esta legislación no alcanza al 40%, que está en la informalidad. Si se baja la jornada y se mantienen los salarios, se debe sostener la productividad. Y eso puede suceder en algunos sectores, pero en otros no. Es variable".
Yasky cerró el debate con una defensa a su proyecto, el que más chances tiene de prevalecer. “Queremos que la gente trabaje menos para que viva mejor y con menos alienado. Europa demostró que impacta positivamente en la productividad, por lo que también es un avance para el sector empresario”, afirmó.
Entre los expositores se destacó, vía Zoom, la secretaria de Cooperación y Migraciones de Comisiones Obreras de España, Cristina Faciaben, quien contó que en su país las 40 horas semanales redundaron en una mayor productividad, pero recomendó legislar sobre la desconexión. "No debe ser una moneda de cambio que el empresario llame al trabajador a su gusto como un recurso a disposición”.
Claudio Marín, secretario general Foetra y gremial de la CTA de los trabajadores pidió recordar que la productividad "no depende sólo del tiempo que una persona esté a disposición de su empleador, Ese no es el único elemento". Natalia Salvo, presidenta de la Corriente de Abogados Laboralistas 7 de Julio, consideró que una menor carga laboral representa "derechos humanos consagrados en tratados internacionales con jerarquía constitucional”.
El debate seguirá la semana próxima con la visita de representantes de la CGT. El oficialismo tiene esperanzas de alcanzar un dictamen y aprobarlo en el recinto con respaldo del interbloque federal y la izquierda.